Biólogo de formación y escritor de vocación, el nuevo Director General de Tecnalia, Jesús Valero, nos abre las puertas de su casa con un gesto de honradez en su rostro, señal de distinción entre los caballeros de la Edad Media que pueblan sus novelas. Mientras, Karmele González, su pareja, nos da la bienvenida con una gran sonrisa, antes de ofrecernos ponernos cómodos, pues se nos avecina una interesante y divertida charla en la que viajaremos por la historia pero también por el globo terráqueo, a través de aventuras, rutas en bicicleta, partidas de ajedrez, series y por supuesto, los libros con los que hemos descubierto su faceta más artística.

Acabas de ser nombrado Director General en Tecnalia, ¡nuestra más sincera enhorabuena!

-Jesús Valero: ¡Muchas gracias! Pues entré en Tecnalia muy joven, con una beca, y me quedé a hacer el doctorado. Tras seis años como director de Salud del centro, en 2019 asumí la Subdirección General de Tecnología y a mediados de mayo me nombraron Director General. (Tecnalia: Investigación e innovación en Euskadi aquí)

¿Cuándo comenzaste a escribir?

-Jesús Valero: De pequeño decía que quería ser astronauta y escritor. Lo tenía muy claro. Yo siempre había querido escribir, pero la vida te va llevando por otros caminos... y no me ha dejado mucho tiempo para otras cosas. En el momento en el que me tocó decidir, tuve mis dudas, pero al final tiré por la ciencia, porque es algo que también me gusta mucho, así que terminé estudiando Biología.

¿Y cómo surgió la inspiración para tu primera novela?

-Jesús: Empecé a escribir 'La Luz Invisible' en el año 2000 y hasta que no lo di por terminado, en 2017, lo he tenido en la mente continuamente. Incluso llegué a comentarles a mis amigos que estaba escribiendo un libro, pero sin ninguna intención de terminarlo y menos aún de que fuese publicado, porque para mí era un hobbie. Pero al darlo por terminado y ver que a mí me gustaba, quise probar a ver si le gustaba a alguien más (sonríe).

Karmele, ¿conocías esta faceta de Jesús cuando lo conociste?

-Karmele González: Sabía que escribía, pero pensaba que como quien escribe un diario, que escribe sus cosillas. Había temporadas que no escribía y otras en las que escribía más, pero cuando me dijo que había escrito un libro y que iba a intentar autopublicarlo, pensé... pero, ¿tiene nivel para eso? Yo todavía no había leído nada, bueno, ¡ni yo ni nadie!, pero le vi con tanto entusiasmo...

-Jesús: ¿Sabes lo que pasa? que cuando conoces a una persona en otra faceta no esperas que escriba una novela que sea buena.

-Karmele: (Risas) ¡Claro! Para mí era científico y no podía creerlo.

Hasta que tuviste el primer libro de Jesús entre las manos...

-Karmele: Sí, bueno... me dejó el borrador y lo pude leer antes de que se publicase. Y luego, cuando lo vi en forma de libro y más trabajado que en el borrador, me quedé impactada. Hemos vivido esta aventura juntos y estábamos un poco sorprendidos, pero nos hacía mucha ilusión lo que estaba pasando.

Tanto es así que hasta te los ha dedicado, ¿qué te parece?

-Karmele: Sí, los dos, y he de decir que 'El eco de las sombras' me ha gustado más aún si cabe, ¡escribe mucho mejor todavía! El primero lo escribió en distintas etapas, mientras que éste segundo lo ha escrito en un periodo de tiempo menor y eso se nota.

Jesús, como decís, pensaste primero en autopublicarte, pero lo cierto es que no tardaste en conseguir el apoyo de una editorial, de Penguin Random House.

-Jesús: Sí. En mi caso fue muy sencillo, todo lo contrario a lo que los escritores que empiezan suelen relatar. Yo soy muy metódico, así que lo primero que hice fue leer mucho sobre cómo se publica un libro. Decidí no mandarlo a las editoriales directamente, sino buscarme un agente literario porque me parecía que era el camino más sencillo, ya que hay pocos agentes literarios pero sí muchas editoriales. Me creé un perfil en Twitter y contacté con Pablo, el que hoy es mi agente. Empezamos a intercambiar mensajes, le mandé el manuscrito y le gustó.

Karmele, ¿te dedicas a algo relacionado con la literatura?

-Karmele: Para nada. Yo estudié Dietética y Nutrición y trabajo con personas en situación de exclusión social en la Fundación Sarea, en un centro situado en Renteria.

¿A qué tipo de personas atendéis?

-Karmele: Quienes acuden a nosotros normalmente son personas que han pasado ya por los servicios sociales y tienen cubiertas sus necesidades más básicas, pero con nosotros aprenden a controlar sus adicciones, a cuidar su higiene, respetar los horarios€ Por ejemplo, a alguien que bebe, si está todo el día en la calle va a beber mucho más que si está con educadores y psicólogos. Rodeado de otras personas tendrá menos tentaciones.

Teniendo en cuenta tu interés por la alimentación y la gastronomía, teniendo aquí cerca el Basque Culinary Center, ¿habéis ido a comer?

-Karmele: Pues la verdad es que he hecho un curso allí, pero todavía no he ido a comer.

-Jesús: Yo sí he ido (risas). Es que me queda cerca del trabajo...

Volviendo a ti, Jesús... Acabas de presentar 'El eco de las sombras', continuación de 'La luz invisible', que se está convirtiendo en todo un bestseller, ¿no?

-Jesús Valero: Pues vamos ya por la tercera edición de 'La luz invisible', y eso que es un libro que salió con una primera tirada muy alta, pese a ser de un escritor novel como yo. Fue una apuesta de la editorial. Y lo bueno es que el lanzamiento de 'El eco de las sombras' ahora ha impulsado también las ventas de esta primera parte.

A pesar de que 'La luz invisible' se salió justo antes de la declaración de pandemia... ¡Tan sólo tres semanas antes!

-Jesús: Sí. Salió el 20 de febrero y el 14 de marzo nos confinaron. Lo normal hubiera sido que hubiera desaparecido, como pasó con la gran mayoría de libros de escritores noveles, pero éste fue una de las pocas excepciones. Les gustó a los libreros y eso hizo que se mantuviera.

¿Y cómo puede hacer promoción un escritor novel en tiempos de pandemia?

-Jesús: Sólo pude presentarlo en Donosti esa primera semana.

-Karmele: Sí, es verdad. Ahora sería impensable, pero en La Casa del Libro de Donosti nos reunimos entre 60 y 80 personas.

¿Cómo iba a ser el proceso?

-Jesús: En la primera fase de promoción nos íbamos a centrar en Euskadi y vimos que teníamos mucho apoyo local. Por lo tanto, el siguiente paso era ir a Madrid, a la Feria de Sant Jordi y a otros puntos concretos a nivel nacional. Pero como imaginaréis no se hizo nada de todo eso. En esa parte me quedo con pena aunque ya me he acostumbrado a que tenga que ser así.

Tendrás entonces que escribir un tercer libro para poder firmarlo en ferias, ¿ya lo has pensado?

-Jesús: En ello estoy con la que va a ser la tercera parte. Sinceramente desde que escribí el primero ya sabía que iba a ser una trilogía. Tenía claro dónde empezaba y terminaba cada libro y tenía claro que me faltaba un libro para cerrar todo. Luego, a partir de ahí seguiré, pero empezaré con otra cosa.

¿Podemos avanzar el título de esta tercera y última parte?

-Jesús: ¡Noooo! (ríe) Los títulos los pongo al final y además, en mi caso, no me suelen tocar los títulos. Es más, mi editora dice que soy de los pocos escritores que saben titular. De hecho, mi agente literario me dijo que cuando le mandé el manuscrito y vio el título pensó que el libro iba a estar bien porque el título ya le decía algo.

¿Crees que será complicado poner título al tercero dada la coherencia que tienen el uno y el dos?

-Jesús: Sí, lo tengo un poco difícil para titular el tercero. Aunque en el fondo creo que los títulos los escogen los protagonistas. A veces estoy escribiendo la parte final del libro y en ese momento algún personaje dice una frase y pienso que como título del libro es perfecto.

¿Y algún otro detalle que nos puedas desvelar?

-Jesús: Bueno... Puedo contaros que volveremos a la Edad Media y al siglo I y que María Magdalena tendrá un protagonismo importante. (La historia es una gran inspiración para Jesús a la hora de escribir sus novelas. Te lo contamos aquí)

Sin duda, la covid-19 te afectó de lleno en el lanzamiento de 'La luz invisible' y ahora, la nueva normalidad nos hace tener que conformarnos con otro tipo de presentaciones más íntimas.

-Jesús: Sí. En la primera presentación post-pandemia de 'El eco de las sombras' el aforo se limitó a quince personas en ese mimo espacio.

¿Qué diferencias hay entre las presentaciones que hiciste de la primera y segunda novela?

-Jesús: La presentación de mi primer libro y de este segundo han sido totalmente distintas. La de 'La luz invisible' fue muy especial porque fue mi debut como escritor. Vinieron amigos y personas cercanas que acababan de descubrir, de repente, que escribía. Entonces fueuna fiesta, todo el mundo alucinó. El lanzamiento de mi segunda novela, en cambio, lo vieron como algo normal y, dada la situación actual, muchos de mis amigos prefirieron no ir para no quitar sitio a gente que no me conocía y quería venir.

¿Cuál es tu refugio para escribir?

-Jesús: Pues... tengo que contaros que en casa sólo hago las correcciones y en esta casa, además, llevamos poco más de un año. ¡Me gusta escribir en los bares! (A los escritores, la inspiración les llega de forma insospechada y en sitios muy variopintos. Descubre dónde encuentra su inspiración Jesús Valero aquí).

-Karmele: ¡Es el anti-escritor! (risas).

-Jesús: De hecho, 'La luz invisible' lo escribí en gran parte en mis viajes de trabajo porque viajo mucho por el Estado y por Europa, así que puedo decir que este libro está escrito entre aeropuertos, restaurantes y hoteles.

-Jesús: Sí, cuando ya tenía dos terceras partes escritas, mis padres enfermaron y al principio tuvimos que estar mucho en urgencias. Las primeras veces estás muy asustado, muy pendiente de su estado, pero cuando llevas tres o cuatro ingresos, empecé a llevarme un libro para leer y otro día la libreta para escribir. Escribo en cualquier sitio.

Por eso, en tu dedicatoria haces referencia a tus aitas.

-Jesús: Sí, nunca estás preparado para que fallezcan y lo hicieron sin saber siquiera que estaba escribiendo. Les habría hecho mucha ilusión ver el libro.

-Karmele: Hubieran alucinado.,,

El segundo, en cambio, lo escribiste en tan sólo dos años...

-Jesús: Sí. Dedico muchas horas a mi trabajo, pero siempre me guardo veinte minutos al día para escribir, no más. Salgo de trabajar a las siete y me voy a una cafetería. Me pido un café con leche y me pongo a escribir.

Entonces... con los bares cerrados, ¿cómo te las has arreglado para encontrar tu entorno idóneo?

-Jesús: (Risas) Me han cerrado las cafeterías durante mucho tiempo y lo he llevado mal. Lo que pasa es que primero escribes la novela en la cabeza y luego ya la vuelcas al papel, entonces sólo necesitaba volver a esa rutina. También ha influido que justo al mismo tiempo de estar escribiendo la tercera novela, estaba de promoción de la primera y corrigiendo la segunda, entonces no me quedaba mucho tiempo.

¿Alguna anécdota durante el proceso de creación del primer libro?

-Jesús: Sí. Soy un apasionado de la historia antigua y la Edad Media y decidí que mis novelas las iba a ambientar con un contexto histórico lo más real posible, así que leo todo lo que hay sobre esas épocas.

¿Ser científico te ayuda?

-Jesús: Por supuesto. Una cosa que aprendes como científico es a documentarte. Realicé mi tesis sobre la piedra arenisca y he sido investigador en conservación del patrimonio cultural, por lo que encuentro placer en la documentación. De hecho, muchos de los libros que tengo en casa son para documentarme.

También confías en un experto que te asesora en materia de Historia para no cometer fallos.

-Jesús: Eso es. Durante los dos o tres meses que dura la corrección de mis novelas, hablo mucho con Manu Manzano. Como anécdota, justo vi un documental sobre cómo se hizo la película basada en el libro de 'El nombre de la rosa', que se enmarca en un contexto histórico bastante parecido a mis novelas, y una de las cosas que más me llamó la atención fue que uno de los revisores históricos ordenó al productor retirar de escena las 4.000 velas que habían comprado porque no existían en esa época. Entonces recordé que yo había metido velas en mi libro, así que le llamé a Manu para contárselo y también las retiramos nosotros (risas).

Has hecho referencia a 'El nombre de la rosa', de Umberto Eco, ¿qué sientes cuando te comparan con él?

-Jesús: Es muy emocionante y gratificante. Una de las coincidencias con 'El nombre de la rosa', con la que no me quiero comparar, ni mucho menos, es que 'La luz invisible' refleja el ambiente opresivo de los scriptorium (habitación de los monasterios de la Europa medieval reservada para la copia de manuscritos por parte de los monjes). (¿Has leído 'El nombre de la rosa'? Recuerda las claves de este bestseller aquí)

También se perciben ciertas reminiscencias de 'La cena secreta', de Javier Sierra. (Si quieres saber más sobre este libro pincha aquí)

-Jesús: En ambos se puede ver que tienen un contexto de thriller histórico relacionado con la religión.

¡Incluso se podría decir que también hay un poso de Dan Brown!

-Jesús: (Risas) Mi agente literario es con quien más me compara, aunque él escribe todo en presente y va hablando de cosas del pasado, y yo, en cambio, me introduzco en el pasado para resolver un enigma, al estilo del thriller histórico.

¿Cuál es el periodo de la historia que más te apasiona?

-Jesús: Quizá mi época favorita es la que aparece precisamente en 'El eco de las sombras', la época de los cátaros en Occitania, del siglo XII al XIII. Hubo una cruzada brutal contra los cristianos, que dejó muchos muertos después de una guerra horrible que arrasó con una región entera, pero la libertad que había en aquel momento en plena Edad Media fue algo único. Había libertad política, social, sexual... y eso parece que algunos no podían tolerarlo.

¿Viajas para documentarte?

-Jesús: Sí. Intento ir con Karmele. Hemos visitado todos los lugares que aparecen en 'La luz invisible'.

-Karmele: Sí. Nos gusta mucho viajar.

-Jesús: La idea de mi primer libro surgió en un viaje visitando Rocamadour, un pequeño pueblo, precioso, que tiene el nombre de San Amador, un ermitaño que vivió allí en el siglo XII. Después de subir unas escaleras hay una placa que cuenta la historia de este lugar y recuerdo perfectamente que al leerla se encendió la chispa para escribir el libro.

¿Os gusta llevar todo planificado o sois más de improvisar?

-Jesús: En cada país vivimos una aventura y somos de viajar sin organizar nada. Nos gusta así.

-Karmele: Somos de camping, aunque no os vamos a engañar... Si encontramos un hostal lo cogemos, porque ahora ya preferimos dormir en una cama (risas). Nos gusta entrar en los pueblitos y disfrutar de la gastronomía local, conocer gente... disfrutar de las vacaciones, vaya.

¿Dónde habéis estado y a qué destino os gustaría regresar?

-Karmele: Hemos estado en Latinoamérica: en Chile, Venezuela, Bolivia y Argentina, donde tengo familia. También nos gusta mucho África, por los safaris. Y el sudeste asiático: Tailandia, Birmania, Indonesia€

-Jesús: Si tuviera que quedarme con un viaje sería el de Birmania.

-Karmele: Sí. Conocimos un país que está muy anclado en el pasado a causa de la dictadura militar

-Jesús: También nos gustó Uganda. Allí pudimos estar con los gorilas.

¿Alguna aventura que contéis siempre para impresionar a vuestros invitados? (risas)

-Jesús: Hicimos un viaje a Bolivia, que como sabéis es un país duro porque estás a 4.000 metros de altura, y alquilamos un todoterreno con el que nos recorrimos el país entero, incluido el Salar de Uyuni, que alcanza hasta los menos quince grados en invierno. Nos metimos con unos Suzuki Santana que no están adaptados para la zona y pinchamos en cuatro días siete veces, rompimos la transmisión del coche€ nos pasó de todo, así que salimos de allí con la capacidad de cambiar una rueda en tres minutos, con tanta precisión y velocidad como un equipo de Fórmula 1 (ríe).

-Karmele: Una de las ruedas la tuvimos que bajar al desierto de Atacama para que nos arreglaran el pinchazo y después volverla a subir.

-Jesús: Ese viaje fue quizá un poco excesivo, porque nos metimos en sitios como el Salar, sin guía ni nada.

-Karmele: Bueno... también nos recorrimos Siria en plena Guerra de Irak. Fue alucinante.

-Jesús: Sí. Llegaron a apuntarnos con una metralleta... Nos recorrimos el país en un coche de alquiler y nos quedamos a diez kilómetros de Irak. Queríamos ir a ver las ruinas de Mari, pero llegar hasta allí no era fácil y aquello estaba lleno de militares. Fueron quince días muy intensos.

¿No preferís los viajes algo más tranquilos?

-Karmele: Bueno, ahora no sé si me atrevería a ir a determinados países, pero antes éramos más aventureros.

-Jesús: Hay cosas que recuerdas haber hecho y, ahora, con perspectiva, ves que te podías haber metido en un buen lío. A medida que vas haciéndote mayor, te lo piensas más.Siempre digo que en la mochila hay que llevar dos cosas, el frontal y la tarjeta de crédito, porque en un momento dado te pueden sacar de cualquier tipo de apuro.

¿Y qué más cosas hacéis en vuestro tiempo libre, además de viajar?

-Jesús: También hacemos deporte y nos gusta salir a pasear.

-Karmele: Sí. Todo lo que sea al aire libre, en contacto con la naturalezaDesde caminar y andar en bicicleta hasta ir al monte. También hacemos pádel, tenemos una pista en la urbanización. (El pádel, un deporte de origen azteca. Conoce su historia aquí)

¿Os gusta hacer deporte?

-Jesús: Yo he jugado al baloncesto toda la vida hasta que me retiré y ahora, de vez en cuando, juego con algún compañero de trabajo.

-Karmele: A los dos nos gusta la bici.

Siempre organizamos rutas para hacer en Semana Santa. Nos hemos hecho el canal de Midi, la Vélodyssée y también la Eurovelo 1, que va desde Donosti, por toda la cornisa atlántica de Francia, hasta Gales.

-Jesús: Sí. Es una ruta muy bonita en la que puedes cruzar de un lado al otro mediante los bidegorris, pero está sin terminar aún. Empieza en la localidad portuguesa de Faro y pasa por España, Francia, Inglaterra, Gales, Irlanda, Irlanda del Norte, Escocia y acaba en Ron Jorn, Noruega. (Cómo recorrer Europa en bici desde Portugal hasta Noruega aquí)

¿Cuál es la media de kilómetros que hacéis por día?

-Jesús: Entre 60 y 80 kilómetros, aunque hay días hasta de 120.

¿Qué habéis aprovechado para hacer durante la pandemia?

-Jesús: Con la pandemia he tenidomás tiempo para escribir y también para recuperar la lectura. Podría decir que estoy recuperando el placer de volver a leer por gusto y no para documentarme para mi libro.

¿Ha descendido entonces tu montaña de libros pendientes?

-Jesús: Jajaja, al contrario, ha crecido, ya que sigo comprando más libros pero no aumenta mi tiempo disponible para poder leerlos...

¿Y qué libros recomendáis que incorporemos a nuestra lista?

-Karmele: Todos los de Julia Navarro y los de María Dueñas. También el último libro que he leído, 'La sospecha de Lucía', de Paloma Sánchez Garnica. Sin olvidar los libros de Jesús, por supuesto (risas).

-Jesús: A mí me gusta leer un poco de todo. Leo libros para documentarme, también leo clásicos, y, por último, leo por placer. Me ha sorprendido mucho una escritora rumana, Tatiana Tîbuleac, que ha escrito un libro con un título precioso que se llama 'El verano que mi madre tuvo los ojos verdes'. Y mis escritores favoritos y con los que más disfruto son Haruki Murakami y Paul Auster.

En tu estantería tampoco faltan libros de aventuras y fantasía...

-Jesús: Así es. Me gustan mucho los libros de aventuras y desde niño soy fiel al universo de Tolkien. Tengo unaversión inglesa de 'El señor de los anillos'. Podría decir que todas las novelas de aventuras que he leído me han marcado como niño, pero también como escritor. El otro día una amiga me dijo que una escena de 'El eco de las sombras' le recuerda a una de las batallas de 'El Señor de los Anillos'. Al final, un escritor recoge lo que lee y lo integra a su manera.

¿Y en cuánto a series? ¿Cuáles son vuestros últimos descubrimientos o los que más os gustan?

-Karmele: Nuestra serie de referencia es 'Breaking Bad'. No hemos encontrado otra serie que nos haya enganchado tanto como ésa. ('Breaking Bad', la serie de referencia de Karmele González y Jesús Valero aquí). Recientemente nos gustó mucho 'Unorthodox' y a mí además me gustan mucho las series británicas, como 'The Crown', 'Downtown Abbey' o 'Peaky Blinders'. Ésta última me parece una pedazo de serie, por la música, las imágenes, los diálogos, la vestimenta... la verdad que lo tiene todo.

-Jesús: También diría la primera temporada de 'True Detective' y, quizá porque me recuerda a mi niñez y me devuelve a los 80, 'Strangers Things'.

¿Y una película?

-Jesús: 'La vida de Brian'. Me alucina lo actual que puede ser y lo aplicable que puede ser a la política de hoy en día. Es increíble que no haya pasado el tiempo por esa película.

¿Utilizáis las redes sociales?

-Karmele: Yo no. No tengo ni Facebook, ni Instagram€ nada.

-Jesús: En mi caso uso LinkedIn por temas profesionales. Tengo Facebook abandonado y ahora uso muchísimo Instagram y Twitter. Le encuentro mayor placer a Instagram, ya que me parece más agradable, mientras que Twitter puede llegar a ser mucho más agresivo. En ambas plataformas cuelgo cosas de mis libros y también de mí mismo.

¿Sois más de videojuegos o de juegos de mesa?

-Karmele: No somos de videojuegos. Me parece que son adictivos y te quitan mucho tiempo.

-Jesús: A mí me gusta el póker y juego al ajedrez de vez en cuando. He jugado toda la vida, desde pequeño. Mi madre me enseñó a jugar cuando yo tenía cuatro años. Vengo de una familia de ajedrecistas. Por parte de mi familia materna son jugadores compulsivos. Para mí es una diversión, pero juego poquito porque tampoco tengo contra quién jugar, ya que Karmele no juega (risas). (El ajedrez, más que un deporte familiar, aquí).

-Karmele: Hemos visto la serie de 'Gambito de Dama' y todos nuestros amigos están enganchados desde entonces al ajedrez.

¿Qué dirías que te ha aportado el ajedrez, Jesús, en la forma de analizar la vida?

-Jesús: Me ha ayudado a tener memoria espacial y a concentrarme, ya que tienes que estar cinco horas seguidas concentrado en una partida.

¿Está colocado así por alguna razón? (Señalamos el ajedrez que hay sobre la mesita del salín)

-Jesús: Está así porque vinieron unos amigos. Quería iniciar una partida e hice lo que se conoce como apertura española.

Parece un ajedrez muy especial...

-Jesús: Sí, lo compramos en Birmania. Está tallado a mano y lo encontramos en un puesto de un pueblo perdido. Lo había hecho un señor y me pareció increíble, así que me lo traje. Las piezas son de bronce.

¿Y en tu caso, Karmele, cómo has aprovechado el confinamiento?

-Karmele: Pues yo he destinado el tiempo al cine y a la lectura y, durante este periodo, también he podido descubrir un poco más la cocina.

¿Algún plato nuevo que te hayas lanzado a preparar?

-Karmele: Los chipirones en su tinta. Pensaba que eran más complicados, pero oye, todo es ponerse... (Aprende los secretos de unos ricos chipirones en su tinta aquí).

¿Qué plato nos recomendaríais?

-Karmele: A mí, por ejemplo, me gustan mucho las carrilleras en salsa, los pimientos rellenos de bacalao o las alubias negras con salsa. (Conoce la receta para elaborar pimientos con bacalao aquí)

-Jesús: Tenemos un menú muy amplio de recomendaciones. En mi caso disfruto mucho de un chuletón.

Entonces, si te proponen un plan de sagardotegi con la cuadrilla no puedes decir que no, ¿no?

-Jesús: Sí, pero lo que pasa es que yo no bebo mucho alcohol... Aunque siempre se puede ir a disfrutar de la chuleta y del bacalao, claro está.

Por lo que vemos, en casa tenéis muchas plantas.

-Karmele: Sí, nos gustan, aunque no tengo la mano que tienen mis aitas.

Tienes una orquídea preciosa, una planta muy difícil de mantener, ¿qué cuidados requiere? (Recomendaciones para hacer que las flores de las orquídeas duren más, aquí)

-Karmele: Se necesita mucha suerte (ríe). La tengo desde diciembre y no se le ha caído ninguna flor. Necesita buena iluminación, pero que no le dé el sol de forma directa. Cuando está en floración hay que regarla cada diez días y no de forma directa sino que absorba el agua con un platito colocado por debajo. Cuando veo que las raíces se han empapado, la vuelvo a poner en su tiesto.

Lleváis un año viviendo aquí, ¿habéis pensando en tener animales o no os apetece tener?

-Jesús: Nos hemos dado un tiempo de luto. Tuvimos una gata rusa azul, de nombre Raisha, que nos acompañó durante 13 años y murió hace dos años. Teníamos un cariño brutal por ella y aparece en el primer libro como homenaje. (Consejos para para superar la muerte de una mascota, aquí)

-Karmele: Antes de Raisha tuvimos otra gata, Rita, que era siamesa, pero duró poco, porque murió por leucemia felina. Creo que volveremos a tener una dentro de un tiempo.