Es una energía renovable, limpia, sostenible, de una fuente natural e inagotable. La energía solar producida por la luz –energía fotovoltaica– es una de las alternativas más importantes para cambiar la energía generada por los combustibles fósiles, al no liberar emisiones peligrosas de dióxido de carbono. Contar con soluciones y alternativas energéticas sostenibles es un paso imprescindible para ralentizar y luchar contra el cambio climático y ayudar así al medio ambiente. En este camino Álava ya está dando pasos importantes y decisivos con avances disponibles y a la altura de todos los ciudadanos. De hecho, para José Ignacio Mendoza, responsable de la compañía Ekisolar, Álava es uno de los territorios más concienciados para el cambio.

¿Cuál ha sido la trayectoria de Ekisolar hasta el día hoy?

Ekisolar fue creada en 2006 en un entorno bien distinto del actual. Una cooperativa de ingenieros de Aretxabaleta, Aritu S.Coop y yo mismo creamos Ekisolar con el propósito de trabajar por la fotovoltaica en Euskadi, eso sí, exclusivamente sobre cubiertas industriales. Desde el primer momento rechazamos el modelo de los conocidos como huertos solares. Desde entonces, hemos vivido y sufrido también las distintas etapas por las que ha transitado el sector, provocadas por las distintas normativas del Gobierno de turno. Cuando prácticamente se prohibió de facto esta tecnología, en 2008, tuvimos que reinventarnos, desarrollar nuevos productos y adaptarnos, hay que decir que muchas empresas no lo consiguieron y desaparecieron, hasta llegar hasta el día de hoy, en esta nueva etapa con nuevos socios y nuevo impulso.

¿Cuál es la situación actual del sector fotovoltaico en Euskadi?

La situación actual para el sector la podemos definir de brillante, en 2020 el sector solar facturó 527 millones de euros , después de años de oscuridad. Desde el Real Decreto 244/2019 que posibilitó el autoconsumo (frente al denostado impuesto al sol de la anterior administración) el sector no ha parado de crecer. Euskadi, por su orografía, nos obliga a un modelo de desarrollo fotovoltaico distinto al resto del estado, debido a que casi no hay suelo disponible para grandes parques solares; en cambio, tenemos una superficie enorme disponible y sin prácticamente ningún inconveniente social ni medioambiental. Me refiero a las cubiertas y tejados industriales y residenciales. Además, hay que tener en cuenta que esa energía que se genera en los tejados es la más eficiente de todas por el simple hecho de ser la más cercana al punto de consumo.

¿Está la sociedad vasca lo suficientemente concienciada para afrontar la Transición Energética en la que estamos?

Creo que somos uno de los territorios más concienciados en lo que se refiere al cuidado del medio ambiente. Las empresas y las personas que invierten en plantas de autoconsumo sobre sus tejados lo hacen sin duda para ahorrar costes, pero también, y en gran medida, por responsabilidad social y generacional, pensando en cómo vamos a dejar el mundo a las siguientes generaciones.

¿Cuál es la filosofía de fondo que tiene Ekisolar y cuáles son sus objetivos?

El primer compromiso que tenemos es hacia nuestros propios trabajadores y compañeros. Los que trabajamos en Ekisolar estamos empeñados en hacer bien las cosas: buenos proyectos, hechos para que duren muchos años. El tiempo es la prueba del algodón de la calidad de un proyecto y si queremos que algo dure no podemos pensar a corto plazo, en términos solo de rentabilidad. La calidad y el buen servicio son nuestra referencia dentro de una relación con los clientes s honesta y respetuosa. Una empresa puede crecer de dos formas, por un lado, en tamaño y volumen de facturación y, por otro lado, en cualidad como organización sensible y humanizadora. En este momento estamos creciendo en ambos sentidos y, en ese sentido, estamos muy satisfechos con el equipo que tenemos y agradecidos con la confianza que tantas empresas y particulares depositan en nosotros para que les instalemos autoconsumo.

¿Cuáles son los retos de futuro que tiene el sector solar?

Hacer muchas instalaciones y llenar las cubiertas de placas solares. Pero, ¡ojo! hacerlo bien, con la seguridad y garantía para las personas y las instalaciones, con personal bien formado, con materiales adecuados que duren muchos años. Necesitamos instalar mucha potencia solar además de mejorar en la eficiencia energética por necesidad, porque la energía es un bien indispensable que estamos viendo cuestionado su abastecimiento. Me refiero a la guerra en Ucrania, pero también por los vaivenes del mercado energético. Por encima de todo, tenemos una amenaza global que es cambio climático y que puede acabar en crisis climática. Como una de las soluciones que nos dan la ciencia para reducirla tenemos que instalar más renovables. Ello nos interpela a todos y cada uno, como ciudadanos y como personas. La solución está en que cada uno hagamos lo que podamos en base a sumar pequeños gestos. Ahí están los informes científicos y por eso las distintas administraciones (locales, nacionales , europea..) han marcado unos objetivos tan ambiciosos de reducción de emisiones basados en el cambio de modelo energético. Para ese cambio serán necesarios sacrificios y cambios de hábitos y esos esfuerzos son los que hay que repartir en buena justicia.