El lienzo era idílico para Red Bull en el marco del Gran Premio de Emilia Romagna: victoria de Max Verstappen en la carrera al esprint sabatina, liderato del neerlandés y segundo puesto de Sergio Pérez cuando se enfilaba la última cuarta parte de la carrera y vuelta rápida alojada en el casillero del neerlandés. Es decir, el vigente campeón rodaba en condición de adjudicarse todos los puntos posibles del fin de semana, y Red Bull corría pintando un doblete que podía representar el nacimiento de una época de remontada. El dulce sueño de toda escudería que presenta necesidades antes de encarar una prueba.
Mientras tanto, Charles Leclerc rodaba contrariado, asentado en tercera posición y resignado. La situación de carrera le brindó un resquicio para abordar la segunda plaza y reducir el impacto de la actuación de Verstappen, quien se antojaba inalcanzable con más de 12 segundos de ventaja en cabeza. Entonces la ambición del líder del campeonato, que corría a un segundo de Checo .
El piloto de Ferrari consideró insuficientes los puntos. Se cebó con el acelerador y enfiló mal la trayectoria en el paso por una chicane. Las cuatro ruedas del monoplaza perdieron contactó con el asfalto. El coche voló al subirse al piano del primer ángulo y al caer se cruzó en la segunda curva. Leclerc perdió el control y chocó contra las protecciones. El cuentavueltas proyectaba el giro 53 de los 63 previstos. El monegasco se vio obligado a pasar por boxes para reemplazar piezas. Regresó a pista en novena posición y pudo escalar hasta la sexta antes de agotarse el tiempo. Cuando todo parecía salir a pedir de boca para Red Bull, aún había margen de mejora; Leclerc también comete errores. La amarga ambición..
El primer gran fallo de Leclerc esta temporada permitió a Verstappen rebajar la ventaja del líder en la clasificación general del campeonato desde los 46 puntos hasta los 27, que, visto lo visto en Imola, ya no suenan tan graves para Red Bull. Además del envidiable resultado, la escudería alada también puede regodearse con el desarrollo del mismo en un circuito de Imola teñido de rojo que a priori resultaba favorable para Ferrari. Verstappen rodó con diferencias considerables. Su ventaja máxima llegó a alcanzar los 16 segundos sobre su inmediato perseguidor, un Checo Pérez que además realizó labores de equipo para frenar a Leclerc durante la primera parte de la carrera.
Y es que la cita ya amaneció con mal pie para Leclerc, que partía desde la segunda pintura, por detrás del poleman Verstappen. En la salida, el monegasco se vio superado por Pérez y Lando Norris, que se erigía en representante del progreso de un McLaren que en la primera cita del año llamó la atención por su penoso rendimiento. El británico terminó subiendo al podio gracias al trompo de Leclerc; vuelve a gozar de un monoplaza a tener en cuenta. "El resultado es mucho mayor de lo que esperábamos", admitió Norris.
Sainz y Alonso abandonan
Mientras Leclerc cedía plazas en esos primeros metros, Carlos Sainz recibió un impacto de Daniel Ricciardo. Su papel se prolongó dos curvas. El madrileño, recién renovado por dos temporadas más, se quedó atrapado por la grava. La situación obligó a la entrada del coche de seguridad.
La carrera se relanzó en la vuelta 5. A partir de ahí, Leclerc tardó tres giros en desembarazarse de Norris. Para entonces Verstappen ya sacaba 6 segundos al monegasco, quien luego tuvo que lidiar con el rocoso Checo Pérez, que no ofreció porosidades. Excelente trabajo del mexicano, que cada carrera gana solidez al volante del Red Bull. "Con estas condiciones, se trataba de no cometer errores", analizó Pérez, en referencia a una prueba que comenzó con la pista en proceso de secado, aunque varios equipos realizaron predicciones de lluvia durante la carrera. Finalmente no se hicieron efectivas.
Leclerc no tuvo el plan tan claro como Pérez. Decidió arriesgar en demasía y lo pagó. "Lo di todo, pero al final pasé del límite. Lo siento por el equipo y por todos los tifosi que nos apoyan. En lugar de un P3 terminó en un P6", lamentó, antes de garantizar: "Volveremos más fuertes".
Teniendo en cuenta que Verstappen ha firmado dos abandonos y dos victorias en cuatro carreras y que la diferencia con Leclerc es de 27 puntos pero ha logrado recortar 19 en un solo gran premio, en el garaje de Ferrari no pueden dormirse en los laureles; deberán seguir trabajando por obtener ventaja de cada detalle. Mad Max está al acecho.
Por otro lado, El Plan. El asturiano salía noveno. Alcanzó la octava plaza beneficiado por el abandono de Sainz, pero en la séptima vuelta, cuando defendía el noveno lugar, recibió un golpe que provocó un agujero en el pontón derecho del Alpine. La consecuencia fue el abandono, el tercero consecutivo.
Una de las sorpresas la protagonizó George Russell, que terminó cuarto pese a salir undécimo, y por tercera vez de cuatro posibles batió a Lewis Hamilton, que acabó decimocuarto. Mercedes sigue viviendo muy lejos de las victorias.