Se dan encuentros en los que solo hace falta un periodo para decidir. Fue el caso del duelo en Wembley, que sentenció a Inglaterra como primera del grupo D, con lo que le esperará en octavos de final el que será probablemente el encuentro estrella de esa ronda. Francia, Alemania o Portugal asoman en el horizonte, salvo que Hungría dé hoy la campanada, en tanto que la República Checa descendió a la tercera plaza, pero con el billete a octavos.

La ubicación clasificatoria cobró quizá el aspecto más relevante de un choque en el que emergió de nuevo la figura de Raheem Sterling, el único en los ‘pross’ capaz de ver puerta en sus tres partidos del grupo. El jugador del Manchester City fue determinante al batir a Vaclik a los doce minutos y propiciar ese liderato envenenado para una Ingleterra que también cierra esta primera fase con el honor de no haber encajado gol alguno en 270 minutos, un dato que habla del equilibrio defensivo del que ha hecho gala el colectivo de Gareth Southgate.

Las dos selecciones se encargaron de desactivar cualquier sospecha de ‘biscotto’, ya que a ambas les valía el empate para clasificarse directamente a los octavos. Sin embargo, Inglaterra tenía una deuda consigo misma. Ofreció una imagen pobre ante Escocia en el segundo partido y necesitaba reconciliarse en el templo de Wembley, por lo que tiró de una versión creíble desde el minuto cero. No en vano, su arranque fue intenso. Grealish, la joya del Aston Villa, sacó a pasear su calidad, Saka quiso protagonismo, Sterling cogió galones…

La tropa de Gareth Southgate se liberó y cercó a los checos. A los dos minutos, Sterling, de vaselina, estrelló el cuero en el palo izquierdo de la meta defendida por el sevillista Vaclik, pero diez minutos después el jugador del City no falló al cabecear un gran servicio de Grealish. Inglaterra se gustaba y hasta apareció Kane, criticado por sus malas actuaciones anteriores, quien en una acción marca de la casa exigió a Vaclik. La República Checa, con todo, salió del apuro y también quiso buen fútbol para poner en aprietos a Pickford en dos remates con mucho peligro de Holes y Soucek, destelllos que retrataron un primer acto de alto nivel.

El regreso de vestuarios proyectó otro tipo de partido. Entró en escena el pragmatismo, con dos selecciones que quizá miraron más al marcador y a lo que sucedía en Glasgow en el otro duelo del grupo. O sea, el matiz clasificatorio empezó a coger su trascendencia, pese a que tanto la República Checa como Inglaterra ya tenían asegurada su plaza en los octavos de final. El conjunto de Jaroslav Silhavy se veía obligado a dar un paso adelante si quería llevarse el primer puesto, que, paradójicamente, no se entendía como un premio gordo por aquello del cruce que les esperaba.

El juego fue decayendo con el paso de los minutos, aunque Southgate intentó dar otro aire con la comparecencia de Rasshford y Bellingham por Srterling y Grealish -los dos mejores hombres de los ingleses-; mientras que su colega checo dio la vuelta a la medular con los recursos de Kral y Hlozek, un pelín más creativos para prescindir también en el tramo final de su pichichi Schick, ya que el delantero del Bayer Leverkusen apenas dio señales de vida.

Vaclik y Pickford se convirtieron en meros espectadores, aunque la noticia llegó desde Glasgow, cuando a falta de un cuarto de hora Croacia firmó su tercer tanto, lo que dejaba a la República Checa como tercera de grupo y a los balcánicos, segundos.

FICHA TÉCNICA

República Checa: Vaclik; Coufal, Celustka, Kalas, Boril; Holes (Min. 84, Vydra), Soucek; Masopust (Min. 64, Hlozek), Darida (Min. 64, Kral), Jankto (Min. 46, Sevcik); y Schick (Min. 75, Pekhart).

Inglaterra: Pickford; Walker, Stones (Min. 79, Mings), Maguire, Shaw; Phillips, Rice (Min. 46, Henderson); Saka (Min. 84, Sancho), Grealish (Min. 68, Bellingham), Sterling (Min. 67, Rashford); y Kane.

Gol: 0-1: Min. 12; Sterling.

Árbitro: Soares Dias (Portugal).

Incidencias: Último partido del grupo D de la Eurocopa disputado en Wembley ante 22.500 espectadores.