Como sociedad estamos viviendo una situación sin precedentes que obliga a reflexiones y transformaciones importantes. En IMQ, aun siendo una compañía especializada en salud y prevención, la gestión de esta crisis sanitaria también ha supuesto un enorme desafío. Compartimos en este artículo una entrevista con su director general, Javier Aguirregabiria, un año después del inicio de la pandemia.

¿Qué recuerdos le llegan a la mente en los inicios del coronavirus?

-Al tratarse de una situación sin precedentes, hubo al inicio momentos críticos en los que todos tuvimos que aprender a luchar contra lo desconocido, tratando de dar respuesta asistencial no solo a nuestros clientes, sino también al conjunto de la sociedad y del sistema sanitario, poniendo todos nuestros recursos y experiencia profesional a disposición de las instituciones. Teníamos claro cuál era la prioridad: prestar a toda persona que lo requiriera, la mejor atención médica posible, con cercanía y seguridad. Desde la aseguradora, pese a que las pandemias no son coberturas, cubrimos también la asistencia por Covid-19 y hemos estado en todo momento al frente con oficinas y centros abiertos, adaptando estructuras, procesos y equipamientos y dando apoyo a los profesionales sanitarios, los grandes héroes de esta batalla colectiva que todavía nos afecta.

¿Cómo cree que ha afectado esta crisis sanitaria a la demanda de seguros de salud?

-La pandemia ha situado la salud como la gran prioridad colectiva de la sociedad y un importante número de personas se han dado cuenta de la importancia de estar bien cubiertos en este aspecto. Contar con un seguro médico que permita acceder al profesional sanitario que se desee, a la rápida realización de pruebas diagnósticas o a hospitalizaciones y tratamientos de vanguardia es algo que se está valorando y demandando cada vez con más intensidad. Y dentro de ellos el de IMQ es, sin duda, el líder.

Un año después ¿a qué retos se enfrenta IMQ para encarar el futuro?

-Para seguir siendo una empresa puntera, debemos poner todo nuestro conocimiento, capacidades y esfuerzos al servicio de las necesidades y retos que plantean la sociedad y el cliente. Esta crisis nos ha obligado a todos a innovar, nos ha demostrado nuestras fortalezas y limitaciones y ha acelerado transformaciones que ya estaban en marcha especialmente en digitalización de la salud, medicina preventiva y experiencia de cliente. Debemos seguir incidiendo en ello. Si antes ya era necesario, ahora resulta obligado mantenernos en constante alerta y mejora, esforzarnos para habilitar instrumentos que ayuden a hacer frente al futuro de nuestra sociedad con una sanidad en la que sistema público y privado deberán seguir complementándose.