a afección del Real Decreto de medidas urgentes complementarias del estado de alarma en el ámbito social y económico a la partida destinada a las políticas activas de empleo -que el portavoz en material laboral del PNV en el Congreso, Iñigo Barandiaran, cifró ayer en el 47% del total- y su traducción política en la invasión competencial por el Gobierno del Estado se reduce, según la ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, a un problema de necesidades: se destina al abono de los subisidios de paro en lugar de a formación para el empleo porque este, en palabras textuales, “se nos está desplomando”. Díaz pretende fundamentar una actuación que ignora competencias del Estatuto de Gernika (art. 10.25 sobre desarrollo, promoción y planificación de la actividad económica y art. 12.2 sobre legislación laboral, por ejemplo), también un acuerdo político y un dictamen final de la Comisión Mixta de Transferencias que viene ejecutándose en la práctica durante una década, con esa realidad, el desplome del empleo, que sin embargo se puede enfrentar desde otros ámbitos presupuestarios sin necesidad de apropiarse de una partida cuya gestión no corresponde al ministerio. Una partida, además, que siendo relativamente corta en cuanto a su capacidad frente al “desplome del empleo” generalizado en el Estado, puede poseer sin embargo relevancia para el diseño y puesta en práctica de actualizaciones en el empleo imprescindibles con el fin de remontar la crisis derivada de la pandemia en economías que, como la vasca, presentan características y situación todavía bien diferenciadas de aquella general a la que la ministra se refiere. Que dichos fondos fueran o no a ser ejecutados, como plantea Díaz en el caso de algunas administraciones no depende de su Ministerio sino de aquellas instituciones a las que corresponde ejecutarlos cuando aún quedan por delante tres cuartas partes del ejercicio. Así que no se trata de la disyuntiva entre formación para elempleo y “dar de comer a la gente”, como de forma demagógica plantea la ministra, aunque formar se antojaría el mejor modo de mejorar el empleo y por tanto asegurarlo, es decir, “dar de comer a la gente”, tal y como se ve precisamente en esta crisis, sino de un, otro, desacierto en la elaboración del decreto que es imprescindible admitir primero y corregir a continuación.
- Multimedia
- Servicios
- Participación