Descubrir Vitoria y sus rincones menos conocidos puede ser también un plan excelente para Semana Santa. Lo mismo que recorrer los bares y restaurantes de la ciudad y, siempre siguiendo las medidas de prevención e higiene implantadas, disfrutar con esos caprichos para el paladar que salen de los fogones de una ciudad que destaca por su elevado nivel gastronómico.

Por ello, desde la redacción de DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA de lo más variopinto recomendados por nuestros redactores para disfrutar sentados a la mesa de una variedad culinaria para todos los gustos.

ZALDIARAN

ZALDIARANMascarón de proa de la alta cocina vitoriana desde hace más de tres décadas, durante 14 años el restaurante Zaldiaran (Avenida de Gasteiz, 21) disfrutó del reconocimiento que supone ostentar una Estrella Michelin y destacado ahora con un Sol Repsol.

Un gran comedor principal con el lujo de siempre, comedores privados para pequeños eventos yel nuevo bistró, un espacio informal para picotear, componen la variedad de ambientes de un restaurante que, con Patxi Eceiza a los fogones, ofrece una espectacular carta con lo mejor de la alta cocina de mercado (las láminas de trufa con huevo confitado a baja temperatura, tocino confitado y espuma de patata son uno de sus platos más reconocidos) a la que se ha unido una apuesta por las carnes y pescados a la parrilla, un menú desgustación para disfrutar en profundidad de la variedad de su cocina (tres aperitivos, seis platos principales y dos postres por 68 euros), así como su última novedad, un picoteo más informal en su gastrobar, todo ello regado por una variedad de vinos de enorme calidad de las grandes bodegas del mundo.

EL_TXOKO TABERNA

Un rincón de México desembarcado directamente en este coqueto rincón en el número 20 de Portal de Legutiano y gestionado por dos hermanas procedentes del país azteca que ofrecen a sus visitantes en el_Txoko Taberna lo mejor de su variada gastronomía con toque casero.

Uno de los aspectos más llamativos del local era que no contaba con carta, pero desde hace poco tiempo ya no se cantan los platos a viva voz y se pueden leer de primera mano las apuestas por el producto de mercado. Tacos, nachos, jalapeños, guacamole, tlacoyos, sopes, quesadillas… Lo mejor es sentarse, dejarse recomendar por las dueñas de la casa y disfrutar de un desfile de sabores diferentes. Y, para rematar, no puede faltar un chupito de tequila.

SUKALKI

La cocina de Luis Ángel Plágaro es toda una referencia desde hace años en Vitoria y Sukalki (calle Florida, 37) representa el toque de modernidad a la cocina de las amatxos de toda la vida con una clara apuesta por el producto local y de temporada. Colaboradores de Slow Food Araba y acreditados como local km0, las viandas alavesas son protagonistas en su carta, como la ternera ecológica de Maturana (el sukalki, el tradicional guiso que da el nombre al local, es una de las especialidades de la casa), la morcilla de Maeztu, el potro de la Montaña Alavesa, la patata alavesa, el aceite de Moreda o la sal de Añana.

Y en su carta (también ofrece menú del día y opciones para llevar a casa, además de recomendaciones especiales dependiendo de lo que encuentren en el mercado) destaca también la apuesta por los txuletones, con unas cuantas variedades que salen del fuego al punto. Pero no solo el placer por el comer destaca en Sukalki, ya que la bebida local, ya sea vino o cerveza, tiene también un espacio destacado de la mano de Leticia Plágaro, una sumiller de enorme prestigio a nivel estatal.

EL 7

Seguramente no hay un solo vitoriano que no haya degustado uno de los afamados bocadillos de El 7 (calle Cuchillería, 3) como preludio de una larga noche por el Casco Viejo, pero este referente de la Kutxi va mucho más allá de esa oferta entre panes con destino juvenil y sus menús del día o de fin de semana hacen las delicias de sus comensales.

Con precios muy ajustados y una oferta cambiante cada jornada, aperitivo, primer y segundo platos a elegir entre varias opciones, postres variados, pan y vino en los que priman el toque tradicional y sabores muy caseros son la opción perfecta para hacer una parada (bastante rápida, ya que el servicio es excelente) en medio de una visita por la Vitoria más histórica. Su único inconveniente, que casi siempre está a rebosar y comer sin reserva es prácticamente imposible.

FUXIANG

Las opciones para comer en un restaurante chino en Vitoria, pero sí de verdad alguien se quiere acercar a la esencia del país oriental tiene que visitar obligatoriamente el Fuxiang (calle Logroño, 9).

Un restaurante familiar en el barrio de Arana que ofrece la típica cocina china occidentalizada, pero que destaca sobre el resto por una interminable carta en la que se desgrana casi por completo toda la variedad de la comida tradicional de ese país, como los tallarines hechos a mano, el pato en todas las modalidades que se puedan imaginar o las fondues. El chino de los chinos en Vitoria.

AIURI JATETXEA

En el espacio en el número 47 de la calle Heraclio Fournier que durante años ocupó El Porrón se ha instalado José Antonio Bratos, con la apuesta de implantar la cocina leonesa en Vitoria, a la que anualmente dedica en exclusiva una semana gastronómica.

Más allá de ese momento excepcional (sopas de trucha, botillo, cocido maragato…), la carta de Aiuri Jatetxea ofrece excelencias como la cecina, la alubia verdina o la chuleta de vaca del Valle del Esla con uno de los precios más competitivos de la ciudad o también la posibilidad de crear un menú degustación personalizado, con croquetas de queso de Valdeón, ensalada de lengua curada con pimientos del Bierzo o torrijas de mantecada de Astorga, además de vinos propios de las tierras leonesas. Como ellos mismos se presentan, la esencia de la cocina tradicional leonesa en Vitoria.

BAR TXIKI

El pintxo de tortilla más famoso de Vitoria, el que se elabora en el Txiki, ha cumplido cuarenta años en su nueva ubicación en la Plaza de Abastos (calle Jesús Guridi, s/n). Rosa Romo y Francisco Rubio dieron los primeros pasos en la calle Sancho El Sabio, que se convirtió desde 1981 en parada obligatoria para los vitorianos para degustar su ya afamada tortilla.

La tradicional, sola y muy jugosa, puede pedirse en versión pintxo o en su formato completo. Y, también, con ingredientes añadidos o acompañada de alguna de las raciones que ofrece el local que ahora Marta, Luis y Joseba, herederos de Rosa y Francisco, ofrecen en el gran mercado vitoriano.

DOLOMITI

De sus andanzas sobre la bicicleta en Italia, Paco Galdos se trajo a Vitoria muchos premios (entre otras muchos logros, fue segundo en el Giro de 1975 y tercero en el de 1972, además de segundo en la Vuelta de 1979) y también su pasión por la cocina transalpina. En 1981 abrió su pizzería, Dolomiti (calle Ramón y Cajal, 1), todo un referente en la ciudad y prácticamente las primeras pizzas que se confeccionaron en la capital alavesa cuando eran unas completas desconocidas por estas tierras.

Caseras, hechas a mano y horneadas a la leña, le costó arrancar y por ello dedició aumentar la carta con más oferta italiana (la pasta también es de elaboración casera) y ampliada también con platos locales. Ahora es su hija Patricia quien se encarga de la gestión, con esa misma tendencia de descubrir un rincón de Italia en Vitoria, pero sin desdeñar la gastronomía cercana.

RAÍZ

El Raíz (calle Labastida, 13) es la gran referencia gastronómica del barrio de Zabalgana para sentarse tranquilamente en torno a la mesa y dejarse sorprender con sus raciones o platos completos. Desde que se instaló en el barrio, un local exitoso que se ha trasladado también a la zona centro con la apertura reciente de su hermano, el Mano Lenta. Ingredientes de calidad trabajados a mano y la combinación entre el producto tradicional y la fusión de comidas de varias culturas que suponen un viaje para los sentidos.

Más allá de un aconsejable menú del día, entre sus propuestas nunca fallan sus famosas espadas de ternera, el carpaccio de cecina y foie, los tigres de bogavante o sus patatas hojaldradas bravas hacen las delicias de sus visitantes.

CASA VIEJA-ETXE ZAHARRA

En el Casa Vieja-Etxe Zaharra el del gusto no es el único sentido que se deleita, pues la propia ubicación y el interior del restaurante suponen por sí mismos un atractivo que no desmerece a sus fogones. Aunque en esta casa, el verdadero protagonista es el horno de leña, del que salen, siempre por encargo, corderos y cochinillos que son el orgullo de los anfitriones.

En la calle Txikita 6, en pleno Casco Viejo y a los pies de la Catedral Santa María, se trata de un edificio del año 1886 que lleva ya más de dos décadas rehabilitado como restaurante tras ser anteriormente una vivienda. Con semejante entorno histórico, la cocina tradicional vasca manda en su carta. Morcilla alavesa, merluza en salsa verde, bacalao al pil pil, carnes y pescados a la brasa y una extensa carta de postres donde destacan el goxua o la tarta de queso Idizabal son algunas de sus grandes referencias.