La transición ecológica es el pilar que sustenta el proceso de modernización de los procesos industriales. Hablamos de una orientación que se suma a otras prioridades a escala mundial, como la digitalización, la igualdad o la cohesión social. Pero es que además, la transición ecológica cobra especial importancia en una ciudad como Vitoria-Gasteiz, que lleva la industria en su ADN (supone el 27% del PIB y el 24% del empleo) y que se enfrenta a un huevo horizonte en el que la innovación tecnológica abre un abanico de oportunidades en cuanto a cualificaciones profesionales. De esta manera, debemos ser capaces de combinar esta potencia industrial con una evolución que podría resumirse en tres aspectos: gestión eficiente de los recursos; reutilización en base a un concepto de economía circular; y uso de nuevos materiales. Conceptos clave que se han visto afianzados en la cumbre climática de Glasgow.

Nadie puede negar que la pandemia ha tenido un impacto significativo a nivel económico y social, pero también es evidente que el planeta 'respiró' en los momentos más duros de la crisis sanitaria por el descenso de las emisiones de CO2. La reactivación de la vida económica nos ha puesto de nuevo ante una realidad que nos recuerda la importancia de abordar un cambio de ciclo, de apostar por la industria verde y por las energías 'limpias'.

No es casualidad que Vitoria-Gasteiz sea un referente sostenible. Lo es porque hace décadas puso este debate sobre la mesa y porque, además, ha sido capaz de mantener esta estrategia común a lo largo de los años al margen de las habituales disputas partidistas. Y por eso es necesario reconocer también el esfuerzo realizado por otros gobiernos a la hora de defender nuestro espíritu 'green' y la industria verde. Pero no podemos conformarnos con decir que somos pioneros en materia de sostenibilidad. Debemos avanzar en este sentido. Me refiero a avanzar para conseguir un reto: incorporar la visión sostenible al modelo de producción y consumo. Y eso implica arropar y reconocer a las empresas que están dispuestas a liderar esta transición.

Debemos avanzar hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas, recordando también el acuerdo sobre cambio climático de París y las reflexiones de la cumbre de Glasgow. Y saber encajar esta sensibilidad en el sistema económico local, que exige la protección de la industria pero también una apuesta clara por la transición digital y la I+D+I. Vitoria-Gasteiz ya ha dado pasos importantes en este sentido, con un Plan de Economía Circular que busca que el impacto climático de nuestras empresas se reduzca de forma progresiva. Fruto de todo ello son medidas de reutilización de materiales o el desarrollo de la comunidad Pacto Verde.

Tenemos desafíos globales pero también la certeza de que seremos capaces de adaptarnos al nuevo modelo. Debemos crecer para que, además de ser una ciudad sostenible, seamos también una ciudad comprometida con la industria verde. Es un reto que debemos afrontar y que nos agradecerán las siguientes generaciones.