Noël d’Anjou es, desde el pasado mes de junio, el consejero de Hacienda y Finanzas. La cautela y una apelación al acuerdo marcan su discurso tras dar a conocer los detalles de los presupuestos para 2025.
Ha presentado hace unos días sus primeros presupuestos como consejero. De le lectura del proyecto de ley se extrae que han apostado por la prudencia en sus cálculos.
Creemos que son unos presupuestos sólidos, capaces de afrontar los retos que a día de hoy tiene nuestra sociedad, pero pensando también en los del futuro.
En su comparecencia antes los medios puso el acento en destacar el gasto que se va a realizar en los departamentos de Salud y Educación. El lehendakari ha incidido en la necesidad de situar a Osakidetza como una de las prioridades de cara a esta legislatura. ¿Ha sido complicado cuadrar números para afrontar esta exigencia?
No, porque llevamos tiempo trabajando en ello. En julio tuvimos reuniones con los consejeros. Venimos trabajando desde hace muchas semanas en la elaboración del proyecto de ley y ha sido un ejercicio conjunto entre departamentos. Evidentemente, siempre se quiere más dinero, pero lo importante es priorizar para al final conseguir los distintos objetivos que tenemos: reforzar los servicios públicos, y pensar en las inversiones a realizar de cara a la Euskadi del futuro.
“La economía es caprichosa y se puede ver afectada por muchos factores, pero el ciclo invita a que siga creciendo”
A partir de mañana los consejeros empiezan a explicar el proyecto de ley en las comisiones y posteriormente comenzarán las negociaciones. ¿Qué espera de ellas?
Nuestro talante va a ser positivo. Creo que que para estos presupuestos sean beneficiosos para la ciudadanía hay que acudir a la mesa con propuestas serias, con espíritu de contribuir, porque estamos hablando de los recursos públicos. En ese sentido, creo que deben ser propuestas realistas, que sean pensando en la sostenibilidad. Estamos dispuestos a sentarnos y escuchar a todas las fuerzas democráticas, pero yo les pediría a sus responsables ideas lo más concretas posibles.
El portavoz de Bildu en el Parlamento, Pello Otxandiano, deslizó en una entrevista en estas mismas páginas el planteamiento de su grupo de sincronizar el presupuesto de la comunidad y el de las diputaciones forales. ¿Qué le parece?
Tenemos una realidad institucional y ese es el marco en el que me voy a mover. Nos sentaremos con ellos para escuchar sus propuestas, pero el ámbito que nos corresponde es el de la Administración vasca.
En el reciente Consejo Vasco de Finanzas se visualizó una recaudación récord para este año, con un total de 18.300 millones de euros. ¿El impacto derivado de las devoluciones a los mutualistas ha sido menor del que se preveía?
El impacto de las devoluciones ha sido considerable. Estamos hablando de una cantidad de 800 millones en total. A la hora de cerrar el ejercicio, la recaudación ha sido de 700 millones por debajo de la estimación inicial. No obstante, ha habido una buena evolución. De hecho, se ha recaudado más de los 19.000 millones que se calculaban, puesto que el año pasado no estaba prevista esta sentencia. Las previsiones que se han hecho de recaudación para este año son sólidas, hechas por los técnicos, y son razonables.
“No me preocupa el debate sobre la financiación de Catalunya, nuestro Concierto está blindado”
El contexto actual, con rebaja de tipos de interés y actualizaciones de las condiciones salariales -en términos generales-, ¿pueden contribuir positivamente a seguir impulsando el crecimiento?
La teoría económico dicta eso. Con tipos de interés a la baja se confía en una reactivación de la economía y, efectivamente, en ese sentido nuestras estimaciones de crecimiento para el año que viene son del 2,1%. Son cálculos prudentes, pero la economía es caprichosa y se puede ver afectada por muchísimos factores. Es complicado acertar, pero sí que el ciclo invita a que siga el crecimiento, sin duda, y eso es positivo. Ahora bien, en nuestros presupuestos nos corresponde ser cautos, porque somos conscientes de que los ciclos económicos pueden cambiar en cualquier momento. Por otra parte, además, hay que pensar también en reservar dentro esas cuentas una parte sustancial de inversiones que permitan mantener la sostenibilidad futura de la economía.
“El sector industrial es clave para la sostenibilidad de la economía vasca”
El peso de la industria en la economía vasca se está reduciendo. Es una caída lenta, sin estridencias, pero que parece que no tiene freno. ¿Es irreversible este retroceso?
—No. La economía va por ciclos. Es cierto que los últimos crecimientos vienen más por el lado de los servicios, pero la industria es clave. Alemania tiene un peso industrial del 26% y nosotros un 24%,. No estamos tan alejados. Pero si pensamos en la sostenibilidad futura, la industria es una clave. No es algo que nos esté preocupando especialmente. Tenemos las miras puestas en que lo que debemos hacer es ser competitivos.
El mercado de trabajo está resistiendo bien, con un millón de cotizantes y la previsión de que la tasa de paro caiga el año que viena al 7%. ¿Se prevé está buena evolución o está cerca el momento de que el empleo toque techo?
—Mientras hay crecimiento de la economía, es razonable pensar que se va a seguir generando empleo. Y queremos que se proceso de crecimiento del mercado de trabajo siga siendo sostenible. El año que viene habrá una creación de cerca de 15.000 empleos. En la medida que el año que viene la economía de Alemania, que es el motor de Europa, no va a continuar deteriorándose, eso va a beneficiar a nuestro mercado de trabajo. No hay motivos para preocuparnos de momento por el empleo.
Las empresas se quejan de que no encuentran personal cualificado. ¿Cómo compromete eso el futuro de la economía vasca?
—Es un problema global. Somos conscientes de la necesidad que existe de atraer talento, de formarlo y de mantenerlo. Efectivamente, tenemos un problema devlumen de trabajadores, pero la economía del mañana no va a ser tan intensiva en lo que respecta al número de empleados, sino que va a depender de tener las personas correctas en los sectores de futuro. La economía de los próximos años, con la revolución tecnológica, se va a encaminar más en la dirección de los datos y la Inteligencia Artificial. En este sentido, y teniendo en cuenta el factor de la inmigración, es importante la reciente transferencia de la homologación de títulos universitarios, que puede servir para impulsar al empleo.
La Comisión Europea está desliando la posibilidad de recentralizar la gestión de los fondos Next Generation para garantizar su ejecución. ¿Le preocupa?
—Nosotros tenemos los mecanismos para llevar esos fondos al tejido industrial de Euskadi de una manera más ágil. Centralizar supone no aprovechar las herramientas de las que disponemos. Tendemos la mano a Europa para aprovechar la cercanía que tenemos.
El acceso a una vivienda se complica cada vez más para diferentes sectores de la sociedad, en especial los jóvenes. ¿De qué forma daña eso a la economía?
—El problema de la vivienda es complejo. No hay recetas simples. Es algo que nos preocupa y estamos abordándolo desde distintas áreas de actuación. Es una de las principales apuestas en los presupuestos. Queremos poner en marcha una línea de avales a través del Instituto Vasco de Finanzas para facilitar el acceso de los jóvenes a la vivienda. Las entidades suelen aportar el 80% de la hipoteca como límite y estamos trabajando para articular una línea que permita avalar el 20% restante.
¿Qué retos le aguardan a la economía de Euskadi?
—Uno de los retos importantes es la industria. Está en continua transformación y la tecnología va a ser clave, porque estamos compitiendo desde lo local a nivel global. Otro reto es la transformación demográfica, sin olvidar la transición energética. El futuro va a venir determinado por estas tres transformaciones. Queremos que estos presupuestos se adelanten a a esos retos y nos permitan estar bien posicionados a nivel competititivo, también pensando en las generaciones futuras. En la transición energética estamos por debajo de los países referentes. Hace falta preparar a las distintas partes y territorios, y ser más conscientes de la necesidad de dar pasos en ese sentido. Pero sabemos hacia donde debemos movernos. l
La Comisión Mixta del Concierto Económico entre el Gobierno vasco y el Estado aún no se ha podido reunir para definir los objetivos de déficit y de deuda del año que viene. ¿Tienen algún viso de cuando se podrá producir esa reunión? ¿Con qué aspiraciones irán?
Hemos presentado los presupuestos sin haber acordado el objetivo de déficit y la estabilidad presupuestaria. La expectativa es que próximamente se cierre ese objetivo en una reunión bilateral. Confío en que haya acuerdo. Estamos en una posición de endeudamiento que nos diferencia del resto del Estado. Hemos marcado en el proyecto de ley un objetivo de déficit para el año que viene del 0,3%, que creo que es razonable.
Precisamente, en el proyecto de ley han incluido un endeudamiento por valor de 1.285 millones, más de 400 millones más respecto al año pasado. Asimismo, se apuesta por la inversión pública con 1.500 millones de euros de recursos propios. ¿Porqué han optado por estos dos mecanismos?
Siempre tenemos una visión largo plazo y una visión de sostenibilidad en la elaboración del proyecto . Es cierto que hay un crecimiento en términos nominales del endeudamiento, pero esperamos que el ratio de deuda se mantenga en el 11,44%. Con este endeudamiento, lo que estamos haciendo es invertir en el futuro. Por otra parte, lo que caracteriza a estos presupuestos es la inversión pública con recursos propios, que por primera vez va a ser por encima de 1.500 millones, y que que queremos que sirva para posicionarnos de cara al futuro, y no tanto pensando en el corto plazo. Hay que tener presente la necesidad de equilibrio entre presente y futuro. Otra partida destacable es la inversión en I+D+i, que es de 680 millones, cumpliendo el objetivo del 6%.
“El problema de la vivienda nos preocupa; es complejo y es una de las apuestas en estos presupuestos”
¿Le preocupa que de las negociaciones para una nueva financiación de Catalunya surja un debate sobre un hipotético retoque del Concierto y del Cupo?
No. Tenemos un Concierto Económico que está blindado legalmente, y en este sentido me remito a lo que marca la Constitución y los tribunales europeos.
Confebask apuesta por emplear el Concierto para “recaudar mejor” y hacer más atractivo el territorio para el inversor. ¿Se pueden explorar caminos conjuntos para ello?
La fiscalidad no es competencia única nuestra, sino del conjunto de los territorios y de las administraciones. Pero la fiscalidad ya está siendo una herramienta positiva para Euskadi. Los impuestos no son solo una cuestión de números, sino también la manera en la que se hace uso de esa recaudacion. Cuando recaudamos pedimos un esfuerzo colectivo a los ciudadanos que luego se traslada con rigor y responsabilidad a los presupuestos. No tengo duda de que la revisión fiscal se hará recogiendo el punto de vista de Confebask y también del resto de agentes de la sociedad.
¿Qué supone para Euskadi integrar, dentro del Concierto Económico, el impuesto a la banca? ¿Qué valoración hace de la retirada de la tasa a las energéticas?
Concertar un impuesto implica reconocer la capacidad normativa de las instituciones vascas para regularlo de la manera que sea más acorde con las necesidades de Euskadi y fijar los puntos de conexión de cuándo un contribuyente tributa a las haciendas vascas y cuándo a la Administración del Estado. Y eso es lo que debe llevarse a la Comisión Mixta. Esos son los detalles en los que estamos trabajando una vez alcanzado el acuerdo político.
¿Qué objetivos tiene el mecanismo al estilo de un fondo soberano que plantea el Ejecutivo?
—En Euskadi tenemos muchas capacidades financieras entre distintos agentes. El fin es generar sinergias. Si alineamos objetivos entre esas partes multiplicamos nuestra capacidad financiera. Pero hay que mirar más allá del corto plazo. Estamos trabajando en aunar esas capacidades en los próximos meses.