El Grupo Kutxabank logró un beneficio neto de 110,7 millones de euros al final del primer trimestre de 2023, un 47,3% más que al final de marzo de 2022, tras asumir los 47 millones de euros por el impuesto especial a la banca y en un contexto de subida de los tipos de interés. El arranque del año ha estado caracterizado por las crisis de los bancos Silicon Valley y Credit Suisse, que ha motivado un rápido efecto contagio y un impacto relevante en la valoración de la banca europea. La situación se ha superado gracias a la fortaleza financiera, elevada solvencia y la buena posición de liquidez de los bancos del viejo continente.

Las previsiones de crecimiento para el 2023 han mejorado de forma gradual, por un cierre del 2022 mejor de lo esperado, un mayor dinamismo en el empleo y la tendencia a la contención de la inflación, que ha disminuido a pesar de que la subyacente continúa disparada, lo que aumenta la presión a las familias, destaca el banco de las tres antiguas cajas de ahorro de la CAV. Si mantiene el ritmo actual, la entidad financiera acabará el año con un récord de beneficios y se situará en niveles precovid. Todo ello teniendo en cuenta que reparte su dividendo entre las tres fundaciones bancarias, BBK, Caja Vital y Kutxa para que atiendan su obra social.

Las previsiones de crecimiento para el 2023 han mejorado de forma gradual, señala el banco, por un cierre del 2022 mejor de lo esperado, un mayor dinamismo en el empleo y la tendencia a la contención de la inflación, que ha disminuido a pesar de que la subyacente continúa disparada, lo que aumenta la presión a las familias.

En este contexto, los resultados de Kutxabank se han fundamentado en la buena evolución del negocio típico bancario, que ha crecido un 29,3%, impulsado principalmente por el margen de intereses, que ha avanzado un 70% con respecto al mismo periodo del año pasado, cuando no se había iniciado todavía la normalización de los tipos de interés.