Tubacex venía ya dando síntomas de recuperación de los efectos de la pandemia en los últimos trimestres, y la Junta General de Accionistas celebrada ayer en el Palacio Euskalduna de Bilbao sirvió precisamente para presentar un nuevo plan estratégico 2022-25 que suponga “reducir su dependencia” del oil&gas -hasta que representar estos un tercio de sus ventas en 2025, cuando hoy representa en torno al 60%-, acelerando un proceso de diversificación que le permita alcanzar un mix de negocio que incluya “industrias menos cíclicas, como la automoción, la aeroespacial, la farmacéutica, el hidrógeno o aplicaciones de CCS, entre otras”.

Con estos mimbres, la firma alavesa aspira a duplicar para 2025 sus beneficios y ventas previos a la pandemia, en los ejercicios 2018 y 2019, cuando tuvo ventas por valor de 622 y 614 millones de euros, respectivamente, con un Ebitda de 69 y 67 millones de euros y un beneficio neto de 17 y 11 millones.

El grupo, que no descarta desinversiones, mantiene su previsión de cerrar 2022 con unos resultados mejores que en los años prepandemia (2018-2019) lo que supone concluir con beneficios, llegando a un Ebidta superior a los 70 millones. En estos momentos, todas las compañías del grupo están en beneficio, salvo las plantas vascas que seguían en pérdidas en el primer trimestre por los elevados costes energéticos, según explicaron el CEO de Tubacex, Jesús Esmorís, y su presidente, Francisco García Sanz, en un encuentro con los medios previo a la Junta de Accionistas.

“El grupo ha salido muy fortalecido de la crisis”, aseguró García Sanz. A pesar de que 2021 cerró con pérdidas, se logró volver al beneficio en el último trimestre de ese año y cuentan con una cartera de pedidos superior a los 500 millones basada en “menos toneladas y más valor añadido” y un mercado energético “en expansión”. El presidente de Tubacex afirmó que el comienzo del año ha estado marcado por una “inestabilidad bastante fuerte”, por una parte, por la inflación basada en la energía y por los “altos” precios de materias primas. Junto a ello, no han ayudado los cambios en las políticas monetarias y la situación geopolítica. Jesús Esmorís, por su parte, precisó que fue en la segunda parte de 2021 cuando se volvió a reactivar el mercado y ahora se muestran “relativamente optimistas” respecto al corto y medio plazo. En el primer trimestre del año, Tubacex declaró un beneficio de 3,4 millones, las ventas ascendieron a 158,1 millones (82% más), y el Ebitda, a 19 millones.

En estos momentos, todas las compañías del grupo están en beneficio, salvo las plantas vascas, que en el primer trimestre del año seguían en pérdidas, sobre todo por los costes energéticos que se han “multiplicado por cuatro o por cinco”. En todo caso, los responsables de Tubacex aseguraron que están “en la vía de solución”. Asimismo, afirmaron que al acuerdo de congelación salarial cerrado en sus plantas de Llodio y Amurrio tras meses de huelga en 2021 “ayuda” a la situación, pero “lo que más ayuda es la apuesta por menos toneladas y mayor valor añadido”.

“Si se sigue por ese camino y vamos a las nuevas tecnologías y somos capaces de añadir más valor con menos toneladas, quién dice que ese valor añadido no se puede hacer en el País Vasco”, dijo Esmorís, que admitió que “menos toneladas significa menos personas”, pero precisó que, en el caso de sus fábricas en Euskadi, no hay previsión de otra reestructuración.

El plan estratégico 2022-25 busca que Tubacex se convierta “en un proveedor clave para los sectores energéticos y de movilidad sin perder sus señas de identidad. De este modo, aboga por acompañar a sus clientes en sus procesos de descarbonización “gracias a una evolución de los productos actuales”, con perspectiva de analizar “las oportunidades de crecimiento en los sectores de energía y movilidad, introduciéndose así en nuevos negocios”.

En línea con este objetivo, Tubacex apuesta también por “buscar resultados más estables” con la mejora del mix de producto, el impulso de productos premium y acuerdos de colaboración y suministro a largo plazo.

Entroncando con todo esto, el objetivo es acelerar el plan de diversificación para lograr un mix de negocio que ponga el foco en industrias menos cíclicas, como la automoción, la aeroespacial o el hidrógeno.