El Banco de España ha avanzado que volverá a rebajar en junio su previsión de crecimiento para 2022 desde el 4,5% calculado en abril, después de que la desaceleración del PIB en el primer trimestre haya sido "mucho más intensa" de lo esperado y haya estado acompañada de un repunte de la inflación subyacente.

El informe anual de la entidad publicado este miércoles señala que la inflación no energética crecerá más de lo previsto este año, mientras que la subida de los precios de la energía será más modesta, entre otras cosas por la puesta en marcha del mecanismo ibérico para limitar el precio del gas y rebajar el de la electricidad.

"Estamos revisando las previsiones y no tenemos números concretos, pero las dinámicas apuntan a una inflación subyacente (sin energía ni alimentos frescos) mayor de la que esperábamos", ha dicho el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán, durante la presentación del informe.

El porcentaje de bienes y servicios que registran tasas de inflación por encima del 2 % se ha incrementado de forma muy significativa, al pasar del 25 % en junio de 2021 al 65 % en marzo de 2022, según el informe.

Entre los elementos que más han subido se encuentran muchos productos de primera necesidad, por lo que la inflación está teniendo un impacto "extraordinariamente asimétrico" en la sociedad y son los hogares con rentas más bajas, menor nivel educativo y más edad los que se ven más afectados.

LA INFLACIÓN ES 1,2 PUNTOS MAYOR PARA LAS RENTAS MÁS BAJAS

El informe añade que en los últimos meses los hogares con menor renta (cuartil inferior) habrían soportado una tasa de inflación 1,2 puntos porcentuales superior a la que enfrentaron los hogares con mayor nivel de renta (cuartil superior).

Los alimentos, la electricidad, el gas y los otros combustibles explican, en conjunto, un 58 % de la inflación para los hogares con menor renta, un porcentaje que se reduce al 34 % en el caso de los hogares de renta más elevada.

Por ello, Gavilán ha insistido en que se deben tomar las medidas necesarias para evitar los efectos de segunda vuelta, pero ha reconocido que si esta situación inflacionista se mantiene mucho tiempo será difícil conseguirlo y las consecuencias para la economía serán "muy importantes".

Una de esas medidas es el pacto de rentas, que según Gavilán ya se ha alcanzado "en la práctica" porque las empresas no han aplicado a los precios finales el incremento total de sus costes y los trabajadores no están teniendo subidas salariales que igualen la inflación.

El Banco de España también ha insistido en incrementar el peso de la tributación por consumo, pasando al tipo general del 21 % del IVA productos y servicios que ahora pagan tipos reducidos (4 y 10 %), algo "deseable por eficiencia y por equidad", según Gavilán, quien ha insistido en que hay margen suficiente teniendo en cuenta que España está lejos de los niveles de otros países europeos.

Con ese incremento de la recaudación se podría compensar a los hogares más vulnerables a través de rebajas fiscales en el IRPF o con impuestos negativos.

EL CRECIMIENTO POTENCIAL SERÍA DEL 2% CON REFORMAS ESTRUCTURALES

La fiscal es una de las grandes reformas que debe afrontar el país y uno de los grandes retos, se indica en el informe, en el que se añaden otros como reforzar la sostenibilidad del sistema de pensiones, potenciar la empleabilidad de los trabajadores mayores, reforzar las políticas activas de empleo, impulsar el trabajo estable e incrementar el capital humano y tecnológico.

Favorecer el crecimiento empresarial, promover un aumento de la oferta de viviendas en alquiler y poner en marcha políticas que mitiguen la desigualdad de rentas son otras de las reformas que deben formar parte de una estrategia de país que debe ser "ambiciosa" y ponerse en marcha con "vocación de permanencia".

Según Gavilán, con estas reformas y con una selección "rigurosa" de proyectos que serán financiados con los fondos europeos "Next Generation EU", la economía española podría incrementar su potencial de crecimiento anual hasta el 2 %.

No obstante, el informe detalla que las perspectivas de la economía española son "muy inciertas" por el impacto de la guerra en Ucrania en un momento en que la recuperación de la actividad previa a la pandemia aún no se ha completado.

Una recuperación que demuestra el peso de las actividades más afectadas por la pandemia en la economía, ha explicado Gavilán, quien ha reconocido que el empleo ha crecido "con mayor vigor" que el PIB, aunque con una gran heterogeneidad sectorial.

LA TEMPORALIDAD PUEDE ESTAR BAJANDO POR LA PÉRDIDA DE EMPLEO

El Banco de España advierte en su 'Informe Anual de 2021' de que la reducción de la temporalidad en el mercado laboral español experimentada en los últimos meses "podría provenir tanto de la sustitución de empleo temporal por fijo como de la destrucción de empleo temporal".

Así, aunque considera que aún es pronto para evaluar el impacto de la reforma laboral, en vigor desde finales de diciembre, considera que el análisis de sus efectos debería incluir, entre otras dimensiones, su impacto sobre el empleo.

"Responder a esta cuestión exigirá disponer de un periodo amplio sobre el que analizar las dinámicas de creación y destrucción de empleo", apunta la institución que, en cualquier caso, subraya que algunos estudios para otros países que han realizado reformas laborales similares en el pasado evidencian que estas habrían tenido "un cierto coste" en términos de creación neta de empleo.

El organismo alerta de que la precariedad supone una mayor incertidumbre sobre la evolución futura de las rentas de los trabajadores afectados, afectando no sólo en sus decisiones de gasto, sino también a su bienestar emocional, a la formación de nuevos hogares y a la natalidad.

El Banco de España reconoce que desde la aprobación de la reforma laboral, "la contratación indefinida se ha acelerado significativamente y la contratación temporal se ha reducido", pero insiste en que aún ha pasado poco tiempo para valorar su impacto.

La institución recuerda que la reforma ha introducido límites más estrictos a la utilización de los contratos temporales, restringiendo la duración máxima de los contratos formativos, eliminando el contrato de obra y servicio y permitiendo a las subcontratas y empresas de trabajo temporal (ETT) utilizar el contrato fijo-discontinuo. Por contra, señala que la reforma no ha contemplado medidas para hacer más atractiva la contratación indefinida.

La aceleración de los contratos fijos y la reducción de los temporales empezó a producirse unos meses antes de la entrada en vigor de esta ley, pues, según el Banco de España, estas dinámicas arrancaron en el verano de 2021, aunque posteriormente, con la reforma laboral ya vigente, se intensificaron, dando lugar a una "marcada reducción de la tasa de temporalidad".