- Los dos astilleros vizcaínos que mantienen la actividad encaran el nuevo año con garantías y ayer mismo Murueta protagonizaba la primera botadura de 2022, en concreto de un buque congelador que se dedicará a la pesca de gamba en Groenlandia. En un momento de mínimos para el sector a nivel europeo, tanto Murueta y Zamakona como el guipuzcoano Balenciaga superan la crisis del covid con nota e inician el año con 13 barcos en cartera, una tercera parte de los pedidos de los constructores en el Estado español.

Murueta celebró ayer en sus instalaciones de Erandio, con la presencia de la consejera vasca de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, la ceremonia de botadura del barco Tuugaalik para el armador groenlandés Qaleralik, que se dedicará a la pesca y procesamiento de gamba y será entregado en 2023. Es el cuarto buque que el astillero vizcaíno construye para Qaleralik, participado por el grupo Royal Greenland del Ejecutivo de Groenlandia.

Según informó la empresa vizcaína, Tuugaalik cuenta “con la tecnología más avanzada” para poder procesar el pescado en su interior: captura, cocido, envasado, empaquetado y congelación en sus bodegas, dejando el producto listo para su distribución. Para ello, contará con una factoría totalmente automatizada, donde se procesará y congelará el producto.

Además, Murueta tiene en construcción un buque de suministro de combustible de propulsión híbrida que se entregará este 2022. Se trata de la primera embarcación de este tipo gracias a un innovador sistema de almacenamiento de energía mediante baterías. Entre sus barcos en cartera, Murueta tiene dos buques de carga de propulsión diésel-eléctrica de última generación.

La firma vizcaína participa además en el proyecto Hyshore, auspiciado por el Foro Marítimo Vasco y que cuenta con el respaldo del Gobierno Vasco a través de la Spri. Es un proyecto pionero que busca soluciones que permitan aprovechar el hidrogeno generado en parques eólicos marinos, bien para traerlo a tierra o bien para su consumo directo por barcos en el futuro. Una muestra de lo fuerte que están apostando tanto las empresas del sector naval como las compañías ligadas al mundo offshore por situarse a la cabeza del proceso de transformación energética que tan relevante va a ser en los próximos años.

Tanto Murueta como Zamakona, así como el guipuzcoano Balenciaga, han apostado por la especialización y la tecnología para garantizar su supervivencia. La caída de La Naval ha sido un duro golpe para el sector en Euskadi, pero puede decirse que los otros tres astilleros que permanecen en pie gozan de buena salud. En cartera hay más de una docena de buques, de forma que el trabajo para los próximos meses está asegurado, y además buena parte de esos nuevos pedidos se han firmado una vez ya había comenzado la pandemia.

La propia Murueta entregó en agosto un atunero congelador también dotado de la última tecnología para un armador ecuatoriano. Zamakona, por su parte, realizó la botadura ese mismo mes de un barco pesquero en sus instalaciones de Santurtzi, en este caso con destino a Dinamarca.

Es la prueba de que la actividad no ha parado en los astilleros vizcaínos durante la pandemia, a pesar de que el sector sí ha notado la crisis a nivel europeo. Según recoge en su revista el Foro Marítimo Vasco, los constructores navales europeos tienen un nivel de trabajo “bajo, pero no alarmante”. La congelación de pedidos se ha centrado en los buques de alta tecnología y más en los buques de pasaje, con un nivel de nuevos pedidos en mínimos históricos.

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Metros de eslora tiene el barco botado ayer por Murueta, un congelador dotado con la última tecnología. Así, podrá realizarse en el mismo barco todo el ciclo del pescado desde su pesca hasta su distribución.