- El director del departamento de Estudios de Laboral Kutxa, Joseba Madariaga, aseguró ayer que se debe “corregir a la baja” la previsión que hizo la entidad de un crecimiento del 6,3% del PIB de la economía vasca para este 2021. En la jornada anual con la Asociación de Directivos y Profesionales de Euskadi (Adype), Madariaga estimó que los resultados del tercer trimestre obligan a corregir a la baja las previsiones que se hicieron en junio.

Madariaga explicó que el encarecimiento de la energía y las materias primas y los problemas en los suministros afectan especialmente a la industria vasca, “castigada por el retraso en la recuperación de las exportaciones y el alza de los precios”. En cambio, apuntó que Servicios tiene un importante crecimiento en la cifra de negocios, aunque no tanto en el empleo, y que el comercio minorista tiene un comportamiento negativo.

Madariaga advirtió de que la recuperación de la economía vasca tras la pandemia “lleva cierto retraso con respecto a la Eurozona” al situar al final de tercer trimestre un 5% por debajo del nivel prepandemia, mientras que la Eurozona está solo un 0,5% por debajo. De cara a 2022, el analista de Laboral Kutxa señaló que en el caso de Euskadi “se espera que la tasa de crecimiento supere el 6%” del PIB.

Por su parte, el director de Economía Española en CaixaBank, Oriol Aspachs, analizó las perspectivas de la evolución de la economía mundial, que cerrará este año con un crecimiento en el entorno del 6%, con un mayor dinamismo en los países emergentes. Todo ello en “un escenario aún marcado por las consecuencias de la pandemia y el impacto de la vacunación”. No obstante, a nivel global “persisten las tensiones inflacionistas en las primeras fases de la cadena productiva” y se observan importantes “incrementos en los precios de producción”, afectados también por los elevados costes energéticos.

Aspachs incidió especialmente en el caso de China, que ha experimentado un débil crecimiento en el tercer trimestre (4,9% interanual), motivado por el covid, los cuellos de botella en la distribución de mercancías, los recortes en el suministro eléctrico, y también por el caso del gigante inmobiliario Evergrande.