- El vicepresidente de Relaciones Interinstitucionales y Prospectiva de la Comisión Europea, Maros Sefcovic, destacó ayer la transformación de Bilbao y el tránsito desde una ciudad industrial a un centro de negocios que cuenta con el Guggenheim como principal icono. Sin embargo, también aplaudió los “ambiciosos objetivos” que se ha marcado Euskadi en el ámbito industrial, donde tiene el reto de que las actividades manufactureras y los servicios avanzados asociados supongan el 40% del PIB y que el sector, “orientado hacia la tecnología” atraiga “mano de obra cualificada, con altos salarios”.

A su juicio el covid ha sido, además de una crisis sanitaria, un test de la resiliencia de la economía europea, que ha sufrido con la escasez de suministros y que ahora debe replantearse hasta dónde llegan sus cadenas de proveedores. Europa ha constatado en un reciente informe la existencia de más de 500 productos que se importan y que han escaseado los últimos meses. Según detalló Sefcovic, hay más de 100 categorías en las que hay dependencia.

Entre ellos, citó el material informático o los chips, bienes en los que hay que Europa debe ser “más autónoma”, porque “no se puede fabricar coches eléctricos y encargar el software a empresas de países asiáticos”.

Tras destacar que el 20% de la investigación y desarrollo mundial provienen de la UE, indicó que hay que aumentar ese porcentaje y favorecer las transferencia de la I+D a los productos que se fabrican. Uno de los nichos de mayor desarrollo es la fabricación de baterías para el coche eléctrico, donde Europa tiene el objetivo de producir entre seis y ocho millones de baterías al año en 2025 si quiere ser “parte del mercado”. En este sentido, destacó que en Euskadi hay 12 empresas “muy activas y competitivas” en la alianza europeas de las baterías.