- La factoría de Mercedes Benz en la capital alavesa dio carpetazo ayer a la primera parte del ejercicio productivo de 2021. Cuando los operarios del turno de noche apagaron la maquinaria, a las cinco de esta madrugada, empezaron 25 jornadas de inactividad.

No será hasta el próximo lunes 23 de agosto cuando se reanude el ensamblaje de vehículos después de disfrutar los más de 5.000 operarios de la planta de tres semanas de vacaciones. El paréntesis estival se adelanta en un par de días con respecto a las previsiones marcadas en el calendario debido a la crisis de los semiconductores, que también se ha cebado con la planta de la multinacional germana en Gasteiz.

La semana pasada se oficializó la cancelación de la producción en las jornadas del jueves 29 y viernes 30 de julio. Estos dos días con las líneas de producción paradas, elevan a nueve las jornadas del último mes en las que no ha habido actividad en la factoría de la calle Las Arenas. Todas ellas causadas por la falta de esos codiciados elementos electrónicos que llegan de Asia y que son fundamentales para el ensamblado de los modelos Vito y Clase V.

El primer gran parón se produjo la semana del 21 al 25 de junio por la imposibilidad de recibir piezas como las botoneras o consolas de sonido que instalar en los vehículos. Esos primeros cinco días se vieron aumentados con las jornadas del pasado lunes 19 y martes de 20 de julio. El mercado internacional no atisba la luz para terminar con este problema y eso obligó a la dirección de Emilio Titos a decretar el tercer parón.

A estos nueve días hay que añadir una décima jornada de producción suspendida, el 25 de mayo, cuando los problemas de suministro con un proveedor de Macedonia con el plástico de los conectores de cableado ya obligó a cesar durante 24 horas la actividad.

Estos sobresaltos han tenido una incidencia directa en la producción de la planta de Mercedes Benz en Gasteiz. Si en la parrilla de salida de este ejercicio 2020, las previsiones apuntaban a llegar a las 148.600 unidades ensambladas, la realidad obligó a recortar en 7.599 monovolúmenes esa cantidad y situarla en los 141.001 vehículos a la conclusión de este año. Ese descenso tiene su origen en la inestabilidad e incertidumbre en el mercado mundial de la automoción.

Además de tener que ajustar el dato productivo, las dificultades con las se está topando Mercedes Benz se observan en las campas que rodean a la fábrica y otra que tiene en Araia, donde se amontonan más de un millar de vehículos a los que les falta alguno de los elementos electrónicos tan difíciles de obtener en estos tiempos.

La sucesión de jornadas sin actividad por ese obligado motivo ha llevado a la bolsa de flexibilidad de cada operario a tener solo cuatro jornadas más destinadas para otros eventuales parones. Ante la previsión de que en la segunda parte del año haya que seguir ordenando nuevos ceses en la producción la dirección y una gran parte de la representación sindical (UGT, CCOO, Ekintza y Pim) ya han firmado las bases de un nuevo ERTE en las mismas condiciones que el anterior que padeció la planta en 2019. Se abonará el 80% del sueldo y el 100% de las pagas y vacaciones, además de no afectar a mayores de 55 años.