- Los empresarios vascos no ocultan su preocupación por diversos fallos judiciales como los de Tubacex, anulando la posibilidad de despedir en empresas en pérdidas, y consideran que les genera “muchísima inseguridad jurídica”, así como por el declive demográfico de Euskadi, según señaló ayer el presidente de Confebask, Eduardo Zubiaurre.

El dirigente empresarial ratificó las primeras impresiones de la organización vasca sobre la sentencia del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) anulando el ERE de Tubacex pues, reiteró, sume a las empresas en una “absoluta incertidumbre” y les genera “muchísima inseguridad jurídica”.

El Tribunal Superior vasco declaró nulos los ERE en las plantas alavesas de Tubacex en Amurrio y Laudio, que afectan a 129 trabajadores, y estableció la obligación de la empresa de readmitir a los afectados.

Eduardo Zubiaurre defendió que en determinados momentos las empresas “necesitan instrumentos para poder adaptarse a los cambios” que, como en el caso de Tubacex provocan “una auténtica reconversión”, en referencia al declive estructural del mercado del petróleo al que se dirige la mayoría de la producción de tubos de acero de la empresa alavesa.

Más allá de esto, Zubiaurre transmitió un mensaje positivo de recuperación de la economía en Euskadi tras la pandemia de covid pero advirtió del gran problema a medio plazo que tiene el País Vasco derivado del declive demográfico que sufre.

Euskadi tiene un problema de muy baja natalidad desde hace tiempo, que lleva a contar con una población mayoritariamente envejecida y al margen de la actividad laboral. Esto, según el presidente de Confebask, es un peligro porque la tendencia muestra el camino hacia la pérdida de riqueza del territorio vasco y a la existencia de problemas para “mantener el estado del bienestar”, al tener una incidencia directa en la recaudación de impuestos. “En los últimos veinte años la población en edad laboral en Euskadi se ha reducido en 92.000 personas, mientras que la población dependiente ha aumentado en casi 200.000 personas”, recordó.

Tras la celebración del Consejo General de Confebask, ayer en el Palacio Euskalduna de Bilbao, el máximo responsable de los empresarios vascos de la CAV se centró en el declive demográfico vasco que, en su opinión, “amenaza gravemente” la prosperidad futura” de Euskadi, por lo que solicitó que este tema pase a formar parte de la “agenda del país”.

El representante de Confebask indicó que el País Vasco necesitaría aumentar la población en edad de trabajar, como mínimo, en cerca de 400.000 personas en las próximas tres décadas.

Para Eduardo Zubiaurre, Euskadi, “como país”, tiene “dos desafíos estratégicos a superar” en los próximos años y que “pueden condicionar seriamente el futuro”, el demográfico y el de la cualificación de sus trabajadores.

El presidente de Confebask alertó que, en las próximas décadas, hasta 2050, la previsión es que la población laboral vasca se reduzca en otras 220.000 personas más, mientras que, por el contrario, en los últimos 20 años, la población dependiente -caso de menores dependientes y personas ya jubiladas- ha aumentado en casi 200.000 personas.

Por ello, indicó que estas “negativas” previsiones demográficas “amenazan gravemente la prosperidad futura del país” ya que no habrá personas suficientes para afrontar el relevo generacional, con lo que las empresas tendrán “crecientes dificultades para encontrar a las personas que necesitan” para mantener la actividad.

Además, conllevará crecimientos económicos y de renta “muy por debajo de los obtenidos hasta ahora” y, como consecuencia de ello, Euskadi “seguirá perdiendo peso relativo en la economía y población del Estado”.

Readmisión

La consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno vasco, Arantxa Tapia, afirmó en Artziniega que espera que la decisión de la dirección de la empresa alavesa Tubacex de readmitir a los 129 trabajadores afectados por el ERE planteado en sus plantas de TTI y Aceralava sea “positiva” y vuelva a “poner en producción a esta planta, para que tenga futuro a largo plazo”.

Fin de huelga

Arantxa Tapia afirmó que ambas partes en Tubacex “exploran una posible solución” y confía en que pueda ser “positiva”. “La empresa en estos momentos tiene pedidos, carga de trabajo, hay posibilidades de continuidad y entendemos que debía darse esa posibilidad de volver a trabajar, de volver a poner en producción esta planta y que tenga un futuro a largo plazo. Es en lo que confiamos”.