- La industria vasca ha arrancado con fuerza el año. La actividad de las fábricas acumula entre enero y mayo un crecimiento del 13,7% en términos interanuales. Nada que ver con el desplome del 16,7% del mismo periodo de 2020. Pero todavía resulta más llamativa la comparación con el saldo registrado durante todo el año pasado, que se cerró con una caída del 13,4% después de la reacción en el tramo final del año. La resta no deja lugar a dudas y la producción manufacturera vasca está en estos momentos cuatro décimas por encima del saldo negativo de 2020. O lo que es lo mismo, se ha remontado todo lo perdido en el año del estallido de la pandemia. Si se ha definido al covid como un meteorito que impactó en la economía, el sector ya está en la zona cero para empezar la reconstrucción. Según los datos hechos públicos ayer por Eustat, la industria vasca ya ha salido del pozo. Lo que ocurre es que la caída del año pasado fue tan fuerte que sacar la cabeza era relativamente sencillo. El reto ahora es recuperar los ritmos previos a la pandemia y hacerlo además en un escenario lleno de factores externos, la mayoría vinculados al éxito de la lucha contra el virus.

El Índice de Producción Industrial del quinto mes del año se cerró con un incremento de un 28,2% respecto al mismo periodo del curso pasado. Se aprecia una reducción en el ritmo de avance respecto al dato de abril, en el que el crecimiento superó el 64%. Sin embargo, cabe recordar que abril del año pasado fue el mes del gran desplome del sector. A partir de ahí, sobre todo tras el verano, la industria empezó a recuperar el pulso gradualmente.

La tendencia, con altibajos, se ha mantenido en el arranque de este año. Y las actividades manufactureras encadenan tres meses de crecimiento constante. Fuentes de las patronales vascas consultadas por DNA matizaron ayer la lectura al pie de la letra de los datos de Eustat. “Las empresas nos trasladan que sus datos son cada vez mejores, vamos bien, pero de ahí a certificar que ya crecemos por encima de lo perdido en 2020... Avanzamos, pero todavía hay que ser prudentes”, señalaron.

En esa reflexión tiene mucho peso la evolución de la pandemia, que sigue sin poder darse por vencida. Todo apunta a que el ritmo de vacunación actual, y el previsible adelanto del turno de los más jóvenes, allanará el camino para un crecimiento sostenido los próximos meses.

Pero en esta partida hay cartas tapadas, como la eficacia de las vacunas actuales ante las variantes del coronavirus que surgen, los problemas de abastecimiento de algunas grandes empresas o el encarecimiento de las materias primas, entre otras. Como ese seguidor de un equipo de fútbol que ha bajado a Segunda y antes de la primera vuelta es líder y apunta al ascenso, los empresarios no terminan de fiarse del todo del panorama, aunque en general pinte más que bien.

La pregunta del millón es cuándo podrá darse por cerrado este ciclo y volver a crecer a ritmos prepandemia. Lo cierto es que cada subsector llegará a esa meta a diferentes velocidades y está claro que la producción de energía será el último por los problemas del mercado del petróleo y su impacto en Petronor. Aunque la refinería de Muskiz prosigue con la mejora iniciada en abril, la producción de crudo cayó un 17% en mayo. El conjunto del sector energético -que incluye electricidad- continúa en números rojos (-0,2%).

El mayor crecimiento, casi un 39%, lo registraron los bienes intermedios, que incluyen las actividades de metalurgia y fabricación de productos metálicos, la industria química y la fabricación de productos de caucho y plástico. Los bienes de equipo (fabricación de vehículos de motor, construcción de locomotoras y material ferroviario, y construcción aeronáutica o naval) aumentaron un 27,8%. En este segmento CAF avanza con una marcha más que el resto.

Mercedes Vitoria ha reducido en cambio su previsión de fabricación para este año y eso se notará después del verano en el índice. Los bienes de consumo en su conjunto se incrementaron del 18,3%, con una subida del 67,5% en los bienes de consumo duradero (actividades de fabricación de muebles y aparatos domésticos) y de un 8,8% en los bienes de consumo no duradero (fabricación, procesado y conservación de alimentos, de productos para la limpieza e higiene, así como confección de prendas de vestir, entre otras actividades). La evolución interanual del IPI fue positiva en mayo en los tres territorios históricos, con Gipuzkoa al frente (31,7%), Araba un peldaño más abajo (26,2%) y Bizkaia muy cerca (25,8%). En el acumulado de los cinco primeros meses de 2021, Gipuzkoa es la que más crece, con el 16,9%, seguida de Araba, con el 15,9%, y de Bizkaia, con el 9,5%, penalizada por Petronor y los problemas de la automoción y la aeronáutica.

Datos desestacionalizados. Según explicó ayer Eustat, la producción industrial vasca bajó en mayo un 1,7% respecto a abril. Se trata del dato desestacionalizado, que da una visión más amplia por las circunstancias especiales de la situación actual. Básicamente se ha ponderado el índice en función del ritmo de crecimiento habitual de la industria vasca. El dato corregido a efectos de calendario apunta a un repunte del 4,7%.