- La inflación vuelve de nueve al Estado español y hechos como que los precios de la energía eléctrica se hayan situado en junio en la cota más alta de la historia no va a ayudar a controlar un IPC que se ha situado en junio en un 2,6 % en comparación con el mismo mes de 2020. Aunque la subida de precios es importante en comparación con hace un año, en este último mes se han moderado una décima con respecto al repunte de mayo (2,7%), que había sido el más intenso desde 2017. Ahora habrá que ver el próximo mes el efecto inflacionario de la carestía del recibo de la luz que, en cualquier caso, no va a ayudar a controlar una inflación que viene de la mano de los mayores costes de las materias primas en el mundo.

En el caso concreto de la luz, el precio mayorista de la electricidad ha cerrado este mes con una media de 83,3 euros por megavatio hora (MWh), lo que supone el nivel más alto de la historia, superando así el precio récord que hasta ahora era de 71,49 euros en el mes de enero de 2017.

Según la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (AEGE), esta cifra es un 172,1% superior al precio medio de junio del año pasado.

Por su parte, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) recordó que el precio de la luz se ha incrementado un 16% desde el mes de mayo, alcanzando ese nuevo máximo histórico en un mes.

En este sentido, la asociación advierte que las consecuencias de esta subida en la factura del consumidor doméstico serán “importantes”, ya que un hogar medio, con una potencia contratada de 4,6 kilovatios (kW) y un consumo mensual del orden de los 292 kilovatios hora (kWh), tendrá que abonar un recibo de la luz de 69,3 euros, un 28% más caro que la de junio del año pasado.

En este contexto, y con el previsible incremento de la demanda durante julio al reducirse las restricciones para combatir la pandemia de coronavirus puede encarecer más la cesta de la compra.

En todo caso, con datos reales, el indicador adelantado del índice de precios de consumo (IPC) publicado ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) señala que el IPC de 2,6% de junio se ha moderado una décima respecto a mayo gracias a que los precios de los carburantes y combustibles aún subiendo, lo hacen menos de lo que lo hacían hace un año.

De confirmarse estas cifras el próximo 14 de julio, la inflación podría apuntar a un cambio de tendencia, siempre y cuando la energía no se dispare, algo a lo que ayudará, en el caso de la eléctrica, la reducción temporal del IVA.

Respecto a la evolución del IPC tras las bajadas de precios de 2020 y enero de 2021 y la congelación de febrero, en primavera volvió la inflación con fuertes repuntes en marzo (1%), abril (2,2 %) y mayo (2,7 %).

Como se recordará, en la primavera de 2020, en pleno confinamiento domiciliario, el precio de la energía se desplomó, por lo que al comparar esta base con los precios de 2021 -ya normalizados e incluso históricamente altos, ya que la gasolina está a niveles de 2014- arrojaron fuertes subidas, el denominado “efecto escalón”. En cambio, en este mes de junio, cuando los precios se comparan con una situación de final de confinamiento, los carburantes se han encarecido menos de lo que lo hicieron en el mismo mes de 2020.

IPC. Los precios se han encarecido un 2,6%, una décima menos que en mayo por la menor subida de la gasolina.

+16%

El precio mayorista de la electricidad cierra junio a una media de 83,3 euros-MWh. Según la OCU la luz ha subido un 16% desde mayo.