- El encarecimiento de la energía disparó los precios en mayo al 2,7% respecto al mismo mes de 2020, cinco décimas por encima de abril (2,2 %), lo que supone la mayor tasa desde febrero de 2017.

El indicador adelantado del índice de precios de consumo (IPC) publicado ayer por el INE está marcado por el encarecimiento de los carburantes y combustibles, que en mayo de 2020 bajaban en pleno confinamiento por la pandemia. Así, la gasolina es un 23,97% más cara que hace justo un año, por lo que llenar un depósito de 55 litros cuesta, de media, 14,36 euros más que entonces, mientras que el gasóleo ha subido un 22,64% en el último año, lo que hace que echar la misma cantidad de este carburante sea 11,72 euros más caro. Pese a estas subidas, la gasolina y el gasóleo se encuentra todavía muy lejos de los precios máximos registrados por ambos carburantes el 3 de septiembre de 2012, cuando marcaron valores de 1,522 y 1,455 euros, respectivamente.

De hecho, al mirar a la inflación subyacente -que no tiene en cuenta los alimentos no elaborados ni la energía- los precios aumentaron un 0,2 % en tasa interanual, dos décimas más que en abril, con lo que se sitúa más de dos puntos y medio por debajo del IPC general.