El Banco de España pide que se implementen de forma ágil las medidas de apoyo a la solvencia empresarial, aprobadas recientemente por el Ejecutivo, con el objetivo de evitar una oleada de quiebras ante los problemas de liquidez que siguen teniendo las compañías más afectadas por la pandemia.

En su informe anual publicado este jueves, el organismo supervisor reitera que los avales del ICO han sido efectivos hasta el momento pero la persistencia de la crisis ha aumentado la vulnerabilidad financiera de las empresas, lo que supone además un riesgo para la recuperación económica.

El sobrendeudamiento de estas compañías limita el crecimiento de la inversión, lo que frenaría el avance del PIB, además de que aumenta el riesgo de quiebras y de destrucción de empleo y tejido productivo; en situaciones extremas, podría provocar también una contracción de la oferta de crédito.

Con el fin de mitigar todos estos riesgos, la institución que preside Pablo Hernández de Cos recomienda una implementación "ágil y flexible" de las recientes medidas de apoyo a la solvencia empresarial, que sumaban 11.000 millones, de los que 7.000 millones llegaban en forma de ayudas directas, 3.000 millones para reestructurar deudas y los 1.000 restantes para recapitalizaciones.

El Banco de España sugiere también que estas cantidades se asignen de manera diferente si se ve necesario, al tiempo que aboga por complementar estas medidas con otras de fomento de las recapitalizaciones privadas. En paralelo, veo necesario mejorar las reestructuraciones de deudas, lo que pasa por revisar los mecanismos preconcursales y el papel de los acreedores públicos, además de diseñar soluciones concursales específicas para sociedades de dimensión reducida.

LA FALTA DE LIQUIDEZ

El porcentaje de empresas con falta de liquidez creció en casi 13 puntos porcentuales en 2020, lo que se tradujo en unas necesidades de 67.000 millones de euros; más de la mitad no se podían cubrir con los colchones de capital y una parte importante estaba en empresas con riesgo de crédito elevado.

Por eso el Banco de España destaca el papel de los avales del ICO, que permitió que el crédito aumentara y lo hiciera con más intensidad en los sectores más afectados por la pandemia, clave para capear los primeros meses de la crisis y permitir que las empresas, en conjunto, afronten 2021 en una situación más favorable.

No obstante, las necesidades de liquidez de las empresas más afectadas todavía pueden ser relativamente elevadas en 2021 y algunas compañías podrían haber consumido en 2020 una parte de sus colchones de liquidez. Por tanto, el Banco de España insiste en que habrá que seguir de cerca la evolución de las condiciones de oferta crediticia.

Niveles precrisis

Además, la caída de la rentabilidad de muchas empresas, especialmente en las pymes y sobre todo en los sectores más afectados por la pandemia, que no recuperan los niveles precrisis hasta 2023, eleva los riesgos.

Las empresas que no obtengan rentabilidad hasta entonces corren peligro de ser inviables, mientras que otras pueden seguir siéndolo, aunque por su alto endeudamiento presenten problemas de solvencia y requieran más ayudas.

Esta realidad puede hacer a su vez que en el futuro la situación de la banca acabe resintiéndose, ya que hasta ahora, gracias a los avales y las moratorias, los préstamos morosos no han aumentado y podrían repuntar una vez que se agoten estas medidas.

El Banco de España ya advirtió de que a finales de 2020 las entidades españolas tenían un volumen de préstamos de 82.000 millones de euros en "vigilancia especial", esto quiere decir que tienen una mayor probabilidad de convertirse en morosos que el resto de los que están al corriente de pago.