- "Desde una persona que hace habitaciones en un hotel hasta un ingeniero aeronáutico, todos tienen que controlar de competencias digitales", afirma José Luis Bezanilla con conocimiento de causa, tras diez años acompañando a personas en paro. Periodista y autor del libro Píldoras antidesempleo tras la cuarentena, actualmente trabaja como orientador laboral en la Federación Vizcaína de Empresas del Metal.

Ha sufrido el paro en sus propias carnes. Obviando la cuestión económica, ¿qué resulta lo más duro?

—A mí me pilló con 41 años en un momento en el que no me lo esperaba para nada. Llevaba toda la vida trabajando y de un día para otro no solo me quedé parado, sino también desamparado. No sabía hacia dónde ir. Hay que pasar un duelo postdespido: la negación, la ira, fantaseas con que igual te vuelven a llamar... hasta que lo aceptas y empiezas a hacer todo lo que está en tu mano para encontrar un empleo.

A la pérdida de autoestima, dice, hay que añadir "el estigma social".

—Cuando caemos en el desempleo parece que nos avergonzamos y en la mayor parte de los casos la culpa no es nuestra, sino de la coyuntura económica. Creemos que no se lo tenemos que decir a nadie por el qué dirán y es justo todo lo contrario. Yo lo primero que aconsejo es coger el móvil, llamar a los contactos y decirles: Estoy buscando trabajo y sé hacer esto. Es muy importante ponerse en valor, no solo decir: Si te enteras de algo, avísame.

Perder el empleo es traumático. ¿En pandemia mucho más?

—Sí, los números con los que estamos trabajando en los programas de empleo son nunca vistos. Nos están llegando cantidad de personas del sector del metal que llevan veinte o veinticinco años trabajando en la misma empresa y de repente llega la pandemia y se quedan sin empleo. Es un drama familiar y personal. Yo les aconsejo que vayan a los programas de empleo porque es importante tener a alguien que te oriente.

Reinventarse suena muy esperanzador, pero ¿se puede aplicar a trabajadores del metal de cierta edad?

—Nos estamos encontrando con muchos profesionales que vienen de matricerías, que ahora están en una crisis total en el País Vasco, y se les está reciclando y contratando para trabajos de operarios en otras empresas del metal que buscan profesionales que vengan del mundo de la industria y que estén concienciados, por ejemplo, con el tema de la seguridad. Se les está reconduciendo a otras profesiones con una formación específica para desempeñar trabajos que no tenían nada que ver con lo que estaban haciendo hasta ahora.

Entonces ¿todos somos reciclables?

—Debemos saber cuáles son nuestras limitaciones y hasta dónde podemos llegar, pero todos somos reciclables. Cuando empecé a trabajar en el mundo de la comunicación el que era cámara grababa y el que era plumilla escribía. Ahora los periodistas son multimedia: saben grabar, sacar una foto, redactar, generar contenidos€ Al final te tienes que adaptar.

Las nuevas tecnologías mandan...

—Una competencia importantísima que se demanda ahora en el mercado laboral es la digital. Esta competencia es necesaria a todos los niveles, no solo en los puestos directivos, y a todas las edades. No podemos decir que, como tenemos más de 50 años, yo es que lo digital no. Debemos estar frescos en competencias digitales, tenemos que actualizarnos. La formación ha de ser continua a lo largo de la vida si no queremos quedarnos aislados del mercado laboral.

¿Qué me dice de las entrevistas de trabajo? ¿Hay que decir la verdad?

—Podemos edulcorarla o endulzarla, pero en las entrevistas de trabajo hay que decir siempre la verdad sin llegar al sincericidio. Muchas veces somos excesivamente sinceros y es nuestra ruina. Debemos contar la verdad, pero una verdad que nos beneficie. No podemos decir algo que vaya a ir en nuestra contra.

'¿Qué has hecho en el confinamiento?' se ha colado entre las preguntas de este tipo de entrevistas.

—Lo que espera la persona que te hace esa pregunta es, sobre todo, hacerse una idea de qué hay además de ese profesional. Si cuentas que has aprovechado el confinamiento para estar en familia, leer o formarte aportas una información extra a la que transmites contando simplemente en qué trabajas. Yo, por ejemplo, escribí el libro en el confinamiento.

¿Y si lo pasaste tumbado en el sofá?

—Algo habrás hecho: habrás leído, habrás visto cine, series€, que, al final, es cultura. Esta pregunta seguramente no va a ser decisiva, pero puede aportar información sobre si eres una persona que está motivada o que se ha hundido. "Mira, yo es que entré en depresión". Pues es mejor que no lo cuentes porque nadie quiere personas tristes en una empresa, pero si dices: "Aproveché para hacer cualquier cosa con mi familia" igual eres una persona creativa, que es una competencia muy demandada. Si dices: "Me interesé por la metafísica porque me gusta y nunca había tenido tiempo", denota que eres una persona curiosa, que es una competencia que también se demanda mucho.

¿Cuáles son los principales errores que se cometen en este cara a cara?

—Cuando nos preguntan por antiguas experiencias profesionales en otras empresas: "¿Cómo te marchaste de esta empresa?" o "¿Cómo se acabó tu contrato?". Hay gente que aún no ha superado ese duelo, que está amarrada a la ira o anclada en la tristeza y las contestaciones que te da dicen mucho de su estado emocional. Es importante superar esas fases, llegar a un momento de aceptación y salir al mercado laboral reforzado y motivado porque si sales deprimido y rabioso se nota a la primera de cambio en una entrevista.

Así que nada de criticar a tu antiguo jefe o compañeros...

—Cuando te preguntan que qué tal en la anterior empresa y empiezas a contar, como me ha pasado en muchas ocasiones cuando creas un clima de confianza, que el jefe o la jefa o los compañeros o compañeras eran unos ineptos, eso está dando mucha información de ti en negativo. Tenemos que preparar, sobre todo cuando ha habido un despido, el mensaje que queremos trasladar. Tal vez tengamos, no que mentir, sino decorarlo de alguna manera o no decir toda la verdad para que no juegue en nuestra contra.

Las redes sociales son un arma de doble filo. ¿Juegan más a nuestro favor o en nuestra contra?

—Todo depende de cómo las gestiones. Las personales debemos tenerlas bloqueadas a quien no queramos enseñárselas. Las profesionales han de ser visibles y públicas, pero debemos aprender a gestionarlas bien. Por ejemplo, LinkedIn es un mundo abierto a las oportunidades de trabajo ahora que no podemos hacer encuentros presenciales y los contactos son más virtuales. En esta red podemos entrar en contacto con empresas y profesionales de nuestro sector y es una fórmula para encontrar trabajo muy importante, pero hay que aprender a gestionarla.

¿Cómo se le puede sacar partido?

—Tienes que aprender a vender bien tu marca profesional. Eso requiere un trabajo previo, donde localices qué quieres poner en valor. LinkedIn u otras redes sociales son el escaparate ideal para demostrar qué sabes hacer porque te permiten colgar vídeos y artículos o generar contenidos. No estás diciendo: Soy ingeniero o carpintero, sino que escribes un artículo sobre ingeniería o enseñas cómo haces un mueble en un vídeo.

Para acabar con optimismo ¿qué historia destacaría por ser un ejemplo de superación?

—La ilustradora del libro es una persona que lucía y no lo sabía, no era capaz de ponerse en valor. Durante el programa de empleo localizó sus fortalezas, creció mucho en lo profesional y ahora vive de su arte.

Diagnosticar tu estado. "Primero tienes que saber cuál es tu estado emocional. Tienes que recuperarte para salir al mercado laboral motivado. Nadie va a contratar a personas tristes y desilusionadas".

Localizar las fortalezas. "El segundo paso sería localizar cuáles son tus fortalezas, que tienes que poner en valor y qué te va a diferenciar de otras personas a la hora de buscar trabajo. También debes saber cuáles son tus áreas de mejora, qué tienes que hacer para adaptarte a la nueva situación del mercado laboral".

Marcar el objetivo profesional. "El tercer paso consiste en localizar cuál es tu propósito en la vida. Si no marcas un objetivo profesional hacia el cuál dirigirte es muy difícil que empieces a andar en la dirección correcta. Hay trabajos 'mientras tanto', pero no pierdas nunca de vista hacia dónde quieres ir".

Saber qué comunicar. "Buscar trabajo es comunicar en un currículum, en una entrevista de trabajo, saber qué tienes que poner en valor y tener preparado el mensaje que quieres trasladar, ya sea de manera formal o informal cuando pedimos ayuda a personas del entorno que nos pueden poner en contacto con oportunidades laborales".

"El currículum debe ser atractivo visualmente, para lo cual puedes descargar una plantilla. Es decir, que no sea el típico currículum esquela donde aparece la foto en pequeñito y todo texto. Debes destacar con negrita, utilizando algún color incluso, las palabras clave que quieres resaltar para que sepan a golpe de vista qué tipo de profesional eres".

"Cada uno de los apartados del currículum debe aportar valor, desde los datos de contacto hasta una foto profesional. La experiencia profesional no debe ser una vida laboral al uso, donde se coloque simplemente la fecha, la empresa y el cargo desempeñado. Lo que les interesa es qué sabes hacer, cuáles han sido tus funciones anteriormente para saber lo que vas a poder hacer en su empresa".

"Debes adaptar el currículum para que aparezcan reflejados los requisitos que se exigen en cada oferta laboral. Si conoces la empresa a la que te vas a dirigir, puedes investigarla, saber, por ejemplo, cuáles son sus colores corporativos y utilizar ese toque de color para customizar tu currículum y que esté de alguna manera adaptado a esa oferta".

"El miedo que genera hacer una entrevista de trabajo es bueno, siempre y cuando no te bloquee, porque hace que previamente repases cuáles son tus fortalezas y visualices la entrevista para llevarla bien preparada. En este sentido, es importante practicar las entrevistas delante del espejo o con alguna persona que te pueda ayudar para quitar ese miedo".

"Como sé los requisitos que buscan, cuando me digan: 'Cuéntame tu experiencia profesional', tengo que poner en valor lo que quieren escuchar de mí. Hay que evitar palabras huecas, como 'soy líder', y demostrarlo diciendo, por ejemplo, que entrenas a un equipo de baloncesto. Así saben que eres especialista en cohesión grupal y estás orientado a los logros".

"Al quedarnos en paro parece que nos avergonzamos y en la mayor parte de los casos la culpa no es nuestra, sino de la coyuntura económica"