- El sector empresarial vasco de construcción naval formado por tres pequeños astilleros privados -los vizcaínos Zamakona y Murueta, y el guipuzcoano Balenciaga-, está superando con nota la adversa coyuntura económica mundial derivada del covid y al cierre del primer trimestre de 2021 cuentan con 17 buques en cartera, tras lograr firmar ocho nuevos contratos desde que se iniciara la pandemia.

A la espera de que esta próxima semana el juzgado de lo Mercantil de Bilbao decida la adjudicación de los terrenos de la antigua La Naval de Sestao, con el riesgo de que se pierdan una infraestructuras únicas en Euskadi para la construcción de barcos, la cartera de pedidos de los astilleros vascos concentrados en nichos concretos de mercado, muy especializados y tecnológicamente punteros, confirman la competitividad de la industria naval del País Vasco.

La escasez de armadores vascos, pesca de atún aparte, hace que la mayoría de los pedidos de los constructores navales del País Vasco sean para operadores internacionales, mucho de ellos reincidentes en la contratación de buques a los astilleros vascos lo que demuestra el buen hacer de los mismo y el cumplimiento en tiempo y forma de los plazos de entrega de los navíos.

Astilleros Zamakona, cuya principal instalación productiva está en el puerto de Santurtzi, pese a las limitaciones de las gradas constreñidas por el casco urbano, es un buen ejemplo de la labor de la industria naval vasca.

La compañía dirigida por Pedro Garaigordobil tiene dos buques en grada de los siete barcos contratados. Astilleros Zamakona va a construir un buque frigorífico para Royal Artic Line, un pesquero para la danesa Gitte Henning, dos barcos para el transporte de pescado vivo para la noruega Intership, dos atuneros congeladores para Omán y un buque de salvamento marítimo para Sasemar.

El otro grupo vizcaíno, Astilleros Murueta, liderado por Juan Arana, tiene en su cartera de pedidos contratos para construir cuatro navíos. Se trata de un buque atunero, un barco para transporte de pescado, una embarcación para bunkering y un barco de transporte de pescado para Royal Greenland.

Este constructor naval tiene instalaciones en la ría de Gernika y en la del Nervión pero la situación ecológica en Urdaibai, la barra de Mundaka y otra serie de condicionantes hacen pensar que a medio plazo concentre el grueso de la producción en la ría bilbaína en las instalaciones del antiguo ARN frente a La Naval de Sestao.

La compañía guipuzcoana Astilleros Balenciaga, con instalaciones en Zumaia, dirigida por Vicente Galdeano, tiene seis buques en su cartera de pedidos. Consisten en un pesquero arrastrero para un armador escocés, un buque de transporte de pescado para Samlaks, un buque oceanográfico para Groenlandia, un barco de transporte de pescado para un armador noruego, y dos buques SOV de apoyo a las plataformas eólicas offshore.

Los astilleros vascos tienen carga de trabajo hasta 2023 pero aunque han superado lo peor de la crisis del covid, la situación sigue siendo compleja.

Como se ve se han centrado en nichos de mercado de alto valor añadido, de buques pequeños y medianos muy especializados y tecnológicamente avanzados como atuneros congeladores, buques oceanográficos, de apoyo a plataformas offshore, y de transporte de pescado vivo, en especial para armadores del Reino Unido y de los países del centro y norte de Europa. Ello es un buen ejemplo de la excelencia de su labor, y del alto nivel y competitividad de la industria auxiliar naval del País Vasco. Uno de los problemas a medio plazo de los astilleros vascos es que pese a que oficialmente la administración dice apoyar siempre a la industria vasca, luego en el día a día ya no es tan obvio, porque algunos siguen la tesis de industria sí pero no en mi jardín y cualquier desarrollo de sus instalaciones se puede llegar a complicar sobremanera. De ahí la preocupación del sector de construcción naval de Euskadi por la posible pérdida para la construcción naval vasca de unas infraestructuras de primer nivel como las del astillero de La Naval.

A falta de los datos definitivos de 2020, el sector marítimo vasco facturó el último año antes del covid, un total de 2.855 millones de euros, un 2,5% más que el ejercicio precedente, y las empresas del sector generan unos 13.000 empleos.

De cara al futuro, el sector vasco de construcción naval espera de la mano de la digitalización y pese a la escasez de personal cualificado y al aumento de la competencia beneficiarse del esperado tirón, al menos en Europa, de los buques especializados y volcados en un escenario de formas de propulsión más ecológicas y limpias.

Euskadi. Los astilleros vascos cerraron el último año con el 28% de la cartera de pedidos del Estado medidos en toneladas CGT con 100.174. Galicia lideró el mercado con el 42%, y 150.659 toneladas, seguida de Asturias, con 104.918. En cambio, en nuevos contratos, los astilleros vascos concentraban el 44% de las toneladas, tras Asturias, con el 48% y por delante de Galicia, con el 8%

Zamakona. El astillero de Santurtzi tiene en cartera un barco de salvamento marítimo para Sasemar, 1 buque frigorífico para Royal Arctic Line, 1 pesquero para la danesa Gitte Henning, 2 barcos de transporte de pescado vivo para la noruega Intership y 2 atuneros congeladores para Omán.

Murueta. El astillero trabaja en un atunero para Panamá, 1 barco de transporte de pescado para Groenlandia, 1 buque tanque para Mureoil y 1 barco para Royal Greenland.

Balenciaga. El astillero de Zumaia tiene en cartera 1 pesquero arrastrero para Escocia, 1 barco de transporte de pescado para la noruega Samlaks, 1 buque oceanográfico para Groelandia, 1 barco de transporte de pescado para Noruega y 2 buques de apoyo a las plataformas eólicas offshore.

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El pasado año los astilleros vascos contrataron seis buques. Cuatro para armadores de Noruega, uno para un armador de Groenlandia y uno para un armador de España