- La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) cree que el programa de jubilación activa, que permite compatibilizar el trabajo con el cobro de una pensión en España, debería ser resideñado ante la falta de incentivos financieros favorables a su utilización, introduciendo, por ejemplo, incentivos específicos para que las empresas mantengan en activo a los trabajadores de mayor edad de sus plantillas.

En un documento en el que analiza los distintos sistemas para compatibilizar pensión y trabajo, Fedea advierte de que la participación en el programa de jubilación activa será “modesta” si no se cambian algunos de sus elementos.

En España, la compatibilidad de trabajo y pensión es posible mediante la participación en uno de los tres programas dedicados por la Seguridad Social a este fin: la jubilación flexible (JF), la jubilación activa (JA) y la jubilación parcial (JP), que se presenta bajos dos modalidades diferentes: con o sin contrato de relevo.

Salvo excepciones, toda actividad remunerada que genere ingresos anuales por encima del salario mínimo interprofesional (SMI) en cómputo anual debe realizarse al amparo de uno de estos programas.

La jubilación parcial está vigente en España desde 2001, mientras que y la jubilación activa se creó con la reforma de pensiones 2013. En su análisis, Fedea indica que, en conjunto, los datos muestran un uso “bastante moderado” de los programas de compatibilización en España.

Así, destaca que sólo la versión con contrato de relevo ha tenido relevancia cuantitativa, habiendo alcanzado cifras importantes (casi un 27% en 2018) entre las altas anticipadas de asalariados.

Para Fedea, la jubilación parcial con contrato de relevo es un programa “complejo”, que alinea el porcentaje de la pensión a recibir con la reducción de la jornada, actualiza la pensión al final del periodo de compatibilización y obliga mucho a la empresa.