- Euskadi ha acogido esta semana el South Summit Biscay Startup Bay-Meetup, el encuentro surgido de la alianza entre South Summit y la Diputación Foral de Bizkaia, que ha reunido a algunos de los actores clave del ecosistema emprendedor como corporaciones, startups e inversores de primer nivel, quienes han compartido su experiencia y aprendizajes. Una empresaria como la licenciada en Geografía, la madrileña María Benjumea, fundadora de South Summit Spain Startup, analiza la situación del emprendimiento en medio de la pandemia .

Hablar de emprendimiento en época de crisis suena raro.

—La verdad es que la pandemia está afectando de manera bastante generalizada a todas las empresas, tanto a las corporaciones consolidadas como al mundo startapero. Por una parte, hay startups, al igual que empresas consolidadas, que están creciendo porque están en el sector adecuado, -logística, e-commerce, digitalización, etc.-, y otras que lo están pasando muy mal, por ejemplo, comercio, turismo y viajes. Pero creo que se pueden transformar los nuevos retos en oportunidades si hay capacidad de reacción y pienso que el emprendedor que es innovador puede superarlo. Su estructura ágil le permite identificar nuevas vías por las que circular. La crisis de la pandemia y los cambios que se están produciendo también pueden ser un aliciente para emprender. ¿Hay que arriesgar? Sí pero el riesgo lo tenemos en todas partes, no es exclusivo del emprendimiento, sino que también se están perdiendo puestos de trabajo. La característica que define al startapero es el buscarse la vida en todo momento.

¿La crisis y la irrupción de la digitalización están generando cambios para quedarse?

—Sí. Hay una ruptura del modelo económico que conocíamos pero el cambio ya venía de antes. Ahora se ha acelerado todo. El mundo va a una velocidad de vértigo o te adaptas o te quedas atrás porque llega otro más rápido que tú desde cualquier lugar del mundo, que es global no se olvide, y te come. La parte positiva es que con el covid todo lo que tiene que ver con la transformación digital se ha acelerado y por muchos años. Hay proyectos que no requieren mucho capital desde los inicios, por eso no creo que este momento vaya a reducir la capacidad emprendedora de la gente. En mi opinión, casi lo contrario porque estamos viendo que esa seguridad tampoco está en ninguna parte y porque de verdad creo que hemos cambiado mucho la mentalidad en los últimos años, no solo por la crisis.

A diferencia de la crisis anterior, ¿ahora, si tienes una buen idea, hay dinero para financiarla?

—Sí y es una buenísima noticia. Lógicamente, no ha habido en operaciones individuales cantidades tan grandes como las que hemos podido ver en los años anteriores pero en España se han dado más rondas de inversión para startups, más de 300 frente a las doscientas y pico de 2019, aunque no han sido tan voluminosas. Eso sí, al final y pese a todo, en 2020 se ha invertido globalmente algo más en startups que el año anterior. Esto quiere decir que el mercado no se ha parado. Dinero hay mucho y con ganas de invertir, lo que tenemos que saber hacer es vendernos bien.

¿Si quiero emprender en qué sectores hay más posibilidades?

—Obviamente aquellas actividades más ligadas a los cambios generados por el covid han tenido un crecimiento tremendo. Todos los temas vinculados con el comercio electrónico, con la logística, educación, movilidad, las tecnologías... Y muy importante también todo el concepto de salud, pero yo creo que todo lo demás sigue estando ahí. ¿Dónde emprender? Pues donde veas una oportunidad, un nicho. La única excepción son algunas industrias, como todo lo relacionado con viajes y turismo o el comercio físico, que son las que más han sufrido.

¿Las grandes empresas se están acercando a las ‘startups’?

—Sí. Y este maridaje es positivo. No sólo se han acercado sino que les dejan hacer, se han dado cuenta que les aporta valor. El concepto de la innovación abierta, de la mano de las startups está en auge. Todos nos hemos tenido que adaptar a la nueva situación pero las grandes corporaciones todavía más. Al final, necesitan innovar al ritmo que demanda el mercado y sus estructuras no son ni tan ágiles, ni tan flexibles. Por mucho que tengan a gente con talento, no tienen la capacidad de generar innovación para seguir el ritmo, pero la alianza con las startups les permite transformarse, recibir sangre fresca, mientras que la startup puede hacer crecer su negocio de la mano de las grandes, así que lo que se genera es un win-win. Sobre todo, ha sido importante que las corporaciones se hayan convencido de que tienen que hacerlo para poder generar nuevos negocios y servicios y seguir al mercado.

¿El teletrabajo cuestiona el modelo de concentración del talento en una zona concreta como Silicon Valley?

—No sé si tanto pero sí hay más posibilidades. Eso sí, creo que sigue siendo necesario en muchas actividades la presencia física y el contacto personal. Estar en un conjunto es positivo y la unión hace la fuerza. Silicon Valley es una cultura unida que se posicionó en un lugar dentro de un país de espíritu emprendedor. A mí me gusta muchísimo el modelo actual de España, muy capilarizado. Aquí hay dos grandes hubs, que son Madrid y Barcelona. Pero es que luego tienes otras tres ciudades que son muy potentes, y más que lo van a ser, como son Valencia, Málaga y Bilbao.

¿Cómo ve la situación en Euskadi?

—Muy positiva. Aquí, por ejemplo, el esfuerzo que está haciendo la Diputación de Bizkaia es extraordinario. Además, se está trabajando en desarrollar un modelo y un ecosistema emprendedor de la mano de Hacienda y esto es fundamental porque la fiscalidad es clave en la inversión. Y para crear equipos exitosos en una startup se precisan, por ejemplo, stock options y su tratamiento fiscal es determinante. La verdad es que aquí se está trabajando muy bien y esto genera más concentración de talento, algo que es positivo para todos.

“Para crear equipos exitosos en una ‘startup’ el tratamiento fiscal es determinante y en Bizkaia se está trabajando muy bien”