- La economía española cayó el 11 % en 2020 como consecuencia del impacto sobre la actividad de la covid-19, la mayor contracción anual de la serie estadística que acaba con seis años consecutivos de crecimiento, aunque en el cuatro trimestre el PIB logró seguir creciendo pese a la tercera ola de la pandemia.

De acuerdo con el avance de contabilidad nacional publicado este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la demanda nacional (consumo e inversión) es responsable de 9 de los 11 puntos de la contracción, en un año en el que el confinamiento severo del segundo trimestre ha marcado negativamente todo el ejercicio.

El empleo de la economía, medido en términos de horas trabajadas, cayó un 6,3 %, mientras que los puestos de trabajo disminuyeron un 5,4% interanual, lo que supone una destrucción de 1.009.000 empleos equivalentes a tiempo completo en un año.

La caída de la economía en 2020 queda por debajo de la prevista por el Gobierno (11,2%), algo que valoró la vicepresidenta tercera, Nadia Calviño, que estimó que los datos reflejan que la economía sigue recuperándose en forma de “V asimétrica”, tras un año muy difícil.

En el cuarto trimestre, el PIB avanzó un 0, % respecto al trimestre anterior, pese a las previsiones que auguraban una ligera recaída. “Ningún analista esperaba este crecimiento intertrimestral. Poco a poco se ve que los organismos internacionales y nacionales van convergiendo hacia las previsiones del Gobierno y aun siendo datos negativos la realidad ha mejorado las previsiones”, dijo Calviño. No obstante, ese 0,4 % supone una moderación significativa respecto al crecimiento del 16,4 % del tercer trimestre, que es achacable a las nuevas restricciones administrativas para hacer frente a la tercera ola no solo en España sino también en los países a los que exporta. En el cuarto trimestre la demanda nacional sumó un punto porcentual al crecimiento, mientras que la demanda externa restó 0,6 puntos.

Dentro de la demanda nacional ha sido el consumo el que ha sostenido la economía, con un avance del 2,5% del consumo de los hogares y del 4% para el gasto en consumo de las Administraciones públicas. Por el contrario, la inversión se desplomó un 6,2%, con descensos trimestrales del 6,3% para la inversión en vivienda y construcción, y del 1,5% para la inversión empresarial.