- Un trabajador, de 59 años de edad y vecino de la localidad vizcaína de Orozko, ha fallecido este martes en su puesto de trabajo en una empresa de la localidad ayalesa de Murga. Según ha informado el sindicato LAB, se trata de un “accidente laboral no traumático”, que ocurrió pasadas las 6.00 horas en la empresa Aianox del polígono industrial de Murga.

“Al poco de incorporarse al trabajo, el operario se sintió mal y falleció, posiblemente a causa de un infarto”, matizaron para, a renglón seguido, añadir que “los accidentes no traumáticos son accidentes de trabajo. No se dan por casualidad en horario de trabajo, por mala suerte o fatalidad, como dicen los empresarios. Está demostrado que las malas condiciones de trabajo, las presiones y el estrés son algunos de los factores más importantes en los accidentes cardiovasculares”, aseguraron desde LAB.

De hecho, destacaron que los infartos y los ictus se han convertido en la principal causa de accidentes laborales mortales. “El 25% de los trabajadores fallecidos en 2020 ha muerto en accidentes no traumáticos. Detrás de los accidentes de trabajo se encuentran las condiciones de trabajo. La subcontratación, los elevados ritmos de trabajo, las presiones o el autoritarismo provocan estrés, y derivado del mismo, numerosas patologías que tienen que sufrir las trabajadoras y trabajadores. Tenemos claro que los accidentes laborales, traumáticos, no traumáticos o in itinere, no son fruto de la mala suerte o la casualidad, sino resultado de las relaciones laborales, la precariedad, la regulación laboral y la subcontratación”, denunciaron, para emplazar a la “lucha por unas condiciones de trabajo dignas”.

Con esta muerte, son al menos 71 los trabajadores fallecidos en lo que va de año en Euskal Herria, “sin olvidar que Joaquín Beltrán continúa aún desaparecido en el vertedero de Zaldibar desde febrero pasado”, recordaron desde la citada central. Por lo que respecta a la comarca ayalesa, se trata de la séptima persona fallecida como consecuencia de accidentes laborales acaecidos bien en Aiaraldea o que han tenido como tristes protagonistas a vecinos de esta zona. El macabro contador se activó el 25 de enero, cuando un joven senegalés de 30 años falleció al caer de una altura de cuatro metros en la empresa Zorroza Gestión de Residuos del mismo polígono de Murga. A él le siguieron dos laudioarras, uno de 40 años que, el 3 de febrero, murió tras caerle una pieza encima, en la empresa GHI Hornos Industriales de Galdakao; y otro de 57 años, que falleció el 17 de abril en la empresa talleres Berasategui de Arrigorriaga.

De igual forma, el 5 de mayo, un operario forestal falleció mientras talaba pinos en Luiaondo, subcontratado por la firma laudioarra Forestal Frías. Tenía 40 años y era vecino de la localidad vizcaína de Zeanuri. La negra lista, la cerraba hasta noviembre, el fallecimiento de Angelines Villate, la bodeguera accidentada en la txakolinería Arzabro de Delika, que no logró superar las lesiones que sufrió en la cabeza tras una caída mientras limpiaba uno de los depósitos. Sin embargo, el pasado 16 de diciembre, hubo que lamentar la muerte de otro trabajador. En concreto, la de un joven portugués de 31 años mientras trabajaba para una subcontrata en la obra de la variante de Saratxo.