Tubacex ha perdido 13 millones de euros en los nueve primeros meses de este año, frente a unos beneficios de 7,2 en el mismo periodo del año pasado, ha informado la compañía vasca fabricante de tubos.

En el último trimestre, el tercero, también ha habido pérdidas de 4,7 millones, frente a unos beneficios de 2,2 el verano pasado.

El EBITDA (beneficio antes de los gastos financieros) se ha situado en positivo, con 26,4 millones de euros, aunque es un 42,9% menos.

Las ventas en los primeros nueve meses del año han sido de 389,6 millones de euros, un 18,2% menos que en el mismo periodo del año pasado.

La firma ha admitido que estos resultados, afectados por el entorno macroeconómico y sanitario mundial, se encuentran muy por debajo de las perspectivas que tenía el grupo al comienzo del año.

No obstante, también ha destacado que cuenta con una solvencia financiera que garantiza la liquidez de la compañía a corto y medio plazo, suficiente para cubrir todos los vencimientos de préstamos hasta el año 2024.

En términos de liquidez, la caja del grupo asciende a 170,5 millones, a los que hay que añadir 66,4 millones de líneas de crédito no dispuestas. Esto supone una liquidez conjunta 30 de septiembre de 2020 de 236,9 millones de euros, superior a los 216 millones a 31 de diciembre de 2019.

La cifra de capital circulante se sitúa en 215,0 millones de euros, lo que supone un aumento de 27,8 millones con respecto al cierre de 2019, aunque según Tubacex se trata de un incremento puntual y coyuntural que se debe a los distintos ritmos de reducción del activo y el pasivo circulante.

La tendencia para los próximos trimestres es hacia la reducción progresiva de su importe neto adaptándose a los niveles de actividad de la compañía.

La deuda financiera neta del grupo asciende 293,7 millones de euros y el ratio de apalancamiento se sitúa en 6,2 veces el EBITDA. El 76% de la deuda financiera bruta está clasificada a largo plazo.

Al ser Tubacex un grupo que trabaja bajo pedido, el capital circulante representa el 73,2% de la deuda, por lo que la deuda financiera estructural de la compañía sin incluir el circulante se sitúa en 78,8 millones frente a los 66,3 millones a cierre de 2019.

Para hacer frente a las pérdidas la compañía ha puesto en marcha un plan basado en tres ejes: adecuación de costes, fortalecimiento financiero y firma de relevantes contratos plurianuales.

Así, busca unos ahorros de entre 20 y 25 millones de euros mediante un plan de ajuste a todos los niveles. Entre las medidas adoptadas se encuentra el ya anunciado plan de reestructuración que afectará aproximadamente al 20% de la plantilla.

Según la firma, esta reestructuración se encuentra muy avanzada y solo pendiente del ajuste de las plantas españolas, "con un componente también estructural", que la compañía espera poder finalizar completamente en el corto plazo.

En cuanto al futuro, Tubacex considera imposible predecir cuál va a ser la evolución de la actividad mundial condicionada por la evolución del virus.

Ante esta situación, mantiene como objetivo la no destrucción de caja a nivel operativo, con el mantenimiento de un flujo de caja operaciones igual a cero, manteniendo la deuda financiera neta en niveles similares a los de años anteriores.

"A corto plazo, sabemos que estamos atravesando uno de los periodos más exigentes y desafiantes de la historia. La incertidumbre y la alta volatilidad en todos los mercados van a ser nuestro día a día en los próximos meses y trimestres. Por eso, desde Tubacex nos estamos adaptando, haciendo nuestros ajustes internos para garantizar la rentabilidad de la compañía", ha manifestado el consejero delegado, Jesús Esmorís.