- La reducción de inversión en I+D que se registró en Euskadi entre 2013 y 2015 como consecuencia de la anterior crisis y que posteriormente no ha recuperado su nivel ha tenido como consecuencia la caída, por primera vez, de la CAV en el ranking de innovación que elabora la Comisión Europea para situarse como una “región de innovación moderada”.

Este retroceso se constata en el informe de innovación que cada dos años elabora la Agencia Vasca de la Innovación Innobasque y que fue presentado ayer en el transcurso del Global Innovation Day que se desarrolló sin público en Donostia, aunque pudo ser seguido de manera telemática.

En el informe se refleja que, si bien los indicadores que analiza la Unión Europea para situar a las regiones comunitarias en diferentes calificaciones han mejorado en Euskadi, lo han hecho en menor medida que el resto, lo que desplaza a la CAV un puesto por debajo a la zona de innovación moderada.

En la línea de la Comisión Europea, Innobasque atribuyó este comportamiento a un fuerte recorte en investigación y desarrollo durante la anterior crisis y, en este sentido, su presidente Manuel Salaverria advirtió de que “nuestro país no puede permitirse reproducir las consecuencias de la última crisis en la que la inversión en I+D se redujo un 7,3% mientras que en la Unión Europea de los 27 aumentaba un 9,2%”.

Esta caída en los esfuerzos por impulsar la innovación vasca, además, tuvo un mayor impacto que en otras regiones europeas por las características específicas del tejido empresarial de la CAV, mucho más dependiente de la financiación pública que otras economías europeas lo que le convierte en más vulnerable a recortes públicos.

“A diferencia de Europa, en Euskadi la financiación pública tiene un efecto tractor sobre la inversión privada”, afirma el informe, para añadir datos que corroboran este extremo. Así, en 2017 el 13,5% de la financiación de las empresas vascas procedía de fondos públicos, porcentaje que desciende al 4,7% en el caso de Europa.

Junto con este alto grado de dependencia, Innobasque recuerda que en la CAV la mayor parte de las empresas que invierte en I+D son medianas y pequeñas, que son además la mayoría que conforma el tejido empresarial vasco, y por lo tanto más necesitadas del apoyo de las instituciones que grandes compañías con otras estructuras financieras.

Por este motivo, las políticas de austeridad inciden de un modo más agudo en este modelo de empresa. El informe de la Agencia Vasca de Innovación señala a este respecto que entre 2014 y 2016 en Euskadi el porcentaje de firmas innovadoras era del 44,1%, por debajo del 49,5% registrado en Europa.

Y aunque con la recuperación de la anterior crisis el interés en la I+D ha crecido en la CAV, donde el informe constata una mejoría, aún no se recuperan los niveles europeos. Como dato, el informe alude a un análisis del Instituto Vasco de Estadística Eustat que señala que la inversión vasca en I+D en 2018 fue el equivalente al 1,85% de su PIB, en Europa este porcentaje se situaba en el 2,18%. Esta pérdida de inversión innovadora puede provocar a medio plazo una caída en la competitividad de la economía vasca, según advirtió Innobasque, que en su informe apunta la necesidad de “volver a situar a Euskadi a nivel de los países europeos más innovadores y recuperar el terreno perdido durante la anterior crisis económica”.

Implica en esta tarea tanto a las instituciones como a las empresas y a la Red Vasca de Ciencia e Innovación y sugiere como una de las primeras acciones el diseño de un programa de lucha contra las consecuencias económicas provocadas por la pandemia de coronavirus que combine “las necesarias medidas de choque con acciones más a largo plazo que nos aseguren la competitividad futura”. Considera además que debe doblegarse el esfuerzo para conseguir este objetivo porque “las crisis no favorecen la innovación”, tal y como se pudo comprobar con la anterior de 2008, y no actuar contra una inercia que tiende a reducir la inversión en I+D puede tener consecuencias negativas en años posteriores.

La jornada contó también con la exposición de cinco empresas de la CAV que gracias a su actividad innovadora han conseguido transformar su negocio y adaptarlo a las nuevas necesidades como son el Restaurante Akelarre y Alfa Hogar en Gipuzkoa, Cáritas Bizkaia y el Centro Formativo Otxarkoaga en Bizkaia, y la firma alavesa SDA Factory.

7,3

puntos porcentuales fue la proporción en la que cayo la inversión vasca en I+D durante la anterior crisis de 2008, mientras que en Europa este esfuerzo creció un 9,2%.

44%

de las firmas que conforman el tejido empresarial vasco son innovadoras, la mayor parte medianas y pequeñas, y su número ha ido mermando en los últimos años. En Europa, en cambio, las compañías innovadoras son casi la mitad de su conglomerado productivo.

“La sostenibilidad de las empresas que no invierten en innovación está en peligro”

Presidente de Innobasque