- “No creemos que la solución sea bajar la plantilla. Buscaremos medidas creativas y con el mínimo impacto social”. Así lo aseguró ayer el director general del Grupo Tubos Reunidos, Carlos López de las Heras. Las plantas de Tubos Reunidos están ahora mismo afectadas por un ERTE y, según avanzaba en los últimos días fuentes sindicales, la empresa tiene intención de presentar un nuevo Expediente de Regulación Temporal de Empleo de ocho meses de duración. Las declaraciones de López de las Heras, al menos, alejan la sombra de un ajuste de plantilla en la línea con la otra gran tubera de Aiaraldea, Tubacex, aunque Tubos Reunidos advierte también de que espera que el último trimestre de 2020 y el primer semestre de 2021 sean “muy, muy difíciles” para la empresa.

El presidente de Tubos Reunidos, Francisco Irazusta, y su director general analizaron ayer ante la prensa la situación de la empresa, que hasta septiembre “ha capeado el temporal relativamente bien” gracias a la “fuerte” cartera de pedidos que acumuló hasta el inicio de la pandemia de covid-19.

Así, el resultado bruto de explotación (ebitda) de los nueve primeros meses de 2020 es negativo en 4 millones de euros y el resultado antes de intereses e impuestos (ebit) sin extraordinarios es “prácticamente como el de año pasado”, explicó López de las Heras. No obstante, la pandemia ha tenido un “impacto muy fuerte” en el sector con una caída de los pedidos del 50% “que se verá ahora y en 2021” porque se está finalizando la producción de la cartera acumulada y no entran nuevos pedidos y, de hecho, actualmente la planta de Amurrio y las dos de Productos Tubulares están al 50%.

Tubos Reunidos confía en “aprovechar la crisis” al contar con una tesorería “buena” y un plan estratégico “adecuado”, en el que pierde importancia el tubo OCTG por otros de mayor valor añadido y también hay una mayor diversificación de mercados.

Para afrontar este periodo “complicado”, el grupo alavés mantendrá los ajustes de empleo con la continuidad de un ERTE de ocho meses para sus plantas vascas y las medidas más drásticas que ya tomó en su planta de Estados Unidos, donde redujo la plantilla un 34% y también bajó los sueldos un 25%. “Lo iremos haciendo en la medida que lo necesitemos pero no creemos que la solución sea bajar la plantilla. Buscaremos medidas creativas y con el mínimo impacto social”, apuntó el director general, mientras que el presidente recalcó que Tubos Reunidos “jamás puede competir en costes” y tiene que buscar la calidad y la innovación con un plan que es “de valor añadido y claro crecimiento” en los próximos años.

Los planes de Tubos Reunidos para el próximo año parten de que sigan los principales problemas del sector, como una “sobrecapacidad” de producción del 50% que fuerza los precios a la baja, la baja cotización del petróleo, la guerra comercial entre Estados Unidos y China y los aranceles norteamericanos al acero europeo. Lo positivo, según Irazusta, será el crecimiento del sector energético que demanda tubos de más calidad, la renovación de refinerías para cumplir los requisitos ambientales y la reactivación de labores de mantenimiento y renovación que han sido aplazadas durante la pandemia pero no pueden retrasarse mucho más.

Lo que no espera Irazusta es que los aranceles bajen en Estados Unidos aunque Trump pierda la presidencia en noviembre, porque el desempleo industrial en el país sigue siendo muy alto, aunque con los demócratas podría haber un acercamiento a Europa para un “frente común” ante la “macrodependencia bestial de la manufactura china”.

En cuanto al elevado volumen de movimiento de las acciones de Tubos Reunidos en las últimas semanas, el presidente aseguró que no ha habido ningún movimiento corporativo y nadie se ha hecho con el 3% del capital y que posiblemente se ha debido al “interés” de los inversores por la empresa. “Lo vemos como algo positivo”, dijo Irazusta.