- Afronta una cita clave, con mucho en juego y, pese al ruido de los últimos meses, cree que se pueden conciliar las dos grandes sensibilidades que han chocado en IMQ.

Mañana se celebra una junta clave.

-Hay mucha gente contenta siendo accionista de IMQ, pero si no se da una garantía de relevo futuro se puede producir un efecto de salida más importante. La mayoría del consejo decidió que esta tenía que ser la vía.

Hablan de mantener el modelo.

-La solución debe tener una serie de premisas: es esencial que se mantenga la marca, que se mantengan los valores, que se satisfaga a los que quieren salir, pero con condiciones. Garantizar el mantenimiento del médico de familia, que es una figura muy importante que otras compañías no tienen. Luego mantener el cuadro médico y el empleo. La empresa está muy bien, el problema es de la propiedad, del relevo generacional.

Hay un sector que teme que la apertura de la sociedad suponga un cambio radical del modelo

-Si los accionistas nos dan permiso, avanzaremos por ahí, pero intentaremos que sea con el menor porcentaje posible, ese acuerdo tiene que permitir que los socios sigan siendo accionistas. No vamos a una venta global.

¿Tienen definido un porcentaje máximo de entrada de ese accionista para evitar que tome el control?

-Nuestro objetivo es seguir manteniendo el control, pero sí, hay un problema en el accionariado y no se asume, puedes haber un problema mucho mayor en pocos años. El objetivo es que la entrada sea la menor posible. Ahora bien, Adeslas es socio minoritario en IMQ Seguros desde 2004 y hay un pacto de socios para que todas las decisiones importantes se tomen por dos tercios. Dicen que si Adeslas coge el 51% vamos a perder la mayoría. Nosotros decimos que si el porcentaje de accionistas que sale con el tiempo es alto y no somos capaces de que entren médicos jóvenes -ojalá lo seamos- y llega un momento en el que se pierde la mayoría, es importante tener un pacto de socios.

¿Intentarían que ese socio firmara un compromiso similar?

-Claro, la idea es seguir funcionando con mayorías reforzadas. Nuestro objetivo es que entren médicos y vamos a fraccionar el paquete de acciones. Hay muchos compañeros médicos que no son accionistas. Queremos tener los mejores profesionales, es la clave, lo importante para atender lo mejor posible al asegurado, y fomentaremos que a esos profesionales les apetezca ser accionistas.

Dice que no han iniciado conversaciones con nadie, pero Adeslas está bien colocada al ser socio en Seguros ¿han hablado con ellos?

-Les hemos preguntado si estarían dispuestos a participar en esa solución. Nos han manifestado que su objetivo es el máximo respeto al IMQ, del que están realmente orgullosos, que ha sido una empresa de éxito durante muchos años, con la que han convivido y valoran mucho. Valoran que los profesionales sean accionistas, valoran el modelo y no tienen ninguna intención de cambiarlo. Pero no hemos firmado nada todavía. No descartamos que existan otros socios, que haya un socio financiero. Pero la consultora dice que puede ser un socio complementario, que nunca daría la garantía de relevo.

¿Entonces la solución es Adeslas o alguien de su perfil?

-La consultora nos aconseja que sea un socio estratégico, que al final es del sector. En caso de que sea necesario.

En caso de que la entrada de nuevos médicos no cubra las necesidades.

-Eso es.

¿Va a ser posible un equilibrio entre las dos corrientes?

-Creo que sí, lo vamos a intentar. Es cierto que al principio se habló de liberalizar la venta de acciones, pero el mensaje se ha moderado y se pide una salida ordenada.

Esta pugna se ha cobrado ceses y dimisiones, ¿qué opina de ello?

-Lo he vivido con mucha pena, porque las personas que han abandonado IMQ era de mucha valía. El anterior director general fue un buen gestor y el expresidente, al que aprecio mucho, ha mejorado la compañía. Pero teníamos un problema accionarial de tal calado que, si no lo afrontábamos en profundidad, en unos años podía ser mucho peor. Los motivos han sido esos, pero son personas que se merecen todo el respeto.