- El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, aboga por mantener la neutralidad tecnológica en las regulaciones para propiciar la transición energética y reclama un cambio en la normativa eléctrica como la eliminación del pago de peajes en la distribución o que las centrales hidráulicas, que producen a costes cercanos a cero y son concesiones administrativas de hace decenas de años, dejen de vender su producción a los precios más altos del pool, con la finalidad de impulsar la producción de hidrógeno, un elemento que será clave en el cambio, y que puede aprovechar y mantener la industria existente hoy en día en Euskadi y España.

Imaz recordó ayer que 7 de las 8 empresas que más exportan del Estado español tienen relación con la automoción, un sector no bien tratado por la administración, cuando, por ejemplo, es la primera industria del País Vasco.

Para Imaz, partidario de ser ambiciosos en la descarbonización, hay que valorar el ciclo de CO2 completo y no solo en las emisiones de los tubos de escape de un coche. Se puede tener muchos coches eléctricos alimentados con centrales eléctricas de carbón como en China o en Alemania que, al final, con lo que al final se emite más CO2, indicó Imaz. “Algunos olvidan que el 42% de las emisiones de CO2 en el mundo las producen las centrales de generación eléctrica mientras que el transporte sólo aporta el 23%”.

El máximo responsable de Repsol recordó, en una conferencia organizada en Bilbao por Deusto Business Alumni con el patrocinio de Deloitte la importancia de defender la industria en Euskadi, sector que paga salarios un 20% más altos que la media, y cuestionó ciertos planteamientos de administraciones que generan incertidumbres sobre la transición energética y el automóvil, y que hacen que se retrasen decisiones de compra.

Repsol, según Imaz, apuesta por aprovechar las capacidades industriales existentes para, utilizando hidrógeno verde, crear combustibles sintéticos mediante la captura del mismo CO2 que luego desprenderán en su combustión.