- Las calles de Amurrio se volvieron a quedar ayer pequeñas para dar cabida a la nueva manifestación convocada por el comité de empresa de Tubacex en defensa del empleo de Aiaraladea, de modo general, aunque también por la incertidumbre en torno al futuro de la plantas que la empresa tubera tiene en la comarca ayalesa, desde que el pasado mes de julio la dirección comunicara su intención de reducir plantilla, en aras de alcanzar un ahorro de diez millones de euros.

Dar una cifra aproximada de asistentes resulta osado, pero sirva de ejemplo que cuando la cabeza de la concentración llegaba a las inmediaciones del bar Kili de la calle Mendiko, la cola aún se encontraba en la rotonda del teatro municipal; es decir, a casi un kilómetro de distancia. Para facilitar la asistencia del mayor número posible de trabajadores, los sindicatos también llamaron a secundar un paro de cuatro horas en el relevo de tarde -en concreto, entre las 18.00 y las 22.00 horas- que, en palabras del delegado sindical de ELA, Eduardo Ibernia, obtuvo un “seguimiento mayoritario”.

Esta nueva jornada de protesta -tras la marcha celebrada el pasado 17 de septiembre entre Amurrio y Llodio, y la huelga de 24 horas con la consiguiente concentración frente a la planta de Llodio, el pasado 6 de octubre- coincidió con la primera reunión negociadora de un nuevo ERTE, que estará vigente del 4 de noviembre al 4 de febrero de 2021 como continuación del que actualmente se está aplicando en sus plantas y que “afectaría a 674 empleados, prácticamente la totalidad de la plantilla”, según informaban ayer fuentes del sindicato LAB.

De hecho, en la actualidad y desde mayo, en las plantas TTI de Llodio y Amurrio, así como en Aceralava, hay vigente un expediente de regulación temporal de empleo, cuya vigencia concluye el 3 de noviembre con lo que el nuevo ERTE que plantea el grupo alargaría la situación tres meses más y, en base a la primera reunión celebrada ayer, afectaría a 674 personas, de las que 192 corresponden a la planta TTI de Amurrio, 318 a la de Llodio y 164 a la de Aceralava. “El martes próximo hay prevista una nueva reunión de la mesa negociadora, aunque ya nos han avanzado que este nuevo expediente contempla un 80% máximo de regulación, mientras que en el actual el tope de jornada mensual que vamos al paro la plantilla es del 60%”, matizó Ibernia.

Los representantes sindicales tampoco quisieron obviar que el miércoles concluyó sin acuerdo la negociación que mantenían con la empresa, después de que la compañía anunciara su intención de reducir en 10 millones los costes de las plantas de Llodio y Amurrio, para lo que planteaba como posibles vías un ajuste de empleo de 150 personas o bajadas salariales que el comité estimaba en hasta 500 euros por trabajador como media. En principio, “la situación queda como está, aunque nos comunicaron que ahora la decisión queda en manos del consejo de administración. Es decir, la amenaza sigue y no van a parar hasta lograr su objetivo de una reducción salarial a nivel general”, apuntaron desde LAB.

De hecho, la negociación de un nuevo ERTE iniciada ayer “no implica que cesen en sus intenciones y vayan a olvidarse de sus planes de ajuste económico con 150 despidos o recortes salariales de entorno al 20% que podrían suponer hasta 500 euros mensuales menos en la nómina; por lo que -con el apoyo de la plantilla- seguiremos alerta a todo lo que vaya aconteciendo y no aceptaremos planteamientos que no se justifiquen en algo razonable”, apostillaron desde el comité.

“El martes próximo hay prevista una nueva reunión de la mesa negociadora”

Delegado sindical de ELA