- La cita se aplazó por el confinamiento, pero vuelve con fuerza en un contexto complejo en el ámbito económico y social. Garmendia explica su visión sobre el panorama.

Como siempre, los ponentes de esta edición están en la primera línea de la economía, ¿está Euskadi preparada para remontar y volver al punto de partida?

-La economía vasca está sufriendo mucho en estos siete meses que el covid-19 nos está atacando, al igual está sucediendo en todo el mundo. La primera prioridad para remontar es controlar la pandemia, y en ello estamos, con gran dificultad, como lo demuestra esta segunda ola que estamos viviendo desde julio. El año 2020 está perdido, el año 2021 debe ser de una recuperación significativa y hay que pensar en 2022 para irnos acercando al nivel de actividad económica que teníamos previa a la pandemia. Como en crisis anteriores, Euskadi saldrá de esta crisis, pero será una Euskadi muy diferente.

El Gobierno Vasco acaba de actualizar sus previsiones económicas.

-Las últimas previsiones del Gobierno Vasco, que nos anunció el pasado viernes el consejero de Hacienda, Pedro Azpiazu, nos miden muy bien la dimensión de la crisis que estamos viviendo. Una caída del PIB de Euskadi del 10% en 2020, que es una barbaridad; yo, en mi vida profesional nunca he conocido una caída de este nivel y una recuperación prácticamente del 9% en el año 2021. Los principales riesgos que pueden frenar el avance están en que se retrase todavía el control de la pandemia, que los agentes políticos, económicos y sociales no sean realistas con la dimensión de la crisis que afrontamos, y que en vez de unirnos todos en el esfuerzo común de recuperación, nos enfrentemos entre nosotros por razones políticas, por razones sociales o sindicales.

La anterior crisis abrió definitivamente las puertas de los mercados exteriores a la economía vasca, ¿va a reforzar este contratiempo actual esa dinámica?

-Una de las características de la salida de esta crisis es que va a ser desigual, tanto en cuanto a los niveles como en cuanto a los ritmos de recuperación. China ya está creciendo, como demuestran sus últimos datos de actividad. El ritmo de recuperación de Estados Unidos va a ser clave, y además tenemos elecciones presidenciales dentro de un mes. En Europa, Alemania va a ser una locomotora fundamental. En cambio, para España pintan mal las previsiones por su estructura económica (turismo, microempresas...) y por lo mal que está enfocando la salida de la crisis. Afortunadamente, las empresas vascas, sobre todo las industriales, ya están internacionalizadas, y pienso que ello va a ser determinante para la salida vasca de la crisis. Debemos seguir el modelo de las empresas alemanas, más innovación, más eficiencia y más internacionalización.

Confebask estima que ya no se va a destruir más empleo este año, ¿comparte esa visión?

-Las últimas previsiones del Gobierno Vasco señalan que en 2020 en torno a 30.000 personas habrán perdido su empleo en Euskadi, lo que elevará la tasa de paro por encima del 11%. Estas cifras señalan muy bien la gran tarea de recuperación de empleo que Euskadi debe abordar ya, siendo la primera prioridad del plan de reconstrucción al que aludía recientemente el lehendakari Urkullu en la asamblea de Elkargi.

Desde el punto de vista financiero, la crisis actual ha acelerado los procesos de concentración bancaria. CaixaBank y Bankia han movido ficha, ¿quién será el siguiente?

-El entorno de tipos de interés cero impulsado por el BCE y por la Reserva Federal, y que va a durar bastantes años, ha puesto en serio peligro la rentabilidad del negocio bancario. Hace ya un año, el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, en una visita a la Universidad de Deusto, señaló con claridad que los bancos europeos deberían abordar, sin dilación, procesos de concentración como vía para ganar eficiencia y rentabilidad. El BCE quiere impulsar fusiones transfronterizas en Europa, pero la realidad está demostrando que son muy complejas. No hay unión bancaria europea y la forma de hacer de la banca, así como los marcos regulatorios de los países europeos, son muy diferentes, por lo que queda la vía de las fusiones dentro del Estado. CaixaBank y Bankia han dado el primer paso y pienso que han acertado. Elegir la pareja de baile es fundamental y ellos han sido los primeros y han elegido muy bien su pareja. Además el presidente de la nueva Caixabank, José Ignacio Goirigolzarri, es un alumni de Deusto Business School y el consejero delegado, Gonzalo Gortazar, es alumni de Icade, aunque es nacido en Bilbao. El panorama para el resto de bancos españoles es más complicado. El Santander, tras la absorción del Popular, parece que no está interesado por el momento. Quedan BBVA y Banco Sabadell, además de los bancos medianos fruto de las fusiones de cajas de ahorros: Iberbank, Unicaja, Liberbank....

El sector financiero vasco tiene el tamaño que tiene, ¿podrán mantener su actual estructura?

-Afortunadamente el sistema financiero vasco es muy potente. Kutxabank es la entidad líder con una cuota de mercado muy significativa y un envidiable nivel de solvencia, fruto de su buen hacer y su buena gestión a lo largo de muchos años. Además están los bancos con una presencia importante en Euskadi como BBVA, Santander, CaixaBank y Banco Sabadell. También recientemente hemos conocido que Abanca se ha hecho con el control de Bankoa. Y finalmente Laboral Kutxa es un modelo de banca cooperativa que está funcionando muy bien. ¿Qué va a pasar en el futuro? En un entorno financiero tan cambiante e inmerso en el proceso de unión bancaria en el euro, que la Autoridad Bancaria Europea quiere impulsar, nadie sabe con certeza cómo se configurará ese mapa futuro.

Se habla cada vez más que los mercados están desconectados de la economía, ¿considera que es así?

-Los mercados de capitales en general y las bolsas en particular, no están desconectados de la economía, normalmente preceden y anticipan los movimientos de la economía y en situaciones de crisis muestran una volatilidad muy pronunciada que hace difícil entender su comportamiento. Tras las abruptas caídas bursátiles de marzo, en torno a un 30 o 40%, las bolsas empezaron a recuperarse, si bien de forma desigual, y en el verano, con los rebrotes de la pandemia, han sufrido de nuevo retrocesos, pero el resultado de las bolsas en este año 2020, hasta la fecha, es muy dispar. El S&P norteamericano está en terreno positivo (el Nasdaq en máximos históricos), el Eurostoxx ha perdido un 15% y el Ibex más del 30%. Para su evolución futura va a ser clave la superación de la pandemia, así como la llegada de las ansiadas vacunas. Además, para las bolsas norteamericanas habrá que seguir con atención el desenlace de las elecciones presidenciales.

¿Es momento de invertir? ¿En qué mercados? ¿En qué valores?

-Dado el entorno de tipos de interés cero en el que estamos inmersos, para obtener una rentabilidad hay que asumir un determinado nivel de riesgo. En la renta fija, con una parte significativa de las deudas soberanas con tipos negativos, mantener el patrimonio es un objetivo ambicioso y difícil de lograr dada la complejidad de la gestión de este mercado. En cuanto a la renta variable, con las correcciones que han sufrido, especialmente las bolsas europeas, presentan ratios de precios/rendimiento a niveles adecuados en términos comparativos históricos, por lo que puede ser un buen momento para asumir un riesgo asumible. Pero ojo, siempre con visión a largo plazo y confiando en la gestión de los auténticos profesionales, que analizan en profundidad los mercados y adoptan estrategias de inversión sostenibles en el tiempo.

"Las empresas vascas ya están internacionalizadas y eso, junto a la innovación y la eficiencia, será determinante para la salida de la crisis"

"El sistema financiero vasco es muy potente, pero en un entorno tan cambiante nadie sabe como se configurará el mapa en el futuro"