- La ventas internacionales de las empresas vascas se han desplomado en todos los mercados y sectores. Francia es el primer destino de las compañías de Bizkaia, pero la mejor evolución de Alemania refuerza el peso de la locomotora europea en la economía del territorio histórico.

Las empresas vascas están en mínimos de producción y tienen serios problemas para sacar su producto a mercados exteriores.

—Es así. Aparte de la dificultad logística propia de exportar un producto, hay que cumplir con los requisitos, no solo de tramitaciones, que es algo ya conocido, en determinados países no admiten algunas mercancías. A la dificultad tradicional de la exportación ahora se une que hay mucha tensión en los flujos internacionales y hay un descenso significativo a la hora de exportar.

No hay un mercado que se salve.

—Por países y me atrevería a decir que también por sectores. Han bajado tanto los productos no energéticos, aunque algo menos, como los petrolíferos y los minerales, que para Bizkaia suponen mucho y que han disminuido en el primer semestre más de un 40%.

Alemania, dentro de la caída generalizada de la exportación, están teniendo una evolución menos negativa, ¿están poniendo el foco en ese mercado las empresas de cara a una mejor evolución el próximo año?

—Esperemos que el próximo año sea mejor. Alemania, para Bizkaia, es el segundo destino, sigue estando por debajo de Francia. No obstante, el mercado francés está bajando más que el alemán y eso algo quiere decir. Alemania siempre ha sido considerado el motor de la economía europea, confiemos en que siga por esa senda. Hay países que los están haciendo mejor que otros y Alemania lo está haciendo bien, por lo menos sus previsiones macroeconómicas no son tan malas como las nuestras. Si la economía alemana va bien, deberíamos aprovecharlo y debería suponer para nosotros un balón de oxígeno.

¿Deben centrarse las empresas vascas en recuperar actividad en los mercados más cercanos?—A priori sí que parece que lo más próximo, el que ha sido tu cliente tradicional, será el más fácil de recuperar. Pero está cogiendo mucho vuelo el tema digital, las exportaciones a través del márketing digital. Es un nicho en el que tenemos que trabajar, porque, hasta que se resuelva el tema de la pandemia, serán complicadas las relaciones. Antes el teletrabajo nos parecía muy lejano y luego fue algo que nos ayudó a salvar una situación muy complicada durante el confinamiento. Pero el teletrabajo ha venido sin lugar a dudas para quedarse. El tema de la digitalización para nosotros, para la exportación, también es un tema muy importante. Es algo que va a ayudar a las empresas a abrir mercados. Nuestros mercados antes eran fundamentalmente Francia, Alemania, Bélgica... países europeos. Ahora se puede ir a donde se quiera, como se quiera y desde tu casa.

¿Puede ser un factor que estimule la recuperación de las exportaciones?

—El márketing digital es un reto, un desafío. Si lo hacemos bien y en tiempo, sin lugar a dudas nos permitirá posicionarnos a nivel internacional. Desde la Cámara de Bilbao intentamos promocionar que las empresas usen los canales digitales.

¿Se van a acabar las misiones comerciales?

—Cuando empezamos el año teníamos previstas realizar misiones a distintos países y al final solo pudimos realizar dos. Algunas se anularon y el resto se están convirtiendo en misiones comerciales virtuales. Son conexiones que están generando interés en las empresas, no en un número tan alto como en una misión comercial, pero es que está todo por descubrir. La situación hoy por hoy no es muy buena en muchas empresas, porque están en situaciones económicas complicadas o en ERTE. Sin embargo, sí que estamos teniendo una buena respuesta a las misiones virtuales. Es una oportunidad que hay que tratar de aprovechar. Invertir en tiempo y dinero lo que supone el desplazamiento es complicado ahora, pero puedes conseguir o tratar de conseguir de forma digital unos primeros contactos en un país en el que te interesa expandirte. Tenemos en la agenda en los próximos meses misiones digitales a Colombia, Egipto, Rusia y Costa de Marfil, entre otros. Es un primer contacto para luego el año que viene, cuando la pandemia nos lo permita, hacer una misión presencial. La visita física, sobre todo la primera, es muy importante.

"Si la economía alemana va bien deberíamos aprovecharlo y que sea un balón de oxígeno para las exportadoras vascas”