e bajas de él, el mecanismo de apertura y cierre sin llave se activa, te alejas del nuevo Captur y tienes, sin la menor duda, la sensación de que estás ante un Renault, un Renault en todo su esplendor. Si atesoras unos años y unos cuántos kilómetros a tus espaldas, te será fácil reconocer la suavidad de marcha y la finura de funcionamiento a sus mandos, la contenida sonoridad y el agrado de utilización, la comodidad acogedora, la practicidad y funcionalidad de su habitáculo, o el aplomo de su respuesta al volante. Es un coche amable, porque te trata con exquisito mimo y también porque acabas amándolo, como aquellos viejos Renault que recuerdas de la infancia, los incombustibles R12, R18 o R lo que quieras, porque todos estaban creados bajo el mismo acertado patrón.

Me acabo de apear de un Captur con motor de gasolina 1.3 TCe de 130 CV con cambio automático de doble embrague y siete marchas, en un exquisito acabado Zen, -también está disponible con otros propulsores de gasolina de tres cilindros, 999 cc, cambio manual de cinco velocidades y 100 CV, ese mismo cuatro cilindros 1.3 TCe de 130 CV con caja manual de seis marchas y similar base mecánica pero con 155 CV y transmisión automática EDC , amén de dos diésel 1.5 dCi de 95 y 115 CV, manual y manual y automático- y todavía estoy digiriendo el despliegue tecnológico de este nuevo crossover de la casa del rombo.

Más allá de su espectacular diseño exterior, que es tan elegante como atlético y llamativo; de sus acertadas y musculosas formas, con unas proporciones armónicas y equilibradas, pero al mismo tiempo cargadas de energía, o de su conseguido acabado interior -de su habitáculo, más espacioso merced a los 11 centímetros que crece en largura, sólo me quejo de la altura libre al techo en las plazas traseras y de la rueda de repuesto de emergencia, porque hueco hay de sobra para una estándar, mientras que la anchura de los dos montantes delanteros, que restan visibilidad frontal, se contrarresta con la cámara de visión en 360 grados-; lo que más me ha impresionado de esta nueva generación del Captur es su sobresaliente dotación tecnológica.

Si la conectividad es más que satisfactoria, lo mismo que las grandes posibilidades de personalización o su delicioso equipo de sonido, donde Renault ha echado el resto ha sido en la seguridad. No sólo porque su carrocería esté al siempre elevado nivel del que hace gala la casa francesa, sino porque su listado de asistencias a la conducción, además de adaptables a nuestras preferencias y deseos desde la enorme pantalla multimedia situada en el centro del salpicadero, configura un turismo compacto tremendamente seguro y protector. Mecanismos como la frenada automática de emergencia con detección de peatones y ciclistas, el asistente para embotellamientos y circulación en autopista (conducción autónoma nivel 2) que combina el regulador de velocidad adaptativo (con parada y arranque automáticos) con la asistencia de centrado en la vía; el regulador/limitador de la velocidad, el conmutador automático de las luces largas, la alerta de ángulo muerto, el reconocimiento de señales de tráfico con aviso de exceso de velocidad, la alerta de cambio de carril y el asistente para el mantenimiento de la trayectoria, la detección de vehículos en salidas marcha atrás y el asistente de aparcamiento, además de las cámaras que permiten una visión a 360 grados, dan fe de ello.

Si la primera generación del Captur -que Renault define como “lo mejor de tres universos: la personalidad y posición elevada de un todoterreno, la habitabilidad y modularidad de un monovolumen y la agilidad y el placer de conducir de un turismo”- ha sido todo un éxito, como lo demuestra el hecho de ser el SUV del segmento B más vendido en nuestro mercado o el que se hayan fabricado en España cerca de 1.500.000 unidades entre 2013 y 2019 con destino a 70 países de los cinco continentes; la segunda generación dará un paso más adelante con la incorporación este año de su versión híbrida gasolina-eléctrica enchufable (PHEV), pionera en Renault y en el segmento B SUV. Como colofón, los precios también acompañan, con los gasolina desde 14.377 euros y los diésel desde 16.500 euros.

El brillante diseño es solo la puerta de entrada de un vehículo que colma las expectativas en todos los apartados y consideraciones

Renault vuelve a posicionar a su nuevo Captur como un modelo de referencia entre los ‘crossover’ compactos