- La automoción transita hacia un nuevo escenario en el que el vehículo eléctrico será protagonista. Las empresas van tomando posiciones en ese viaje, que se debe afrontar a tiempo y con reservas para no desfallecer antes de llegar a meta. Euskadi acaba de dar un gran paso en la buena dirección tras conocerse que la compañía vasca Gestamp va a poner en marcha en Boroa, en Amorebieta, un nuevo centro de investigación orientado a la fabricación de piezas para coches eléctricos. La inversión asciende a unos 17 millones de los que cerca de la mitad, hasta 8 millones, serán aportados por el Gobierno Vasco.

Estas instalaciones, cuya construcción arrancará este mismo verano, se orientarán a atender las necesidades de los grandes fabricantes y sus proveedores, pero también ejercerán un papel tractor desde el punto de vista de la innovación. La idea es que el centro de Boroa sirva de referencia a la hora de garantizar la transferencia de conocimientos a las fábricas y asegurar la competitividad de todo el sector, explicó la consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno.

Y es que la capacidad de adaptación es clave en estos momentos. La automoción ya vivía sumida en la incertidumbre antes del estallido de la crisis sanitaria, y en ese sentido el coronavirus puede ser la puntilla para muchas fábricas. Multinacionales como Nissan, que quiere cerrar su planta de Barcelona, o Renault, que ha anunciado el recorte de casi 15.000 empleos a nivel mundial (todo apunta que las fábricas españolas salvarán el golpe) han dado los primeros sustos. Mercedes y Michelin, los dos gigantes del sector en Euskadi, mantienen su compromiso aunque ya anticipan caídas en la producción que pueden tener graves consecuencias en los eslabones anteriores de la cadena de proveedores.

Desde la administración se han reforzado las ayudas para estimular la demanda y ayudar a que el sector supere este bache. Pero a largo plazo hace falta algo más. En esa lógica se inserta el nuevo proyecto de Gestamp, que fue presentado ayer por Tapia con el objetivo de brindar un espaldarazo al sector y restar algo de incertidumbre de cara al futuro.

La empresa con sede en Abadiño es uno de los principales fabricantes mundiales de piezas y componentes metálicos para automoción, con una plantilla total de más de 40.000 trabajadores. La firma que preside Francisco José Riberas hace una apuesta decidida por la innovación con la intención de ganar posiciones en esa transición hacia el vehículo eléctrico y sumar, de paso, otro engranaje en la maquinaria de la I+D vasca. Una "fórmula de liderazgo" a través de una empresa tractora, señaló la consejera, que "va a ayudar a dinamizar a todo el tejido auxiliar y proveedores".

El centro investigará sobre los cambios necesarios en esa transición de los motores de combustión hacia el vehículo eléctrico, y más en concreto, en aspectos como los nuevos materiales para reducir el peso del vehículo y contribuir a un menor consumo. El reto de avanzar hacia el coche eléctrico, recordó Tapia, estaba pendiente ya antes del inicio de la llegada del covid-19 y la pandemia ha obligado al sector a pisar el acelerador.

Tal es así que las nuevas instalaciones de Boroa, que a medio plazo se insertarán en el marco de la ampliación del AIC (Automotive Intelligence Center), se van a comenzar a construir de manera inmediata para que empiecen a funcionar cuanto antes. "La complicada situación que atraviesa el sector requiere de apuestas importantes y provoca una mayor urgencia a la hora de poner en marcha instrumentos e iniciativas", valoró Tapia.

En ese sentido, la capacidad de generar empleo de este nuevo centro de I+D va a depender de los plazos de construcción y de cómo se desarrollen las investigaciones, señaló la consejera. Más allá de las contrataciones directas (la I+D genera normalmente pocos puestos de trabajo aunque de una alta cualificación), el impacto positivo para la economía vasca vendrá sobre todo a través de la transmisión de conocimiento tanto a Gestamp como a otros fabricantes y proveedores.

La inversión comprometida por el grupo de Riberas es de 17 millones de euros, con una subvención de Lakua de hasta 8 millones. La aportación de la administración no podrá exceder en ningún caso la mitad del coste total del proyecto.

Coche eléctrico. El nuevo centro de I+D de Boroa es la gran apuesta de Gestamp para dar un salto en la carrera hacia el coche eléctrico. Se centrará en la búsqueda de nuevos materiales que permitan restar peso al vehículo.

Efecto tractor. La idea es que ese conocimiento genere valor tanto para Gestamp como para el conjunto del sector y ayude a blindar la competitividad de grandes fabricantes y proveedores vascos.

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Hasta ocho millones de euros ha habilitado el Gobierno Vasco de subvención para este proyecto, cerca de la mitad del total presupuestado.

"La difícil situación del sector demanda apuestas importantes y provoca una mayor urgencia"

Consejera de Desarrollo Económico