El imperio de la estética crossover, que Mazda aplica con tanto fervor como provecho, sigue encontrando voces discordantes. Uno de ellas pertenece precisamente al Mazda3, propuesta contracorriente de turismo de talla media. La nueva generación de este modelo, estrenada a comienzos de temporada, da un salto de calidad, un paso adelante que evoluciona su estampa y acrecienta sus recursos técnicos. La entrega actual ofrece, por tanto, más y mejor coche. Lo hace sugiriendo dos formatos complementarios, corto de cinco puertas y sedan de cuatro, animados por refinadas motorizaciones diésel (116 CV) y gasolina (122 y 180 CV). Adquirir un Mazda3 requiere desembolsar un mínimo de 23.765 euros.

Este coche es un verso suelto en medio de una oleada de proposiciones SUV que avasalla a la clientela natural de los turismos de toda la vida, huérfana de candidatos. El modelo japonés protagoniza uno de los pocos estrenos de la categoría, aunque esté condenado a desempeñar un rol comercial secundario. Queda lejos del papel asignado a los superventas a los que intenta parecerse (sus referentes son el VW Golf y el MB Clase A) y de los hegemónicos sucedáneos de todoterrenos. No obstante, el Mazda3 es ya el tercer modelo preferido por la parroquia de la casa. Acumula más de 3.200 ejemplares vendidos en lo que va de año, volumen que lo mantiene todavía a respetable distancia del CX-5 y del CX-3, que superan las 6.300 y 5.200 unidades respectivamente.

El candidato se encuentra disponible en dos hechuras, diferenciables por el diseño de sus zagas. La más compacta, con cinco puertas, mide 4,46 metros y ofrece 351 litros de maletero. El envase sedan, que tiene cuatro accesos y similar habitabilidad, presenta una eslora de 4,58 metros y brinda un cofre independiente de 419 litros.

Se mueve impulsado por tres motores, los mismos que utiliza el CX-30. Abre la gama el 1.8 turbodiésel, que entrega 116 caballos. El reparto se completa con los dos propulsores de gasolina 2.0 provistos de sistema de hibridación suave (incorporan un pequeño bloque eléctrico de apoyo que permite ahorrar consumo y emisiones). Gracias a ello merecen la etiqueta Eco de la DGT. La versión Skyactiv-G aporta 122 CV. La superior, denominada Skyactiv-X, rinde 180; presenta la particularidad de compaginar encendido por chispa, propio de los motores de gasolina, y encendido por compresión típico de los gasóleos. Persigue con ello conciliar las mejores cualidades de uno y otro tipo de impulsión (eficiencia, suavidad, austeridad, bajo impacto medioambiental, etc.).

Los tres motores remiten su energía a las ruedas delanteras; solo el superior oferta en opción la tracción integral. Todos permiten optar entre transmisión manual y automática, de seis relaciones en ambos casos.

El Mazda3 asume tres definiciones de producto, Origin, Evolution y Zenith. La puesta en escena y las dotaciones varían significativamente dependiendo de cuál de ellas se elija. Es lo mismo que decir algo tanto obvio como que la inversión determina el empaque y la opulencia del coche. La tarifa oficial del fabricante oriental sitúa su punto de partida en 23.765 euros, importe de la versión Skyactiv-G con acabado básico. La misma definición con mecánica diésel cuesta dos mil euros más. El motor de gasolina superior se puede adquirir desde 28.065 euros. La versión más completa y ambiciosa del Mazda3, la 2.0 Skyactiv-X con terminación Zenith, caja auto y tracción 4WD, sale por 36.765 euros.