- La mayoría del Congreso rechazó ayer las tres enmiendas a la totalidad presentadas por el PP, Vox y Ciudadanos al nuevo impuesto a las transacciones financieras o Tasa Tobin por lo que continuará su trámite parlamentario para poder ser enmendada.

El Pleno del Congreso apoyó implantar este nuevo impuesto que grava con un 0,2% las operaciones de acciones de empresas españolas con capitalización superior a los 1.000 millones de euros y que según la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, no afectará ni al ahorro de las familias ni a las pymes. Las enmiendas a la totalidad fueron rechazadas por 196 votos en contra y 152 a favor. PSOE, Unidas Podemos, PNV, ERC, JxCAT, Compromís, Más País, EH Bildu o la CUP rechazaron con sus votos las tres enmiendas de devolución que coincidían en que la tasa debería armonizarse a nivel europeo y tiene un impacto recaudatorio bajo.

PP, Vox y Ciudadanos aludieron al coste de su implementación que será repercutido en el cliente e incidieron en que supone una subida de impuestos porque gravará las transacciones que también están vinculadas a los fondos de pensiones.

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, reprochó a estas formaciones que intenten deslegitimar el sistema tributario e ir en contra de una fiscalidad justa con sus enmiendas y señaló que este impuesto busca una contribución justa del sector financiero. Negó que vaya a repercutir sobre los clientes finales y en torno a la recaudación prevista de unos 850 millones de euros anuales, puntualizó que “habrá que esperar a la aplicación definitiva” pero que en todo caso se trata de un impuesto que también está orientado a disuadir movimientos especulativos. La mayoría de los partidos políticos también rechazaron las explicaciones de PP, Vox y C’s y señalaron la urgencia de implantar este nuevo impuesto sin esperar a una normativa europea.

No obstante, los diputados contrarios a los vetos añadieron que en el debate de enmiendas parciales modificarán algunos aspectos del proyecto de ley para que no se perjudique a los fondos de pensiones o para gravar otros productos financieros más especulativos.

El PSOE, Unidas Podemos, ERC, Compromís dijeron que los partidos de “derecha y extrema derecha” argumentan que quieran bajar los impuestos pero solo a los ricos y criticó que no busquen unos impuestos justos.

El diputado socialista Antonio Hurtado acusó a Vox de ser “unos auténticos hijos de Trump...unos bárbaros por querer cargarse el estado de bienestar”.

Por otra parte, durante la defensa de las enmiendas a la totalidad la diputada de Ciudadanos María del Carmen Martínez recordó a la ministra la baja recaudación obtenida con un impuesto similar en Francia o Suecia.

Un impuesto “ideológico”. Desde Vox, el diputado Rubén Manso dijo que se trata de un impuesto “ideológico, ahora que hay un elevado déficit” y pidió al Gobierno que “si no pone coste a la financiación de los bonos públicos tampoco lo debería poner al sector privado”.

“Sablazo a la clase media”. Miguel Castellón, del PP reiteró que la política debe ser bajar impuestos y “no dar un sablazo fiscal a la clase media española” ya que los costes operativos del impuesto recaerá sobre más de 3 millones de familias que tienen acciones en la bolsa.

Enmiendas “clasistas”. Para Laura López, de En Comú Podem, las enmiendas de PP, Vox y C’s son “clasistas” e “incoherentes”, con el único objeto de “salvar a sus amiguitos” del sector financiero.