- La directora del cluster aeronáutico vasco, Hegan, la ingeniera Ana Villate analiza la situación del sector en Euskadi en medio de la pandemia y reconoce que "somos de los más afectados aunque venimos de una década de crecimiento".

Para que la sociedad se haga una idea de lo que está en juego ¿qué supone el sector aeronáutico vasco y cuál ha sido su evolución en los últimos años?

-En el año 2018 el sector de aeronáutica y espacio del País Vasco generó unos 2.500 millones de euros y empleaba a casi 15.000 personas en las plantas de los socios de Hegan repartidas por todo el mundo. Aunque no disponemos aún de los datos del sector en 2019 que están siendo recogidos y agregados en este momento, al ser datos previos a la pandemia, estimamos una previsión de crecimiento del 4% respecto al año anterior y un 1% en empleo. Además, nos gustaría destacar la senda de crecimiento seguida que ha duplicado las cifras de facturación en los 10 últimos años. Hoy el cluster está formado por 64 entidades, con 176 instalaciones en todo el mundo, de las que la mitad están en Euskadi.

Este sector es clave para Euskadi por su papel tractor tecnológico.

-Sí. Las empresas del cluster han destacado todos estos años por su esfuerzo y buen hacer para superar las grandes barreras de entrada que tiene el sector: tecnología, calidad, certificaciones, seguridad, homologaciones-cliente...y compitiendo con empresas de alta tecnología; siendo un motor de empleo de alta cualificación y generador de beneficios a la sociedad en su conjunto en tanto en cuanto produce tasas elevadas de empleo indirecto e inducido, resulta vector de transferencia de tecnología hacia otros sectores y asegura una sostenibilidad de la actividad debido a sus plazos dilatados de desarrollo, producción y soporte. En los últimos 10 años ha invertido en I+D+i unos 1.700 millones, el 10% de la facturación de estos ejercicios. Y no sólo, en los últimos años se ha estado trabajando para hacer frente a los nuevos retos que se nos presentan en la sociedad actual, - la sostenibilidad y la protección del medio ambiente-, participando en la mayor iniciativa europea público-privada que es el programa Clean Sky.

¿En estos momentos, en cuanto a actividad, cómo están las empresas?

-De la noche a la mañana, toda la sociedad nos hemos encontrado con esta terrible pandemia que, además de estar causando sufrimiento y un fatídico fin para cientos de miles de personas, pone a prueba los sistemas sanitarios de los países y que creíamos infalibles. Si a esto le sumamos una crisis económica con unas previsiones de bajada del PIB para este año del 8% y no nos equivocaríamos mucho pensando que pueda ser peor; y tenemos en cuenta que es una crisis global como este sector, donde los clientes no están dentro de nuestras fronteras, la situación es complicada. No es desconocido que el sector aeronáutico, en general, y vasco, en particular, es uno de los peor parados de esta crisis económica debido a la reducción drástica de la movilidad aérea a nivel global con una caída del 90% del tráfico de pasajeros según los últimos datos de Eurocontrol. Las primeras consecuencias de la crisis para el sector ya son palpables. Las cadencias de fabricación de los diferentes modelos de los principales clientes de las empresas del cluster han caído alrededor del 40-50% sobre las que mantenían antes de la pandemia. Esto se debe a variables lógicas: cancelación de pedidos por parte de las aerolíneas, falta de nuevos pedidos, incertidumbre futura€ Nos enfrentamos a un reajuste de la capacidad y del mercado, y al peor de los escenarios con una caída brutal de la demanda y sin previsiones de recuperación en plazos cercanos. A nivel local, es evidente que esto está suponiendo un impacto en toda la cadena de suministro, y algunas de las empresas del cluster ya han tenido que realizar ajustes organizativos y de producción, manteniendo el empleo cualificado y reajustando la organización parcial del trabajo con el fin de no perder el talento de las personas. Por supuesto las actividades de MRO, mantenimiento aéreo, han caído en picado si bien es cierto que aunque la mayoría de las empresas de Hegan son manufactureras no podemos olvidar esta importante actividad que esperemos se vaya recuperando paulatinamente según aumente el tráfico de pasajeros.

¿Algún fabricante vasco ya estaba afectado por la suspensión de programas como el Airbus 380 o la reducción del A400M?

-Afortunadamente antes de la pandemia las empresas vascas no se habían visto especialmente afectadas por la parada y ralentización de estos programas. La ralentización de los mismos era evidente hace unos años y nuestras empresas habían ido diversificando y creciendo en otros programas más exitosos y con mayores ratios de producción. No podemos dejar de destacar que el programa A380 fue muy importante para la capacitación tecnológica y de estándares de calidad del sector vasco.

¿Qué medidas demandaría el sector a las administraciones para superar esta crisis y no perder peso en una industria tecnológicamente avanzada como es esta?

-A corto plazo, como en cualquier otro sector, es importante que las empresas tengan liquidez y también que puedan acogerse a ayudas para regular el empleo, de manera que las compañías puedan seguir siendo solventes cuando todo esto termine. A medio plazo es importantísimo recuperar una cierta normalidad en el tráfico aéreo de pasajeros (turismo y negocios también), y mientras llegamos a esa situación, que las aerolíneas puedan sobrevivir, por ello los estados y la Unión Europea deberán trabajar para ello. Es muy importante regular cuanto antes y hacer conocer la forma de volar, medidas sanitarias tanto en el tránsito aeroportuario como de vuelo, nivel de ocupación permitido en los vuelos, etc. El no conocer las normas básicas entre la población genera inseguridad y eso puede producir un rechazo a ir en avión al margen de las prohibiciones durante el estado de alarma, que no va a durar siempre.

Entre las malas noticias se ha dado alguna positiva como la renovación del contrato de mantenimiento de Defensa a ITP Aero.

-Efectivamente. En este momento los sectores de Defensa y Espacio no están siendo afectados prácticamente por la crisis, es una buena noticia entre todas las malas que estos días estamos comunicando.

¿La aviación de negocios también está tan afectada o ante el miedo de contagios se espera un auge de los vuelos privados?

-También la aviación de negocios se ha visto afectada por las restricciones normativas, con la salvedad de los vuelos médicos y de emergencias. Es cierto que hay voces en el sector que aventuran que la desaceleración provocada por el covid-19 podría ser más suave para los fabricantes de aviones de negocio. Podría ayudar a amortiguar el golpe, pero incluso si crece de forma significativa hay que tener en cuenta que es un mercado limitado, un complemento estupendo para el sector en tiempos de bonanza, pero que por sí solo no puede compensar la caída de la aviación comercial.

¿Qué perspectivas maneja el sector para este año? ¿Puede cambiar a medio plazo el auge de los vuelos baratos de los últimos años?

-Las perspectivas para este año obviamente no son buenas, aún no somos capaces de dar cifras porque cambiará en función de la fecha de vuelta a una cierta normalidad en el transporte de pasajeros y de otras muchas variables macroeconómicas que ahora se encuentran fuera de nuestra capacidad de actuación. Respecto a la evolución del modelo de vuelos baratos, la verdad es que no me atrevo a hacer una valoración del futuro de la aviación low-cost, pero sí podemos decir que esta pandemia puede cambiar la forma de viajar, igual que nos influirá en otros muchos aspectos de la vida, la forma de trabajar, de relacionarnos, etc.

"Nos enfrentamos a un reajuste de la capacidad y del mercado, y al peor de los escenarios con una caída brutal de la demanda"

"A medio plazo hay que trabajar para recuperar una cierta normalidad en el tráfico aéreo y para que las aerolíneas pueda sobrevivir"