El grupo Tubacex ha cerrado el primer trimestre del año con unas pérdidas de 1,6 millones frente a los 1,8 millones de beneficio del mismo periodo de 2019, unos resultados que se han visto afectados por la crisis derivada del coronavirus.

La cifra de ventas del grupo ha ascendido a 153,7 millones de euros, un 7,1% por encima de la cifra de 2019, pero "menor de lo esperado" y el EBITDA ha alcanzado los 12,4 millones de euros con un margen del 8,1% frente al 9,9% del primer trimestre de 2019.

La compañía ha indicado que se trata de unas cifras que se encuentran "lejos de las perspectivas" que tenía Tubacex para el primer trimestre como consecuencia del impacto del coronavirus en el negocio a nivel global.

El grupo ha señalado que el cierre de la actividad económica en los países donde Tubacex tiene presencia ha impedido la "actividad normal" de varias de sus plantas. En concreto, las plantas localizadas en el País Vasco, Italia e India se han visto afectadas por las medidas de cese de actividad impuestas por sus respectivos gobiernos.

Por otra parte, en el resto de las unidades productivas del grupo, aunque no se han decretado cierres totales, la necesaria adopción de medidas de distanciamiento social para garantizar la seguridad de los trabajadores se ha traducido también en una reducción del nivel de actividad que, en el mes de marzo se ha situado en torno al 50%.

A ello, se suma, según ha apuntado, la debilidad de los mercados financieros y la caída del precio del petróleo y las materias primas, derivando "en un escenario de recesión mundial".

En este contexto, no solo el crecimiento de las ventas ha resultado menor del esperado, sino también al margen EBITDA dada la "imposibilidad de mantener los ratios de apalancamiento operativo". Sin embargo, ha apuntado que este efecto se ha visto "parcialmente compensado" por la puesta en marcha de un plan de ajuste de costes pormenorizado a todos los niveles que ha permitido mantener un margen razonable del 8,1%.

El consejero delegado de Tubacex, Jesús Esmorís, ha afirmado que el comienzo de 2020 les ha sorprendido "con una situación dramática y absolutamente impredecible". "La pandemia mundial provocada por el covid-19 y sus consecuencias, tanto en términos sanitarios como económicos, dificultan hacer cualquier tipo de proyección o perspectiva que tuviéramos para este año", ha agregado.

Esmorís ha recordado que "en plena crisis del petróleo, entre 2015 y 2019, el Grupo apostó por el crecimiento, tanto orgánico como inorgánico, y gracias a los "esfuerzos" realizados desde el ámbito industrial y comercial, se encuentran "ya en la senda para alcanzar los objetivos estratégicos". Sin embargo, ha asegurado que la actual crisis mundial "trastoca" los planes para este año y les obliga a centrarse en gestionar "una situación excepcionalmente complicada y que afecta no sólo a nuestra compañía sino al conjunto de la sociedad".

SÓLIDA ESTRUCTURA FINANCIERA

La compañía ha indicado que, "como ya viene siendo habitual, pero aún más en la actual situación", destaca su "sólida estructura financiera" con una posición de "caja alta y por encima de los 145 millones de euros".

Según ha manifestado, dado el actual escenario macro de recesión y el "alto nivel de incertidumbre", ha focalizado sus esfuerzos en las últimas semanas en proteger y reforzar su situación de caja. Así, en marzo y abril ha formalizado operaciones de financiación a largo plazo con distintas entidades financieras por importe de 115,5 millones de euros.

El grupo ha manifestado que la posición de caja a cierre de trimestre, de 145,8 millones de euros, junto con las operaciones mencionadas, "reflejo explícito del apoyo del sector bancario", aseguran "la liquidez y la completa operatividad de la compañía en unas circunstancias extraordinarias que condicionan la actividad de negocio a nivel global".

La cifra de capital circulante se sitúa en marzo en 235,9 millones de euros, 48,6 millones por encima del cierre de 2019, reflejando efectos extraordinarios que explican este incremento y su consiguiente impacto directo en la deuda financiera neta del Grupo.

Tubacex ha manifestado que la situación creada por el Covid-19 a partir de la primera semana de marzo ha provocado "retrasos" en el proceso de cobro de determinados proyectos, que se están regularizando a lo largo de los meses de abril y mayo. Mientras que, por otra parte, la cifra global de circulante de la compañía no refleja todavía la reducción en la actividad comercial e industrial derivada de los efectos en la cadena de suministro global causados por la pandemia. Tubacex ha apuntado que es previsible que el capital circulante se reduzca a lo largo del año.

La deuda financiera neta asciende 299,0 millones de euros, situándose en 4,6x EBITDA y su incremento con respecto al cierre de 2019 está "únicamente relacionado" con el aumento del capital circulante. Según ha explicado, por el modelo de negocio de Tubacex, que fabrica sólo bajo pedido, la deuda financiera está estrechamente ligada al capital circulante, el cual se encuentra en su mayor parte ya vendido y con un valor neto de realización positivo.

De hecho, el capital circulante representa el 78,9% de la deuda, por lo que la deuda financiera estructural de la compañía sin incluir el circulante se sitúa en 63,1 millones de euros, 3,2 millones por debajo de la cifra de cierre de 2019.

DIVIDENDO

Por otra parte, ha recordado que el Consejo de Administración de Tubacex ha decidido modificar la propuesta de aplicación del resultado correspondiente al ejercicio de 2019 suspendiendo el pago del dividendo de 0,0369 euros netos por acción.

Sin embargo, ha destacado que mantiene su "compromiso firme" de retribución al accionista y, por ello, y, "como muestra de confianza en el proyecto de crecimiento" del Grupo, ha puesto en marcha en paralelo un programa de recompra de acciones para su posterior amortización. El volumen de fondos destinado a este programa asciende a 6 millones de euros.

Además, ha añadido que el Consejo de Administración de Tubacex sigue comprometido con el pago regular de un dividendo a los accionistas, por lo que cuando exista "una mayor visibilidad" sobre los efectos de la crisis del COVID-19 el Consejo evaluará de nuevo la situación para proceder, en su caso, al restablecimiento del dividendo.

PERSPECTIVAS

En cuanto al resto del año, Tubacex ha indicado que es "indudable" que la actual situación mundial va a afectar a las perspectivas que tenía para el ejercicio 2020, "situando el negocio en un más que probable escenario de recesión mundial".

No obstante, ha asegurado que la magnitud del impacto de esta crisis en los resultados del Grupo aún es "incierta", ya que dependerá de "su duración y de la velocidad de la recuperación hacia un escenario de normalidad". Ante esta situación, el Grupo Tubacex se marca como objetivo fundamental la no destrucción de caja a nivel operativo, con el mantenimiento de un flujo de caja operaciones igual a cero.