- "Estamos inmersos en una situación de incertidumbre y es muy difícil calcular el impacto real que la pandemia está teniendo o va a tener en el mercado laboral. No podemos calibrar el alcance que tendrá, pero los datos evidencian que la situación es ya grave. Toca remangarse y lo estamos haciendo". El mensaje del director general de Lanbide, Borja Belandia, anticipa una nueva etapa.

Llegan curvas muy sinuosas por el impacto del coronavirus en la economía y el servicio público vasco de empleo ya ha interiorizado que deberá "replantearse" sus funciones para afrontar lo que se le "viene encima". Aspectos como la formación de los desempleados con niveles más bajos de estudios o el reciclaje de trabajadores con tareas de bajo perfil técnico o al margen de la digitalización serán los grandes retos de Lanbide durante la fase de recuperación. Un ciclo cuyo inicio todavía es toda una incógnita.

Los datos del paro registrado de abril en cambio no dejan ninguna duda. Euskadi sumó 10.430 desempleados el mes pasado y perdió 18.418 afiliados a la Seguridad Social. La suma de ambas cuestiones en perspectiva ofrece un balance muy negro registrado en tiempo récord. Desde el inicio del confinamiento -16 de marzo- hasta el 30 de abril, apenas seis semanas, la CAV ha perdido 32.480 cotizantes, una abrumadora mayoría (81%) en los últimos quince días de marzo. De forma paralela, también durante el estado de alarma, las listas de Lanbide han sumado 21.404 solicitantes de empleo.

El número de desempleados supera en estos momentos la barrera de los 138.600 en Euskadi, lo que supone casi 1.000 parados más que al principio de la legislatura. El covid-19 se ha llevado por delante en algo más de 40 días toda la creación de empleo de los últimos 4 años y medio. En cuanto a la afiliación a la Seguridad Social (hoy algo menos de 949.000 personas), tras cerrar el año pasado a 2.300 cotizantes del récord de junio de 2008, el dato se desploma hasta niveles de julio de 2018.

El vendaval de la pandemia ha quebrado casi de la noche a la mañana el camino hacia los niveles de empleo previos a la última crisis y es difícil saber cuándo mejorará la situación, porque tampoco está claro cuándo volverá la normalidad a la economía.

La evolución en el Estado es similar. La cola del paro ha aumentado en algo más de 585.100 personas en apenas dos meses. Y la afiliación a la Seguridad Social se ha reducido en 548.000 trabajadores. Buscando una mirada más cercana, Nafarroa rompe la barrera de los 40.000 parados -niveles del primer trimestre de 2017- y la afiliación baja hasta aproximarse a los 282.100 cotizantes y pierde todo el empuje de los dos últimos años.

Son las consecuencias del peor mes de abril de la historia en el mercado laboral en el Estado, colapsado por el coma inducido de la economía. El mayor golpe se lo lleva el sector servicios, con el comercio y la hostelería en primera línea, que concentra casi el 75% de los nuevos parados vascos registrados en abril. Pero también sufre la industria, que absorbe más de un 13% del repunte del paro. La construcción ronda el 6,5% del incremento, un porcentaje similar al del colectivo sin empleo anterior. De modo que la contratación sufrió una caída sin precedentes (-65%) en la CAV. Los jóvenes, con los contratos de menor antigüedad y en general más precarios, fueron los más afectados.

El paro siempre ha sido la estadística coyuntural menos numérica. Tras una persona sin empleo siempre hay un drama personal o familiar. Pero en la actual crisis, la escalada es tan efervescente que no cabe hacer una lectura simplemente cuantitativa de la evolución. Por ello, el director general de Lanbide puso ayer el foco en que más de la mitad de las personas que perdieron su trabajo en abril tienen baja cualificación.

En otras palabras, tardarán mucho tiempo en volver al mercado laboral y cuando lo consigan lo harán con condiciones precarias o atrapados en las redes de la economía sumergida. De ahí la urgencia de reorientar el servicio de empleo para reforzar la empleabilidad de este colectivo y, en general, rescatar del paro a los que menos preparación tienen. El repunte de peticiones de la renta de garantía de ingresos (RGI) también obligará a cambiar el paso de Lanbide.

ERTE. El número de trabajadores afectados por un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) en Euskadi se elevaba ayer a 188.127, lo que supone 1.172 más. Según los datos del Departamento vasco de Trabajo y Justicia, de las personas afectadas un total de 105.143 son hombres y 82.984 mujeres. Hasta la fecha, las empresas han presentado ante el Gobierno Vasco un total de 26.598 expedientes de regulación, si bien en las últimas semanas ha bajado el ritmo.

"Ahora toca proteger el empleo y adoptar medidas sociales para defender a las personas trabajadoras afectadas"

Comunicado

"El drama social es tan grande, que exige responsabilidad y trabajo conjunto de gobiernos, sindicatos y patronales"

Secretario general de UGT-Euskadi