- La crisis del coronavirus traerá una cierta relocalización de la producción textil a Europa y un fuerte crecimiento del comercio online, tendencias que ya se vislumbraban en el sector del tejido y de la moda, pero que la pandemia va a impulsar definitivamente.

Comercios cerrados, fábricas paradas durante semanas y problemas de suministro han hecho del sector textil y de la moda uno de los más afectados por la pandemia de coronavirus, lo que le obligará a reinventarse y afrontar nuevos retos, sostienen los profesionales.

El director de Relaciones Institucionales de Mango, Guillermo Corominas, señaló que la crisis en el sector “es profunda” y que es probable que no se alcance cierta normalidad hasta 2021.

Corominas cree que el canal online será “el gran beneficiado de la crisis” y que seguramente saldrá reforzado, pese a que los primeros días de confinamiento también se vio afectado, “ya que la situación generaba mucha inquietud en los ciudadanos”, aunque ahora ya se está recuperando.

El director ejecutivo del Clúster Catalán de la Moda (Modacc), David García, coincide en que el comercio online tiene más fuerza cada año, pero que la actual crisis hará que todavía crezca más.

Aunque la venta online en compañías como Mango representa el 24% del total de la facturación, la media en España se sitúa alrededor del 6%, lejos de países como Alemania o Reino Unido, que se acercan al 30%, por lo que García considera que nuestro país tiene bastante recorrido y cree que, en un par de años, el porcentaje se puede situar alrededor del 12 o 15%.

Comparte su opinión el director general de Desigual, Alberto Ojinaga, que asevera que durante estas semanas de confinamiento los consumidores “se han digitalizado intensamente”, lo que servirá para acelerar una tendencia que ya se venía observando.

Por ello, espera un incremento del peso de la facturación en el canal digital que, en el caso de Desigual, ya alcanzó un 14,2% en el ejercicio 2019.

La consejera delegada de la marca de ropa infantil Boboli, Mónica Algás, también está de acuerdo en que esta pandemia va a impulsar la tendencia al alza del comercio online.

Sin embargo, asegura que este aumento “no va a compensar” la caída de ventas que se está registrando en el canal presencial “porque el crecimiento tendría que ser muy grande”.

Otra de las tendencias que está acelerando la actual crisis es una cierta relocalización de la producción. Aunque para el director de Modacc dejar de producir en Asia “parece imposible”, porque no se pueden revertir los efectos de la globalización, sí habría que corregir algunos excesos.

Tener a los proveedores más lejos obliga a hacer los pedidos con más anticipación y encargar mayores volúmenes, pero ahora también se están produciendo cambios en este sentido, ya que “el mercado trabaja con volúmenes más pequeños y con menos plazos de antelación”, apunta García. Añade este experto que hacer pedidos más pequeños es cada vez “más habitual” porque, en lugar de tener toda la colección de una vez, van llegando cápsulas que permiten una mayor variedad y estimulan más la venta.

Ojinaga piensa también que para poder crear colecciones más rápido hay que “agilizar procesos y valorar la producción de cercanía”, porque además se tenderá a trabajar con “menos stock”.

El Consejo Intextil Español reclamó recientemente uniformidad fiscal y arancelaria para facilitar la fabricación en Europa y no depender de mercados más lejanos, que pueden dejar “sin respuesta rápida a cualquier circunstancia excepcional”.

Un reciente informe de Boston Consulting Group (BCG) prevé un descenso de las ventas del textil de entre un 34 y un 39% durante este año para un sector que genera el 2,8% del PIB en España y un 4,1% del mercado laboral.

El director ejecutivo del Clúster Catalán de la Moda cree que “hay pocas empresas que puedan aguantar” este golpe y que las pequeñas tiendas multimarca serán las más perjudicadas.

Desde Boboli, Mónica Algás opina que ahora toca “reinventarlo todo”, también la venta en las tiendas, ya que la venta presencial “va a ser más difícil” con las medidas que habrá que tomar en cuanto a mantener las distancias, la necesidad de usar guantes y mascarillas y otras medidas higiénicas.

Por ello, cree que habrá que replantearse la viabilidad de seguir teniendo todo el tallaje expuesto en la tienda o si será preferible disponer de una sola prenda y el resto dejarlo en el almacén.

Otra posibilidad, según Algás, sería no dejar probar la ropa en los probadores y que el cliente lo haga en casa, con una importante “flexibilización” de las políticas de devolución. “Esperamos cambios importantes en el comportamiento del consumidor”, asegura Algás, y los comercios “tendrán que adaptarse”, pero todo esto se irá viendo en función de cómo evolucionen las cosas. Para el director de relaciones institucionales de Mango, habrá que ver cuáles son los hábitos del nuevo consumidor y adaptarse a ellos.