- "La pandemia del coronavirus es una crisis sanitaria que va a derivar en una económica", resalta el profesor de Economía de la Universidad Pública de Navarra, Mikel Casares (Pamplona, 1972). El COVID-19 se detectó en China en enero y de ahí se ha propagado por todo el mundo a gran velocidad, ya que se trata de "un virus muy contagioso, con un riesgo de pandemia evidente", constata. El país asiático aprobó "medidas de aislamiento severo", con una actividad económica "restringida a las necesidades básicas". Aunque "seguramente llegan tarde", Casares sostiene que el aislamiento y la restricción de movilidad en España "son totalmente necesarias para evitar el colapso de hospitales y atención sanitaria". Además cree que "la detección precoz de los contagios hubiera reducido la velocidad con la que se propaga la enfermedad, como se ha visto en Corea del Sur". Este profesor de Economía advierte de que "la vuelta a la normalidad será lenta y gradual" e insiste en que "aunque los efectos económicos negativos de esta crisis serán tremendos en el breve espacio de tiempo, si se diseñan correctamente medidas de contención, no deberían dejar grandes secuelas a largo plazo".

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez anunció esta semana un paquete de medidas de 200.000 millones, ¿cuál es su análisis?

-Es un plan económico de tremenda envergadura. Supone cerca de un 20% del PIB, unas cuatro veces la cantidad destinada a los rescates bancarios de 2012. Para hacernos una idea, el equivalente por persona es de unos 4.300 euros, es decir, tres meses de sueldo medio de un trabajador. Parece que hay tres líneas principales de actuación: garantizar una renta básica a todos los trabajadores y autónomos que no tengan ingresos, ayudar a las empresas con subsidios y rebajas impositivas para que puedan continuar con su actividad cuando finalice la crisis sanitaria y permitir que las familias más necesitadas o más vulnerables puedan hacer frente a esta situación.

¿Qué repercusiones tendrá sobre el endeudamiento de España y su déficit?

-El déficit público se va a disparar este año, previsiblemente por encima del 10% del PIB. Este déficit excesivo se acumulará en la deuda pública, que superará con creces el 100%. El bono español lo pasará mal porque los acreedores dudarán de la solvencia de la economía española y la prima de riesgo crecerá. Esta semana el Banco Central Europeo ha anunciado que está dispuesto a comprar más deuda soberana de los países de la zona euro que tengan dificultades por la crisis del coronavirus. Serán momentos delicados. Solo una recuperación rápida tras el verano, junto con una clara determinación de Europa por sostener a las economías periféricas, evitarán una nueva crisis de deuda pública y las dudas sobre la sostenibilidad de la zona euro como unión monetaria. En un futuro no muy lejano, tendrán que llegar nuevas subidas de impuestos y recortes en el gasto público (no descarto una bajada del sueldo de los funcionarios que espero que no afecte al personal sanitario) para poder revertir el déficit excesivo.

¿Son suficientes los 100.000 millones en avales para empresas en dificultades?

-Las cantidades anunciadas en el paquete de medidas del Gobierno son muy importantes. Si se asigna ese dinero con proporcionalidad a las necesidades debería de ser suficiente para garantizar el mantenimiento de las empresas en dificultades durante dos o tres meses.

¿Cree conveniente suprimir la cuota de autónomos para todo el colectivo o para los que estén en apuros?

-Obviamente, los autónomos que no pueden desarrollar su trabajo no deben pagar ninguna cuota. Además, el Estado debe garantizarles una renta básica en el caso de que no dispongan de otras fuentes no laborables de ingreso.

¿Es esencial limitar, suspender o aplazar obligaciones tributarias como el IVA y IRPF?

-Las primeras dificultades son de liquidez, porque muchas empresas y familias han de seguir haciendo frente a pagos cuando sus ingresos se han reducido drásticamente. Cualquier medida que alivie estas tensiones de liquidez es necesaria. Retrasar el pago de impuestos directos como el IRPF (por ejemplo, reduciendo la cuota que se aplica para el cálculo de la retención) o el Impuesto de Sociedades es deseable. Una rebaja de los impuestos indirectos como el IVA me parece peligrosa porque tendría un efecto muy perjudicial sobre la capacidad recaudatoria del sector público. Además la gran caída del precio del petróleo nos hace esperar una caída de la inflación que puede servir de pequeño estímulo al consumo sin necesidad de reducir el IVA.

La actividad económica se está paralizando, ¿a qué ritmo empezará cuando se active?

-La vuelta a la normalidad será lenta y gradual porque las autoridades sanitarias tienen que asegurarse de que no se dé un repunte en el número de contagios una vez que haya pasado el pico de la crisis sanitaria. Sin embargo, es esperable que con la llegada del verano el riesgo de infección sea nulo porque el virus parece que no soporta altas temperaturas. Confío en la actividad se retome en verano. Habrá que ver en qué condiciones se encuentran las empresas y los trabajadores para poder reanudar las actividades productivas y de consumo.

En marzo el paro se va a disparar por los ERTE, ¿va a ser temporal o una vez el Estado levante las restricciones habrá despidos?

-A pesar de que los efectos económicos negativos de esta crisis van a ser tremendos a corto plazo, si se diseñan correctamente medidas de contención no deberían dejar grandes secuelas a largo plazo. Esta pandemia acabará y no tendrá efectos significativos duraderos sobre la capacidad productiva de la economía.

¿El SEPE (antiguo Inem) tiene liquidez para soportar tantas prestaciones por desempleo si este escenario se alarga varios meses?

-El Gobierno se ha comprometido a garantizar las prestaciones para todas las personas que pierdan su puesto de trabajo. Pero se ha hecho un plan con la previsión y con el objetivo de que la mayoría de los trabajadores recuperen su empleo en dos meses aproximadamente. Si esto no fuera así, sería necesaria nueva financiación externa lo cual supondría un mayor riesgo de impago de la deuda pública.

¿La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha pronosticado una destrucción de 25 millones de empleos en el mundo. Si se produce tras una crisis que ha durado diez años, ¿quedará muy debilitado el mercado laboral?

-Insisto en que si los planes de choque de los gobiernos se diseñan adecuadamente, la mayor parte de los empleos que se pierden deberían recuperarse a lo largo de este mismo año.

¿Qué puede hacerse para evitar despidos?

-Fundamentalmente el Gobierno ha de procurar que las ayudas concedidas a las empresas estén condicionadas al mantenimiento de los puestos de trabajo. Y por supuesto tener un reconocimiento especial a la situación de pymes y autónomos.

¿Cuándo va a repercutir la volatilidad de la bolsa de estas semanas en la economía real?

-Parte de los ahorros de las familias se invierten, dependiendo de su perfil de riesgo, en renta variable (Bolsa). Se ha producido una caída muy importante desde los máximos de comienzo de año: entre el 30% y el 40% de la cotización del Ibex. Esta pérdida patrimonial es un efecto riqueza negativo que puede desalentar el consumo o la compra de viviendas. Dicho esto, creo que ha habido un movimiento especulativo muy potente en las últimas dos semanas y seguramente las bajadas han sido superiores al valor real de las empresas en el contexto actual.

"El déficit público se va a disparar, y solo una recuperación rápida evitará una nueva crisis de deuda"

"Tendrán que llegar subidas de impuestos y no descarto una bajada del sueldo de los funcionarios"

"La gran caída del precio del petróleo puede servir de pequeño estímulo al consumo sin reducir el IVA"

"La mayor parte de los empleos que se pierden ahora deberían recuperarse a lo largo de este mismo año"