BILBAO - No se ha prodigado en los medios de comunicación durante sus más de cinco años al frente de Kutxabank y la conversación se alarga más de lo previsto. El coronavirus da actualidad al encuentro, pero el recorrido del banco vasco desde su nacimiento a su mayoría de edad, con los mejores resultados de su historia, centra el diálogo.

Es su primera entrevista en la prensa generalista, hay muchas cuestiones que abordar.

-Muchas cuestiones y en un momento delicado por el coronavirus.

¿Le sorprende como se ha contagiado la Bolsa?

-El inversor es como la opinión pública, varía de forma muy volátil. El miedo se magnifica con la gente y sus ahorros y los inversores son como los consumidores. A ver si no dura mucho.

Ya había incertidumbres...

-Muchas incertidumbres, pero las fundamentales no eran malas del todo. Unos niveles de crecimiento un poquito más bajos pero sostenidos no eran malos. Esto nos ha dado otro susto adicional. La economía se ha desacelerado, pero pensábamos que a partir del segundo semestre tocaba suelo y el coronavirus ha empujado este suelo hacia abajo. Con estos mimbres vamos a tener que hacer el cesto.

En cualquier caso, Kutxabank no ha notado en sus resultados la incertidumbre de los últimos meses.

-Hemos hecho un ejercicio bueno. El sector ha bajado un 17% sus resultados y nosotros hemos subido un 6%.

¿Cuál es el secreto?

-La verdad es que la banca comercial es muy previsible, no tiene secretos. En Kutxabank trabajamos mucho y hay un gran equipo. Luego tenemos una buena franquicia territorial, no todas las entidades tienen una franquicia territorial como Euskadi, que es muy agradecida. Y además hay que acertar. Hace años, Kutxabank, que era un banco solvente, era de los peores del sector en rentabilidad y eficiencia. Tomamos opciones y acertamos.

¿A qué opciones se refiere?

-Tomamos una opción estratégica importante: la de no cotizar en Bolsa. Hoy los bancos de nuestra dimensión, medianos, que están cotizando en Bolsa valen entre 0,3 y 0,35 su valor en libros. También acertamos en las opciones de negocio y, además de aprovechar la franquicia vasca, optamos por crecer en expansión fuera de Euskadi y desarrollamos la franquicia andaluza y la hemos convertido en una franquicia que funciona y bien.

¿Y en cuanto a gestión?

-Nos lanzamos a por hipotecas, crédito al consumo, fondos de inversión y de pensiones, inversión en empresas? y en todo eso hemos ganado cuota en el Estado. Y hemos mejorado en ratios de rentabilidad y eficiencia después de haber hecho esfuerzos muy duros en gasto -muy duros y a veces poco entendidos- y luego haber puesto el foco en los ingresos por servicios. Eso nos ha permitido hacer un ejercicio mejor que los demás.

A pesar de los tipos de interés.

-Lo que hemos buscado y hemos medio conseguido es buscar fuentes de ingresos que evolucionen al margen de los tipos de interés. Los ingresos por servicios: lo que cobramos por la administración, por la gestión de fondos de inversión o de fondos de pensiones representa ya el 50% de nuestro margen básico. Tenemos tres fuentes de ingresos al margen de los tipos que mitigan la caída de los tipos: ingresos por servicios, ingresos recurrentes de las participadas y los seguros, que en esta casa es un producto clave, los sabemos vender muy bien y este año nos ha dado 141 millones de euros a la cuenta.

Ha comentado dos cuestiones que levantan recelos, el gasto, que ha supuesto un recorte de estructura, y los ingresos, las comisiones.

-Nosotros no hemos incrementado las tarifas de los servicios. Lo que pasa es que nosotros vendemos más productos, damos más servicios. Tenemos un producto, la Cuenta OK, para clientes de cierta vinculación, que no genera ingresos porque no le cobramos al cliente por los servicios. Lo que estamos haciendo es introducir muchos más servicios, vinculamos más al cliente, medimos la lealtad de los clientes, como dicen los anglosajones, por el número de productos que contrata. Cuando hacemos banca universal, un cliente puede tener tres o cuatro productos, pero cuando hacemos banca personal, que ahora podemos mucho más que antes, el cliente duplica el número de servicios. Eso es lo que nos permite incrementar los ingresos. También lo hacen los fondos de inversión y de pensiones, que han crecido de forma importante, pero ahí los ingresos no dependen de que cobrar más o menos, dependen del volumen del negocio.

Algunos negocios crecen por encima de la cuota natural de mercado.

-Hemos ganado cuota en todos los productos core, por tamaño somos la séptima entidad del Estado, pero somos los quintos por cuota de fondos de inversión, que es un producto estrella, y somos los cuartos por productos de previsión, que son productos de futuro.

Respecto a las empresas participadas, ¿se han notado las desinversiones en el balance?

-El tema de las participadas es un tema sensible y ha habido críticas, que yo creo que provienen del desconocimiento de lo que es la banca, que es un negocio muy regulado. No queda otra que cumplir con los requerimientos de la regulación y del supervisor. Se nos dijo que para nuestro tipo de banco teníamos una inversión industrial excesiva y que teníamos que reducirla. Redujimos el volumen y ahora estamos muy cómodos en nuestras participadas. Además, es que en las que estamos nos va muy bien, el dividendo crece.

¿Entonces no prevén movimientos?

-Tenemos una dimensión de participadas que nos parece apropiada, que nos va bien y estamos bastante tranquilos. Sin embargo, la realidad es que al supervisor no le gusta que los bancos comerciales tengan participaciones industriales y no excluimos que, cuando se traspongan a los países las directivas resultantes del Basilea IV, nos puedan dar una vuelta de tuerca en cuanto a la penalización en recursos propios que puede suponer la inversión en carteras industriales y tengamos que vender.

¿Puede ir a más?

-Sí, a penalizarnos más. El capital lo tenemos que tener en función de nuestros riesgos. Una hipoteca puede computar un 100%, por poner un ejemplo, las participadas pueden llegar a computar un 400%, cuatro veces más de consumo de recursos propios. Esa vuelta de tuerca quizás nos llegue y habrá que ver. Hoy por hoy estamos muy bien, estamos conformes, lo que hemos reducido, no se ha notado.

¿Da por cumplido el plan que presentó al poco de ponerse al frente de Kutxabank para triplicar todas las líneas de negocio?

-Sí, sí, sí. Ahora tenemos en marcha otro plan estratégico a tres años. Un horizonte en el que, como todo el sector, vamos a ser previsiblemente menos rentables. Sin embargo, vamos a ser capaces de mantener e incluso aumentar la aportación de nuestro dividendo social a las fundaciones de las antiguas cajas de ahorros. Después del último golpe de los tipos en septiembre -estamos en niveles del 0,5% y debido al coronavirus se habla de bajar al 0,6%-, el entorno nos va a hacer mucho daño. Los bancos, en general, están corrigiendo sus planes estratégicos y sin duda lo vamos a notar. Vamos a ser algo menos rentables en un futuro de unos tres años.

¿Cómo aumentará el dividendo si baja el beneficio?

-No excluimos la posibilidad de plantear un incremento de pay out, de forma que las fundaciones no perciban menos en cifras absolutas. Nosotros tenemos hoy un nivel de capital del 17,2%, que está incluso por encima de lo que teníamos previsto. Esa situación de capital nos hace pensar que tal vez podamos proponer, porque el pay out nos lo autoriza el Banco Central Europeo, la posibilidad de incrementar el dividendo en beneficio de las fundaciones, BBK, Vital y Kutxa, al objeto de que no vean reducida su cifra de obra social en absoluto.