bilbao - La economía de Euskadi resiste por encima del listón de los 100 puntos que marca el límite del crecimiento sólido. El Termómetro de la Economía Vasca que elabora el Gobierno Vasco pierde unos grados en enero al persistir los números rojos de la automoción y la vivienda, lo que lastra la actividad industrial a nivel global. El empuje del turismo y el resto de servicios mantiene a la economía vasca en la franja de crecimiento sólido en la que ha estado instalada los últimos dos años.

Este es un indicador que combina numerosas variables vinculadas con la actividad y el empleo pero que van más allá de lo que son los datos macroeconómicos tradicionales. Así, el termómetro arroja una media vinculada a indicadores como la actividad industrial o los servicios, pero también otros más específicos como el transporte en avión o las pernoctaciones en hoteles.

Del total de variables se obtiene una cifra conjunta, en enero algo más de 103 puntos, que determinan la salud de la economía. Así, aunque la media baja dos puntos respecto a diciembre se mantiene por encima de los 100, que marca la frontera entre el crecimiento suave y el crecimiento sólido -con menos de 50 se entraría en fase de retroceso-. Aunque se pierde algo de dinamismo en relación al año pasado, Euskadi se mantiene en zona de confort a pesar de las dudas que persisten tanto a nivel interno como externo.

El termómetro solo ha abandonado la zona de máximo crecimiento de forma puntual a finales de 2018 -este sistema de medición se empezó a elaborar ese mismo año-. En el lado positivo destaca el apartado de la afiliación a la Seguridad Social, que se mantiene cerca del 2%, aunque la reducción del desempleo pierde fuerza, remarca el Departamento de Hacienda y Economía. Los servicios como el transporte, los hoteles o el comercio siguen en positivo, aunque pierden algo de fuerza.

clima industrial El clima industrial sigue presentando dudas pero la producción resiste, mientras que la venta de vivienda alarga los malos datos que arrastra desde el verano. Y eso que la construcción está dando muestras de una clara recuperación en los últimos trimestre, también en el lado del empleo, pero el mercado inmobiliario lleva meses mostrando debilidad. Continúa la caída libre en la matriculación de vehículos de carga reflejo de la delicada situación que atraviesa la automoción.

“Se aprecia una suave mejora en la producción industrial, que se acompaña con un clima estable en el sector, y una suavización en el ritmo de avance de los servicios, aunque todavía ofrecen un perfil dinámico”, señala el Departamento de Hacienda, y añade que en enero se produce “un menor impulso en el empleo y un freno en la reducción del paro”.

También “pierde intensidad” la importación de bienes de equipo -utilizados para la fabricación de otros bienes o maquinaria-, una variable muy vinculada a las expectativas a corto-medio plazo de los empresarios industriales. Aunque el contexto no es favorable -las ventas vascas al exterior retrocedieron el año pasado- y siguen surgiendo focos de inestabilidad internacional como el coronavirus, hay voces que dan por concluida la fase de desaceleración y dan inicio a una etapa de crecimiento sostenido.