gasteiz - La tradicional cuesta de enero del mercado laboral también ha pasado factura este año en Euskadi. Las oficinas de Lanbide cerraron el mes pasado con 117.649 parados, lo que supone un incremento de 3.487 personas, el peor dato desde el inicio de la recuperación. El fin de la campaña navideña volvió a frenar en seco la evolución del empleo y se destruyeron 3.686 puestos de trabajo en el sector servicios, con especial intensidad en la hostelería y el comercio, dos actividades que bajan notablemente tras las celebraciones de las fiestas y las rebajas.

Debido a esa particularidad, nueve de cada diez nuevos parados fueron mujeres, confirmando que el paro “tiene rostro femenino” en el primer mes del año. Ese fue el punto negativo sobre el que llamó la atención ayer el director general de Lanbide, Borja Belandia, durante su valoración de los datos de desempleo y afiliación a la Seguridad Social.

A pesar del tropezón de enero, el balance de los últimos doce meses es positivo y la lista del paro se ha reducido en 3.100 personas en ese periodo. En porcentaje, el descenso ronda el 2,5%, muy por encima del 1% escaso del Estado. Resulta llamativa la evolución de Nafarroa, que encadena cuatro meses de subidas de paro y confirma que la creación de empleo pierde fuelle en la Comunidad Foral. De hecho, el balance de los últimos doce meses es ligeramente negativo, con un crecimiento del desempleo de casi un 0,9%.

En términos de afiliación a la Seguridad Social, Euskadi perdió en enero 10.621 cotizantes (-1,08%) y dio un paso atrás en su avance hacia el récord, que data de julio de 2008 y que estuvo a punto de alcanzar en diciembre. La fuerza laboral de la Comunidad Autónoma Vasca se sitúa así en cerca de 970.000 afiliados tras un aumento de 16.447 en los últimos doce meses. La evolución es similar a la registrada en los últimos eneros, si bien se percibe cierta desaceleración. En ese sentido, el director de Lanbide subrayó que el empleo seguirá creciendo en Euskadi aunque a un ritmo “inferior”.

No habrá grandes acelerones, pero hay datos que reflejan la solidez de la economía vasca y su capacidad para generar empleo. Entre ellos, el descenso del paro en la industria en 172 personas y en la construcción en 307. Además, aumentó el número de inscritos en Lanbide dentro del colectivo sin empleo anterior, una circunstancia que siempre se vincula a las expectativas de inserción laboral de los más jóvenes.

contratos En lo relativo a la contratación, el número de contratos firmados en enero fue de 80.259 de los cuales 7.433, un 9,26%, fueron de carácter indefinido. El porcentaje de indefinidos es 1,8 puntos superior al de diciembre y una décima por encima del de enero de 2019. Además, la tasa de contratos a tiempo parcial fue dos puntos inferior a la del último mes de 2019, con lo que “se aprecia una recuperación en la calidad de los contratos, con más indefinidos y menos a tiempo parcial”, señaló Belandia, quien se mostró expectante por ver si esta va a ser la tendencia de 2020.

Por otra parte, en enero 41.544 personas desempleadas, 3.247 más, cobraron alguna prestación por desempleo. Actualmente el 35,3% del total de personas paradas tienen derecho a alguna prestación por desempleo, por lo que en relación al año pasado la tasa de cobertura ha aumentado en 4,36 puntos.

En el Estado, además del frenazo de la actividad en el comercio y la hostelería, se registró un peor comportamiento del sector agrario que otros años debido a la mala climatología, y la afiliación a la Seguridad Social registró la mayor pérdida desde 2013 -todavía en periodo de crisis- con 244.044 empleos menos.

En línea con los datos de ocupación, el número de parados aumentó en 90.248 en el mes, el peor comportamiento para un enero desde 2014, lo que deja el total de desempleados registrados en las oficinas públicas de empleo en 3,25 millones. Por sectores, el mayor incremento del desempleo en términos absolutos se registró en servicios con 90.957 parados más, si bien el sector primario, con 9.085 más, fue el que marcó el mayor aumento relativo (6,45%). También subió el desempleo en la industria (2.719), pero bajó en 9.368 personas en la construcción y en el colectivo sin empleo anterior (3.145).

Los sindicatos destacaron el parón del empleo a causa de la ralentización y la patronal aprovechó la ocasión para demandar consenso en los cambios de la normativa laboral.