BILBAO - Responsables de la cooperativa vasca Batz accedieron ayer, en medio de un notable despliegue de la Ertzaintza, a las instalaciones de la empresa Araluce, sita en la localidad de Igorre, para trasladar troqueles y otras piezas inacabadas a la planta principal de esta compañía, ubicada en el mismo municipio.
La maniobra se realizó en base a un reciente auto del Juzgado de lo Mercantil número 2 de Bilbao que autorizaba la entrega a Batz de los troqueles y otras piezas que estaban siendo fabricadas en la planta de su empresa participada Araluce, que se encuentra en concurso de acreedores. La operación se realizó en presencia de cerca de ochenta trabajadores de Araluce, que permanecen en huelga indefinida desde el pasado día 14 de noviembre.
Durante las negociaciones, el comité de empresa de Araluce ha procedido, “como parte de su estrategia negociadora en todo momento, a retener troqueles y otros productos terminados, que debían haberse entregado hace ya semanas a clientes finales, provocando un grave perjuicio y enorme riesgo para su propia sociedad y los intereses de sus trabajadores”, según fuentes de Batz.
En este sentido, la cooperativa consideró en su petición al Juzgado que el retraso en la entrega de los pedidos “puede conllevar la depreciación económica” del producto, en la medida que el destinatario final de los mismos “pudiera no quererlo con causa en el retraso, además de correrse el riesgo de incurrir en causa de resolución contractual por incumplimiento y devaluarse los troqueles y piezas a un valor de mero achatarramiento y no pagarlos.
Por todo ello, el Juzgado considera en su auto que es “más beneficioso” para todos los acreedores de Araluce, pero también para sus trabajadores, la entrega de los troqueles y piezas a Batz y que “no pueden retenerlos ni dificultar o impedir esa entrega” porque la huelga “no puede ser una vía para producir daños en los bienes”. - E.P.