Washington - Las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) divulgadas ayer confirman la paulatina desaceleración de la economía española, que se espera crezca un 2,2% este año y un 1,8% el próximo, así como el empeoramiento de las perspectivas en el conjunto de la zona euro, lastrada por el frenazo en Alemania e Italia. Las cifras para España son en ambos años una décima menos de lo anticipado hace apenas tres meses por el FMI, que ayer hacía público su nuevo informe. No obstante, las previsiones del FMI se quedan ligeramente por encima de las que el Gobierno español plasmó ayer en su plan presupuestario enviado a Bruselas, al menos en 2019, año para el que pronostica un crecimiento del 2,1%. Para 2020 coincide con el Fondo en el 1,8%. El nuevo informe del FMI también constata que la tasa de desempleo en España continuará con su paulatina reducción y tras situarse en el 15,9% en 2018, el Fondo cree que se establecerá en el 13,9% a finales de este año y en el 13,2% en 2020.
En cuanto a la zona del euro, el FMI apunta un crecimiento del 1,2% para este año y de 1,4% para el próximo, lo que supone una reducción de una y dos décimas respecto a sus pronósticos del mes de julio. En 2018, el crecimiento en la zona de la moneda única había sido del 1,9%. Uno de los mayores recortes en el nuevo informe del FMI se lo lleva Alemania, la gran economía del euro, que apenas crecerá un 0,5% este año y un 1,2% el próximo, una rebaja de dos y cinco décimas, respectivamente, respecto a julio, y motivada en gran parte por la caída de la producción en el sector automotriz. Por su parte, el FMI espera que Italia registre un crecimiento nulo este año, una décima menos de lo planeado previamente, y que en 2020 sea de un 0,5%, tres décimas menos, como consecuencia de “una moderación del consumo privado y un menor impulso fiscal”. Francia apenas ve retocadas sus previsiones, que son ahora del 1,2% para este año y del 1,3% para el siguiente, una décima menos en ambos casos.
“En la zona euro, la debilidad en la demanda extranjera y una reducción en los inventarios (en reflejo de una floja producción industrial) han puesto un freno en la expansión desde mediados de 2018”. “La actividad se espera que repunte solo de manera modesta en lo que queda de año”, añade. Asimismo, el Fondo da el visto bueno a la expansión monetaria iniciada por parte del BCE, pero advierte de que “debería ser acompañada por un apoyo fiscal allí donde haya espacio (...)”. - A. Fernández