Madrid - El abaratamiento de la electricidad ha frenado en seco en agosto el aumento de los precios de consumo iniciado en julio, al moderarse la inflación anual al 0,3 %, dos décimas menos que el mes anterior y el nivel más bajo desde septiembre de 2016, según el indicador adelantado publicado ayer jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y que todavía no detalla la evolución del IPC por comunidades autónomas.

En opinión de los analistas consultados por Efe, la desaceleración de la inflación no solo responde al factor coyuntural de la electricidad, sino que también es reflejo de la debilidad de la economía, sumida en un proceso de ralentización en un contexto de empeoramiento de las perspectivas a nivel mundial. Es precisamente el impacto de la desaceleración en los precios lo que ha llevado al Banco Central Europeo a estudiar un paquete de medidas con el que reactivar la eurozona si el crecimiento económico sigue lastrado.

En los últimos meses la inflación se ha reducido de forma acusada desde tasas superiores al 1% entre enero y abril, debido a la bajada de los productos energéticos y, en menor medida, en los alimentos frescos. Para el director de Coyuntura y Análisis Internacional de Funcas, Raymond Torres, el dato es peor de lo esperado, ya que la fundación anticipaba que el índice de precios de consumo (IPC) se mantendría en agosto en el mismo nivel de julio (0,5%). La caída de la factura de la luz ha amortiguado la tradicional subida de precios de los servicios turísticos y el índice se ha desinflado para volver a la dinámica que se inició en mayo.

Por este motivo, Funcas revisará a la baja su previsión de inflación media para 2019, que actualmente es del 0,8%, teniendo en cuenta también la evolución a la baja del petróleo en las últimas semanas. “Es una tasa de inflación muy baja, que más allá de los precios de la electricidad y del petróleo -factores más puntuales-, lo que muestra es una debilidad general de la presión inflacionista, que tiene que ver con la desaceleración de la economía, y que también se da en el resto de Europa, con tasas de inflación en el conjunto de la eurozona muy reducidas, en torno al 1%”, destaca Torres.

También al profesor Pedro Aznar, del departamento de Economía, Finanzas y Contabilidad de ESADE, le parece normal la moderación de la inflación en el contexto de ralentización económica actual, pero considera que el IPC está en niveles más bajos de lo que se esperaba para el mes de agosto.

El elemento circunstancial que lo explica es la caída de los costes de generación de electricidad, aunque Aznar incide en que también tiene que ver con una retracción de la demanda a nivel mundial, provocada por la guerra comercial chino-estadounidense y por la posibilidad de que Alemania entre en recesión, una circunstancia que algunos analistas ya dan por segura. “Estamos en un entorno macroeconómico que es poco positivo, al que en Europa hay que añadir nuestro propio elemento diferencial que es el Brexit (...) Esto da argumentos para que el Banco Central Europeo esté más a favor de una política de estímulos monetarios”, asegura el profesor.

El analista de Self Bank Felipe López-Gálvez no descarta que los precios incluso vuelvan a terreno negativo, dado que las señales del mercado no son alentadoras. “Ya atravesamos un escenario similar entre 2013 y 2016 en el que llegamos a ver periodos de deflación, que es el peor escenario para una economía porque la ciudadanía pospone las decisiones de inversión al ver que están cayendo los precios”, explica el analista, que recuerda que los pronósticos de recesión minan la confianza de los consumidores.

En comparación mensual, los precios de consumo bajaron en agosto un 0,1 % respecto a julio. La variación anual del indicador adelantado del índice de precios de consumo armonizado (IPCA) -que mide la evolución de los precios con el mismo método en todos los países de la zona euro-, fue del 0,4 %, dos décimas menos que el mes anterior.

El INE publicará el dato definitivo de IPC el próximo 13 de septiembre. Entonces se conocerá el dato de Euskadi, que hasta el mes de julio se ha movido entre dos y tres décimas por encima de la media del Estado. Es precisamente el mayor potencial de la economía vasca el que mantiene a la CAV un par de peldaños por encima, en línea con la evolución de las otras locomotoras del PIB: Madrid y Catalunya. También se conoció ayer la tasa de inflación de Alemania, que bajó al 1,4% y alienta una posible intervención del BCE.